ALICANTE (EFE). Las mujeres son peor diagnosticadas que los hombres en, al menos, 700 patologías, con la única excepción de la osteoporosis, según el libro "Perspectiva de género en medicina", que acaba de publicar la Fundación Dr. Antoni Esteve.
En el libro, coordinado por la catedrática de Medicina Preventiva de la Universidad de Alicante María Teresa Ruiz Cantero, diferentes profesionales plantean los sesgos de género que se producen en sus disciplinas y constatan, por ejemplo, que hay un retraso diagnóstico mayor en las mujeres que en los hombres identificado en al menos 700 enfermedades, con la salvedad de la osteoporosis.
La obra también recoge que, a pesar de que varios estudios científicos concluyen que las mujeres que toman medicamentos cardiovasculares tienen entre 2 y 2,5 veces más probabilidades de padecer efectos secundarios y adversos que los hombres con el mismo fármaco, los profesionales sanitarios siguen usando las mismas dosis para ambos sexos.
La monografía añade que en el caso del infarto, también se ha demostrado el sesgo diagnóstico que supone para las mujeres utilizar el patrón de síntomas masculino, que puede conducir a falsos negativos.
Son algunos ejemplos de cómo los sesgos de género influyen en la atención sanitaria, en la educación médica y en la investigación que la Fundación Dr. Antoni Esteve denuncia en esta obra.
El sesgo de género se produce "cuando a igual necesidad sanitaria en hombres y mujeres se hace un mayor esfuerzo diagnóstico o terapéutico en un sexo respecto al otro, pudiendo contribuir a desigualdades en salud entre hombres y mujeres", según Ruiz Cantero.
Este concepto surgió en 1991 a raíz de un artículo publicado en 'The New England Journal of Medicine' que detectó una diferencia significativa según el sexo en la práctica de angiografías coronarias en pacientes de los hospitales de Harvard y New Haven por enfermedad coronaria, mayor en los hombres que en las mujeres.
Ruiz también pone como ejemplo que "las mujeres son etiquetadas con mayor frecuencia de problemas de salud mental, pero si a la depresión y la ansiedad les añadimos el alcoholismo y el suicidio la prevalencia es similar en ambos sexos".
Antes del descubrimiento de 'helicobacter pylori' como agente causal de la úlcera péptica, la prevalencia en las mujeres se creía inferior a la de los hombres porque se relacionaba el riesgo con patrones masculinos, como fumar.
También el tabaco como riesgo de enfermedad pulmonar obstructiva crónica era la razón de un diagnóstico menos frecuente en las mujeres, algo que se ha superado con las espirometrías.
El libro también resalta que pueden producirse infradiagnósticos en los hombres, como en el caso de la osteoporosis, que supone aproximadamente un tercio del total de los casos pero es más sospechada y buscada en las mujeres por la menopausia.