ALICANTE. El cierre del ejercicio 2022, a pesar de la mala evolución de los datos macroeconómicos, especialmente en cuanto a inflación, costes energéticos y de materias primas, y subida de tipos de interés, no fue tan malo para las empresas de la provincia de Alicante como se preveía en un principio. De hecho, la mayoría de los empresarios de la provincia mejoraron en 2022 sus propias expectativas, y ante el inicio de 2023 se plantean acometer inversiones. Así lo recoge una de las conclusiones más llamativas de oleada de enero de 2023 (correspondiente al cuatro trimestre de 2022) del Observatorio de la Expectativa Empresarial de Alicante (OEXA).
El OEXA, elaborado por el Observatorio Económico de Alicante y la Unión Empresarial de la Provincia de Alicante (Uepal), se publica cada trimestre en exclusiva en Alicante Plaza (empresa que además forma parte del panel de empresas encuestadas). Las empresas participantes en el estudio, elegidas de forma aleatoria entre el censo de Uepal, son la mayoría del sector servicios y se concentran en la ciudad de Alicante, aunque han participado empresas de toda la provincia.
El nuevo presidente de Uepal, César Quintanilla, señala que el tejido empresarial sigue siendo "optimista" a pesar de la evolución de la situación macro, que sí juzgan negativa (la encuesta se realizó antes de la quiebra del Silicon Valley Bank y el rescate de Credit Suisse), porque "las ventas siguen altas, el consumo se mantiene, sigue todo lleno". No obstante, "los márgenes bajan". Pero los empresarios ven que "a pesar de subir precios, se sigue vendiendo lo mismo, por lo que la preocupación no es la venta, sino el margen, que se está reduciendo". En cuanto a la previsión de acometer inversiones que refleja el OEXA, "llevamos tres años sin invertir, llega un momento en que tienes que afontarlo". Contratar, en cambio, "da más miedo, porque los costes salariales están subiendo y ya no se trata de aumentar plantilla sino de ver si puedes digerir el incremento de la masa salarial con las mismas personas".
En este sentido, el OEXA del cuatro trimestre de 2022 recoge que casi 7 de cada 10 empresas de la provincia de Alicante consiguieron el pasado ejercicio cumplir o incluso mejorar sus expectativas, mientras que algo más del 30% se quedó por debajo. En concreto, un 39,5% de los encuestados señala que 2022 cumplió sus expectativas, mientras que un 23,7% indica que el resultado del año mejoró sus perspectivas y hay un 5,3% para las que mejoró mucho. En cuanto a las previsiones para 2023, el 42% cree que sus ingresos se mantendrán, un 21% considera que aumentarán y el 37% restante vaticina que se reducirán. Es decir, 6 de cada 10 son optimistas.
Esta percepción sobre la situación particular de cada empresa contrasta sin embargo con la de la situación general, que se juzga, en términos generales, de forma tan negativa como en los dos trimestres anteriores. Ninguna de las empresas consultadas juzga de forma positiva la gestión del Gobierno, aunque un 15% la ve "regular". El 87% de las empresas se ha visto afectada por la inflación, y el mismo porcentaje afirma verse impactada por el precio de la energía. Algo menos, el 74%, se ha visto afectado de alguna manera por la crisis de suministros, y el 84% de los encuestados critican que la fiscalidad española es alta o muy alta en comparación con Europa (hace un trimestre eran el 100%).
En este escenario, llama la atención sin embargo, como se decía, que el 52,6% de los encuestados asegure que tiene previsto realizar inversiones a corto o medio plazo, frente al 38,1% que afirmaban lo mismo hace un trimestre. De esta forma, la expectativa sobre la inversión crece un 14,5%. Contratar es otra cosa, porque solo el 23,7% de los encuestados tienen intención de incrementar su plantilla en estos momentos, cuando hace un trimestre aún eran un 33,3% de las empresas las que se planteaban incorporar talento. La expectativa sobre la contratación cae de esta forma un 10%, justo tras una nueva subida del Salario Mínimo.
Los autores del estudio, José Antonio Trigueros y Juan Seguí, destacan que el OEXA recoge disonancias entre las situaciones particulares y la general porque "ahora las crisis se comportan de forma distinta, más rápidas, y crean también oportunidades". En este sentido, Seguí cree que "la inflación sigue subiendo porque hay mucha liquidez disponible, y las políticas para restar liquidez van a poner en problemas a los bancos", como ha comenzado a verse. "Los datos de empleo no son aún muy malos, pero es probable que la situación empeore hacia final de año". En cuanto a Trigueros, advierte de que "somos el peor país de la OCDE en empleo y en empleo juvenil", y cree que la estanflación es prácticamente un hecho, con "una inflación desbocada y un crecimiento mínimo ajustado; al BCE ya no le quedan instrumentos tras subir tanto los tipos, y solo nos queda esperar un soft landing".
El estudio contiene también la habitual pregunta abierta que en este caso es sobre la EPA, en la que los empresarios dejan claro que los datos de la encuesta sobre empleo no les merecen confianza. "La controversia sobre cómo se contabilizan los fijos-discontinuos dispara la desconfianza sobre cómo es de real el cómputo del paro", indican los autores. "Se percibe un descenso grande en el número de trabajadores". Los empresarios que confían en los datos los ven malos, pero son también muchos los que consideran que están "manipulados" al cambiar la forma de contabilizar los parados en función del contrato.