Las dietas bajas en calorías provocan cambios celulares que pueden prevenir enfermedades

13/02/2019 - 

MADRID, (EP). Un grupo de investigadores de la Universidad de São Paulo (Brasil) ha demostrado que las comidas bajas en calorías tienen un efecto protector contra algunas enfermedades, de forma que la cantidad de calorías ingeridas influyen directamente en el rendimiento de diferentes células.

Uno de los experimentos del grupo en ratones ha mostrado cómo una dieta baja en calorías puede proteger al cerebro de la muerte de las células neuronales asociadas con enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson, la epilepsia y el accidente cerebrovascular.

Los ratones se dividieron en dos grupos. Los investigadores calcularon el número promedio de calorías que el grupo sin restricciones calóricas comería y luego alimentaron al otro grupo con un 40 por ciento menos de calorías. Después de 14 semanas, a todos los ratones se les administró una inyección que contenía una sustancia que se sabe que causa convulsiones, daños y muerte de células neuronales.

Mientras que los animales en el grupo que no tenían restricciones dietéticas tuvieron convulsiones, los animales cuyas calorías habían sido restringidas no. Después, estudiaron lo que ocurrió in vitro. Para ello, aislaron los orgánulos de los cerebros de los ratones, que también se dividieron en dos grupos: los que tenían dietas no restringidas y los que sí.

Cuando se introdujo el calcio en la dieta, notaron que la captación era mayor en las mitocondrias pertenecientes al grupo que había ingerido menos calorías. En el caso de los ratones sometidos a una dieta restringida en calorías, las mitocondrias aumentaron la capacidad de absorción de calcio en situaciones donde el nivel de ese mineral era patológicamente alto.

También favorece el control del nivel de glucosa

En el páncreas, la restricción calórica ha demostrado ser capaz de mejorar la respuesta celular al aumento de los niveles de glucosa en la sangre. Los investigadores llegaron a esta conclusión después de realizar experimentos con cultivos de células beta que permanecen en los islotes pancreáticos y son responsables de producir insulina.

Se utilizó suero sanguíneo de ratones sometidos a una variedad de dietas, similar al estudio sobre los efectos de la restricción calórica en las neuronas, para nutrir las células cultivadas in vitro.

En las células tratadas con el suero de animales que consumieron menos calorías, la secreción de insulina a través de las células beta se produjo normalmente: baja cuando la glucosa era baja y alta cuando la glucosa estaba elevada. Esto no ocurrió en los animales que comieron más calorías (y se volvieron obesos). El experimento demostró que puede haber un factor sanguíneo circulante que modifica de forma aguda la función de las células beta.

Los investigadores han vuelto a plantear la hipótesis de si el fenómeno está relacionado con las mitocondrias, ya que la secreción de insulina depende de la disponibilidad de trifosfato de adenosina (ATP), la molécula que almacena energía, en la célula.

Cuando midieron el consumo de oxígeno por los dos grupos de células, observaron que era mayor en las células que recibieron suero de animales sometidos a restricción calórica. Dado que la respiración es responsable de la liberación de insulina durante el pico de glucosa, fue una señal de que las células generaron más ATP en esa condición.


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