ALICANTE. El refuerzo en el blindaje del antiguo cine Ideal como edificio de conservación integral que se pretende introducir en el catálogo de protecciones de Alicante no despeja cuál puede ser el futuro del proyecto promovido por el grupo Baraka para rehabilitar y transformar el inmueble en un hotel. La previsible aprobación de ese catálogo, que se someterá a votación en el pleno antes del día 10 (todavía se barajan las fechas del 8 y del 9), no supone de forma automática el rechazo de la petición de licencia, como avanzó Alicante Plaza el miércoles. Así lo corroboró este viernes el propio concejal de Urbanismo, Adrián Santos Pérez (Cs), en una comparecencia pública en la que insistió en que "se trata de procesos diferentes; ahora, una vez que se pueda aprobar el catálogo de manera provisional, serán los técnicos del departamento de Licencias los que diluciden cómo afecta ese grado de protección integral a la solicitud". "Está claro que puede complicar la ejecución del proyecto en la medida en que ese nivel de conservación supone que se deba conservar la fachada, la cubierta, la distribución y la volumetría, lo que incluye la imposibilidad de ampliar el número de alturas, pero eso no significa que la solicitud de licencia tenga que denegarse", explicó.
¿De qué depende que el permiso pueda concederse o denegarse? En primer término, se deberá precisar cuál ha sido el momento concreto en el que se considera que la solicitud de licencia se considera registrada de manera oficial y si ese momento debe considerarse previo a las nuevas condiciones de la catalogación del edificio, acordadas ahora. Como informó este diario, Baraka tramitó su petición el pasado diciembre, después de que la Concejalía de Urbanismo expidiese un certificado e compatibilidad favorable por el que se resolvía que el edificio sí podía tener uso hotelero. En ese momento, el proyecto ya se había ajustado a los límites de altura previstos en las ordenanzas gráficas del Plan Especial del Centro Tradicional, de modo que la propuesta de rehabilitación se había rebajado de las tres elevaciones que se pretendía inicialmente a solo dos. No obstante, esa solicitud de licencia todavía no se considera completa, puesto que antes del verano se requirió a la empresa nueva documentación adicional no aportada hasta ahora.
Así que, por el momento, no podría aventurarse que la petición de licencia habría precedido al refuerzo en su grado de conservación (de parcial a integral). Además, ese cambio en el nivel de protección deriva de la consideración del edificio como Bien de Relevancia Local (BRL). Se trata de un reconocimiento acordado por la Conselleria de Cultura en 2018, tras constatar su valor histórico por el papel propagandístico que el edificio desempeñó durante la Guerra Civil y la Posguerra, ya que "su capacidad y sus funcionalidades hicieron de él un escenario clave en el adoctrinamiento de masas".
De hecho, un primer informe emitido por Cultura el pasado mes de noviembre en respuesta a la solicitud cursada por el portavoz municipal del PSOE, Paco Sanguino, para que el edificio fuese declarado Bien de Interés Cultural (BIC), ya se apuntaba que el edificio se encuentra incluido en el inventario de bienes bélicos y civiles relacionados con la Guerra Civil en Alicante, y que ese era uno de los requisitos que conllevan su reconocimiento como BRL a partir de la Ley 9/2017 de modificación de la Ley 4/1998, del Patrimonio Cultural Valenciano.
A su vez, como también ha contado este diario, la condición de BRL obliga a concederle el grado de protección integral de manera automática, como se recoge en el artículo 40 de las normas del Plan Especial del Centro Tradicional. Así lo expusieron las alegaciones al catálogo formuladas por Esquerra Unida y por Unides Podem que han sido aceptadas y han conllevado el refuerzo en su grado de conservación, como recordó este viernes la dirección de EU a través de un comunicado.
De este modo, otra cuestión que podría resultar determinante para conocer si prevalece la fecha de la petición de licencia respecto al acuerdo de refuerzo de su protección en el catálogo sería que se concretase si Cultura notificó a la propiedad del edificio el acuerdo de reconocimiento como BRL en 2018.
En todo caso, otro elemento que puede resultar esencial respecto a la viabilidad del proyecto depende de qué elementos internos se declaren específicamente como protegibles. La ficha de catalogación del edificio no llegará a concretar esa relación de elementos hasta que no se produzca una evaluación interna sobre el inmueble y su estado. De hecho, tanto el Ayuntamiento como la Conselleria de Cultura ya han solicitado permiso a la propiedad para girar una visita al edificio, sobre la que emitirán sus correspondientes informes. En principio, se prevé que su contenido quede incorporado en la ficha en el trámite de aprobación definitiva del catálogo.
Por último, el factor final del que también podría depender la ejecución del proyecto es su viabilidad económica. Baraka podría acabar desistiendo si, una vez conseguida la hipotético licencia de obra, la obligación de conservar todos los componentes que se acaben concretando supone un encarecimiento de costes inasumible.
Sea como fuere, también debería contemplarse el escenario de que se rechazase la licencia y de que Baraka decidiese emprender acciones legales para defender la prevalencia de su petición de licencia. En ese supuesto, podría llegar a solicitar una compensación económica que, según se interpreta, en todo caso podría corresponder a la Generalitat, puesto que fue la administración que acordó su reconocimiento como BRL.
Por lo pronto, lo cierto es que hasta ahora Baraka ha venido manteniendo su interés por ejecutar el proyecto en las condiciones delimitadas por la normativa urbanística. Tanto que incluso ha llegado a convenir un acuerdo por la explotación del futuro establecimiento hotelero con NH. La cadena incluso aventuró una fecha para su apertura al público, entre 2021 y 2022.