ALICANTE. Las Cámaras de Comercio de la provincia culminan su renovación. Tras la elección de Juan Riera como presidente de la Cámara de Alicante y de la renovación que encarna Pablo de Gracia en la de Alcoy, esta semana llega el turno a la entidad local de Orihuela. En este caso, con la consolidación del proyecto que intenta relanzar la entidad tras la dimisión de la anterior directiva. Lo que no ha cambiado, en ninguno de las dos entidades locales, es la reivindicación, con mayor o menor intensidad, de un ámbito de actuación comarcal que permita generar más ingresos.
Así, la primera intervención ante el Pleno de la Cámara de Alcoy de Pablo de Gracia (gerente de la empresa de ingeniería Foradia y presidente de la patronal comarcal Fedac, que toma el relevo del veterano Enrique Rico), el único candidato que se había presentado, recuperó el discurso de la comarcalización de servicios, que encuentra cierto eco en la Conselleria de Economía (precisamente, el conseller Rafa Climent presidía el acto). De esta forma, las fuentes de ingresos de las cámaras locales se ampliarían para superar las estrecheces económicas que vienen atravesando desde que Zapatero eliminó el recurso cameral permanente en 2010 (la cuota obligatoria para las empresas de la circunscripción cameral).
Así, el nuevo presidente de la Cámara alcoyana, que sigue contando con Jorge Vaquer (Nirvel) como vicepresidente, avanzó que va a solicitar una reunión del Consejo de Cámaras de la Comunitat, presidido por el valenciano José Vicente Morata, para plantear que se permita una "cierta libertad a las empresas para ser atendidas y trabajar con la Cámara de Alcoy sin necesidad de tener la razón social en la ciudad". En este sentido, hay que destacar que muchos empresarios de origen alcoyano han terminado instalados en polígonos industriales de Cocentaina o Ibi, sin ir más lejos, que pertenecen a la Cámara de Alicante.
Cabe recordar que a principios de año el todavía presidente de la entidad alcoyana firmó con su homólogo alicantino, Juan Riera, un convenio para prestar ciertos servicios fuera de la ciudad, en los municipios vecinos, siempre bajo determinadas condiciones y con el visto bueno previo y la supervisión de la entidad provincial. Un acuerdo que unos meses antes se había alcanzado con la propia Cámara de Orihuela, en una situación económica aún más precaria que la alcoyana. Tanto que el Síndic de Comptes considera que está en situación de quiebra técnica, y que la antigua directiva dimitió en septiembre de 2016 para que la Generalitat nombrase una gestora y evitase su disolución.
El encargado de ponerse al frente de la entidad en esos momentos complicados hace año y medio, Mario Martínez, será elegido este mismo jueves como presidente del nuevo comité ejecutivo, tras una renovación ejemplar del pleno en la que hubo tantos aspirantes como plazas a cubrir, para seguir impulsando la recuperación de la Cámara oriolana. El acuerdo con la Cámara de Alicante se firmó hace casi un año, en mayo pasado, y Martínez se lanzó a desplegar una estrategia en busca de convenios con ayuntamientos que llevó a la entidad provincial a llamarlo al orden, y recordarle que necesita su visto bueno previo, tal como contó este diario.
La disposición de la entidad que preside Riera a salir en auxilio de sus 'hermanas pequeñas' en la provincia, con todo, no parece haber logrado que éstas olviden su aspiración de ampliar su ámbito de actuación a la comarca, en lugar de quedar constreñidas a sus respectivos términos municipales. El cambio de demarcación, con todo, necesitaría de una nueva ley autonómica que, por el momento, no está sobre la mesa.