MADRID. Casi con toda seguridad, la Reserva Federal americana (FED) se cruzará de brazos y mantendrá los tipos sin cambios, tras haberlos subido en once de las doce últimas reuniones de política monetaria. Tras este rápido ajuste, es evidente que el banco central desea actuar con más cautela para entender mejor la reacción de la economía ante la subida de los tipos de interés. Hasta ahora las noticias han sido positivas, con una clara desaceleración de la inflación, un mercado laboral sano y un crecimiento optimista. De hecho, la Reserva Federal se muestra cada vez más optimista sobre la posibilidad de que se produzca un aterrizaje suave.
Sin embargo, aunque el presidente Powell reconozca estas tendencias alentadoras, una parte de su mensaje será que el trabajo aún no está hecho. Ciertamente, aún queda camino por recorrer antes de que la FED pueda confiar en que la inflación está volviendo al objetivo de forma sostenible, y no es el momento de cantar victoria. De hecho, el gráfico de puntos actualizado, que muestra las previsiones de tipos de interés de cada uno de los miembros del FOMC, probablemente siga mostrando que la mediana de dichos integrantes espera subir los tipos una vez más este año. Algo que rebate la idea de que una pausa en septiembre anuncia el final del ciclo de subidas.
El presidente Powell transmitirá un mensaje más matizado: la FED sigue dependiendo de los datos. La evolución reciente ha dado margen al banco central para ver cómo se comporta la economía, y sus próximos pasos dependerán de cómo se perfilen la inflación y el crecimiento en los próximos meses. Nuevas buenas noticias en el frente de la inflación podrían significar que no es necesaria una subida final, pero sospechamos que una racha más fuerte de datos de inflación, junto con una actividad aún robusta, harán que se justifique un movimiento final a finales de este año.
Dejando a un lado los ajustes, el mercado estará atento a las señales en torno a la política monetaria en 2024 y a la opinión de la FED sobre la situación de los tipos a largo plazo. Es probable que la Reserva Federal continúe señalando cierta relajación el año que viene, aunque probablemente por debajo de los 100 puntos básicos de recorte que se habían previsto en la reunión de junio, dada la fortaleza de la actividad este año. Este mensaje de "más alto por más tiempo" supondría un revés para los mercados, que actualmente están valorando una relajación aún mayor en 2024.
Es posible que la opinión de la Reserva Federal sobre los tipos a largo plazo -aquellos que mantienen la economía a un ritmo constante de crecimiento e inflación- haya aumentado. Pero dada la gran incertidumbre que rodea a los denominados tipos neutrales, no estamos convencidos de que la Reserva Federal vaya a cambiar de opinión en este momento. De hecho, sus opiniones se han mantenido notablemente estables desde 2019, probablemente reflejando esta incertidumbre. Un cambio al alza sería una señal de halcones para la trayectoria a corto y largo plazo de los tipos de interés.
James McCann es economista jefe adjunto de abrdn