La batalla entre PP y PSPV está servida, con Ciudadanos como ese oscuro objeto de deseo. El preludio lo hemos tenido esta semana con Xixona, con la integración de los tres concejales naranjas en el equipo de gobierno del PSPV. Un acuerdo gestado en la base, pero con mensaje de más recorrido, y que es un paso más en la acción del futuro coordinador de Cs, Toni Cantó, de abrir al partido, separarlo del PP (y de la etapa de Rivera) y centrarlo. Esta batalla, que ha tenido a Xixona como prólogo, tendrá más episodios en L'Alacantí, que se convertirá este verano, y quien sabe si en los próximos meses, en un campo plagado de minas para PP, PSOE o el propio Ciudadanos.
El siguiente episodio es la moción de censura de La Torre de les Maçanes. Como ya informara Alicante Plaza, el PP hace meses que barrunta esta operación; si la ha aplazado para que no interfiriera en el proceso congresual que han llevado a Carlos Mazón a la presidencia del PP de Alicante. Puede ser este lunes, o el lunes, pero los populares formalizarán la moción de censura con dos ediles del PP, y dos nos adscritos para derrocar al alcalde socialista, que fue el más votado con dos papeletas más que el anterior regidor del PP. Aunque en el seno de la formación popular dicen estar muy tranquilos y que todo está bien atado, se abrirá la pugna por la legalidad de la moción al contar con dos ediles no adscritos, que al parecer -según las versiones- se fueron voluntariamente o expulsados de sus respectivos grupos.
Pero la traca final es Sant Joan d'Alacant. Allí, gobiernan, no sin alguna tirancez, el PSPV y Ciudadanos. Tienen un acuerdo por repartirse la Alcaldía durante dos años. Ahora está el socialista Jaime Albero; en el verano de 2021, debe tomar el relevo Santiago Román. En teoría, nada que ver con el PP. Pero sí, el PP quiere recuperar a Román, que fue concejal del PP entre 2011 y 2015, y que después creó un partido independiente hasta integrarse en Ciudadanos. Y (el PP) quiere, además, que Román sea su candidato en 2023. Los populares han ofrecido formalizar una moción de censura de manera inminente, una vez alejada la (orgánicamente) la figura del popular Manuel Aracil, con Román de alcalde, sin esperar al relevo pactado con el PSOE. Bueno sí, también le han ofrecido que espere al relevo y ya con la vara de mando, agote el mandato y que se presente por PP. La fórmula de la moción de censura no le encaja al edil de Ciudadanos: es necesario el voto del representante de Vox, algo que la dirección nacional en estos momento no permitiría.
Por tanto, esas son las cartas que hay sobre la mesa. El PP quiere a Román porque representa mejor que nadie un ejemplo de reunificación del centro-derecha, y que si esa operación sale hacia adelante se puede replicar en otros muchos sitios, aunque se esté en oposición, o en el gobierno. Por ejemplo, se podría dar esa unión previa en El Campello y Mutxamel, donde PP y Cs gobiernan, incluso con Vox. En San Vicente del Raspeig, la izquierda es mayoritaria y, además, el acuerdo de gobierno tiene más solidez. Pero tampoco sería descartable la vía Xixona, PSPV-Cs, en caso de que tuerzan las cosas, o el Botànic saltara por los aires antes de tiempo.
La suerte que tiene el PP es que en el PSPV de Sant Joan también hay problemas. Hay un sector del partido que estaría por romper el acuerdo con Cs, hacer dimitir a Albero y que el secretario general, Pablo Celdrán, asumiera la Alcaldía hasta el final del mandato. Es decir, que en Sant Joan puede pasar de todo. Y puede ser un ejemplo de lo que pretende Carlos Mazón, verbalizado en el último congreso provincial para reunificar al centro derecha. Y tiene mucho donde morder; otra cosa es que Ciudadanos se deje (de ahí que Cantó aliente a los suyos a salir de la zona de confort en la que viven en los gobiernos con el PP) , y el PSPV se ausente de esa operación, en estos momentos, en los que vive anclado en una especie de nebulosa presidencial, en la que nadie se mueve para evitar molestias en los liderazgos Así que, cuando el senyor pirotènic diga (que será con la moción de La Torre de les Maçanes), empieza la mascletà. Veremos quien aguanta en su sitio.