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La inteligencia artificial que nos invade en estos tiempos

Aunque el chatbot más conocido es ChatGPT de OpenAI, lo cierto es que día a día se incorporan muchos más generalistas y especializados, pero son legión

30/05/2023 - 

MADRID. El pasado miércoles 24, al cierre del mercado americano, la tecnológica fabricante de chips y semiconductores, Nvidia, sorprendió con la publicación de unos resultados correspondientes al primer trimestre del año, que hicieron trizas a las más optimistas previsiones de los analistas, batiéndolas de largo. Además, sus gestores mejoraron las previsiones para los próximos trimestres tanto en ventas como en mejora de márgenes.

La explicación de semejante evolución se encuentra en el aprovechamiento que la empresa está haciendo de las dos transiciones, por las que está pasando la industria informática: la computación acelerada y el desarrollo de la inteligencia artificial generativa, pero especialmente esta última. Sus acciones llagaron a subir un 30% en el mercado 'after hours', y arrastraron al alza a buena parte de las compañías del sector.

En los últimos meses no se escucha hablar mucho más que de inteligencia artificial. A la vera de prácticamente cualquier actividad aparece un chatbot y, aunque el más conocido es ChatGPT de OpenAI, lo cierto es que día a día se incorporan muchos más generalistas y especializados… pero son legión.

Nombres que aparecen, Anthropic, una startup de inteligencia artificial que se posiciona como constructora de un chatbot más seguro, denominado Claude. Character.AI, que permite a los usuarios crear y chatear con chatbots que pueden imitar a cualquier persona o cualquier cosa. Inflection AI, una startup participada por uno de los fundadores de LinkedIn, Reid Hoffman, y el cofundador de DeepMind, Mustafa Suleyman, creadores de Pi, un chatbot destinado a servir como un compañero personal.

Chatbots

Detrás de cada uno de esos ingenios hay empresas que los desarrollan y que aportan ingentes cantidades de dinero para financiar sus desarrollos. La tecnología base de estos chatbots, además de la utilización de grandes modelos de lenguaje, también es extremadamente intensiva desde el punto de vista computacional. Todo este inmenso desarrollo está llevando a los inversores a canalizar miles de millones de dólares a nuevas empresas. Y los inversores que participan en esa orgía de inversión no son sólo millonarios, fundadores de grandes empresas tecnológicas con experiencia, sino que lo hacen también minoristas con mínimos conocimientos y menores recursos financieros.

El rápido desarrollo, las grandes cantidades de capital y la multitud de opciones dejan claro que estamos entrando en un mundo de 'abundancia' de chatbots, y que las empresas que participan se esfuerzan también por diferenciarse. Es el desarrollo. Es la evolución. Pero además creo que sería interesante reflexionar sobre qué es la inteligencia artificial (IA) y dónde la podemos situar.


Podemos encontrar IA en aquellas empresas que ayudan a crear, a programar inteligencia artificial. Empresas que la utilizan en sus niveles más básicos. Aquí tenemos un conjunto realmente amplio, por ejemplo, todas las empresas de semiconductores, todas las empresas relacionadas con la computación en la nube. Invertir en ellas es hacerlo en IA. Pero también invertimos en inteligencia artificial si lo hacemos en empresas relacionadas con el denominado 'internet de las cosas' (la domótica), la robótica, con la implementación de sistemas cognitivos.

Pero todavía hay otro nivel de empresas en las que invertir, para aprovechar el boom de la IA: aquellas empresas convencionales que son capaces de implementar soluciones de Inteligencia Artificial, de usarla y de beneficiarse de ella.

¿Dónde focalizar?

Llegados a este punto, deberíamos de aprender de la experiencia de los primeros albores de internet, de aquellos momentos de los primeros lanzamientos de las empresas denominadas 'punto com', a finales del siglo pasado y comienzos de éste. Por si a alguien se le ocurre invertir alegremente en un sector tan amplio y diverso, lo mejor es que se lo piense… y que se lo piense varias veces además. Lo que es importante es identificar siempre empresas que ganen dinero, que sean rentables, sobre todo ahora, que estamos en los primeros momentos.

Después habrá que hacer un seguimiento cercano de sus negocios, ver que no hay desviaciones importantes. Haciendo esto puede que nos perdamos algún 'pelotazo' inicial, pero también es seguro que evitaremos algún que otro susto. Que nadie tenga miedo a perder la ola. Podemos concluir que hay cientos de empresas en todo el mundo relacionables con la inteligencia artificial y que, por lo tanto, estamos muy a tiempo de cogerla.

Antonio Castelo es analista de iBroker

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