Está atrayendo capital extranjero gracias a su más estable configuración política y a una economía impulsada por el consumo, tal y como explica el analista
MADRID. Varias veces nos hemos referido en esta tribuna a China y a los problemas que viene experimentando su economía y, por ende, su bolsa. La última vez, que fue a primeros de noviembre del año pasado, ya decíamos que las autoridades chinas estaban buscando la fórmula para recuperar la confianza de los inversores. Los mismos que temen -sobre todo- el debilitamiento del sector inmobiliario y las derivadas que puede tener sobre otros sectores; pero principalmente la inseguridad jurídica que viene siendo patente en los últimos años, con las nuevas políticas de Xi Jinping y su vuelta al socialismo más puro.
Hasta ahora las medidas de estímulo adoptadas por el Gobierno chino han tenido poco impacto en los mercados de capitales, pues los inversores están esperando medidas que tengan una mayor incidencia en la demanda y en el exceso de ahorro de los hogares. Últimamente los inversores se vieron decepcionados en sus expectativas después de que el primer ministro Li en el Foro de Davos incidiera en que los esfuerzos políticos se centran en reorientar el modelo de crecimiento de China y evitan los estímulos radicales. Todo ello alejando cualquier expectativa de que pudiera anunciarse un contundente paquete de medidas.
Sin embargo, en los últimos días el simple rumor de la puesta en marcha de un paquete de rescate para los mercados financieros parece haber conseguido dar impulso a la renta variable. Muy especialmente en Hong Kong, cuyo índice principal, el Hang Seng, se había dejado un 14% en 2023 y había comenzado el año con unas pérdidas adicionales del 12%.
Las líneas principales de ese paquete de rescate pasarían por movilizar cuentas en el extranjero de las empresas estatales como parte de un fondo de estabilización para comprar acciones de China continental a través de Stock Connect; además de otros fondos locales destinados a la compra de acciones a través de China Securities Finance Corp o Central Huijin Investment. Estas medidas podrían aprobarse esta misma semana antes de que comience el periodo de vacaciones, que marcan las celebraciones del Año Nuevo chino, la semana del 12 de febrero.
Pensamos que la recuperación de la confianza de los inversores extranjeros tendría que verse sustentada más en una mayor seguridad jurídica y una menor presión regulatoria; y que estas medidas no son más que un parche porque no son previsibles grandes cambios durante el mandato de Xi Jinping, y menos en el contexto de las tensiones geopolíticas y la guerra que se lidia por la tecnología principalmente.
En contraposición a la situación que observamos en China tenemos a la India, un país que cada vez está más en el foco de los inversores occidentales. Los problemas en las cadenas de suministro -durante y después de la pandemia en China- han incidido en la mudanza de parte de las inversiones estratégicas de las grandes compañías occidentales a otros países. Y, entre ellos, a la India, una nación que está favoreciendo políticas para fomentar la inversión; y a pocos meses de unas elecciones en las que es probable que Narendra Modi -primer ministro de la India desde el 26 de mayo de 2014 y valedor de estas políticas- revalide su liderazgo en el país.
El gran despunte de la India se ha producido en los últimos cuatro años donde el país más poblado del mundo se ha posicionado como una alternativa a China. Lo ha hecho atrayendo capital extranjero gracias a su más estable configuración política y a una economía impulsada por el consumo.
Hace pocas fechas, la capitalización bursátil de las bolsas indias superaban por primera vez a la de Hong Kong. Según datos de Bloomberg, el valor combinado de las acciones cotizadas en las bolsas indias -a Bolsa de Valores de Bombay (BSE) y la Bolsa de Valores Nacional (NSE)- alcanzó los 4,33 billones de dólares norteamericanos al cierre de la sesión del lunes 22 de enero. Un dato que supera a los 4,29 billones de dólares de la Bolsa de Hong Kong desbancando la India a Hong Kong de la cuarta plaza como mayor mercado de renta variable del mundo, que hasta ahora ocupaba cómodamente.
Recientemente Reuters publicaba los resultados de una encuesta realizada entre 25 responsables de estrategia de las principales gestoras globales. En ella concluía que el mercado de valores de la India alcanzará nuevos máximos en los próximos seis meses y subirá más de un 10% desde aquí a finales de 2024, impulsado por una expansión sostenida en la principal economía de más rápido crecimiento del mundo. Las previsiones apuntan a que crezca por encima del 6% en los próximos dos años.
Antonio Castelo es analista de iBroker