la obra de Lorca VERSIONADA, este sábado, en el Teatre Calderón de Alcoi

Laia Marull: “Mariana Pineda me está requiriendo abrirme el corazón todas las noches”

11/02/2020 - 

ALICANTE. Tuvo una vida breve y una muerte injusta, con tan solo veintiséis años, por no querer delatar a aquellos que protegía del rencor absolutista de la época. Mariana de Pineda Muñoz nació en Granada el 1 de septiembre de 1804, sin saber que la vida le iba a deparar toda una serie de arduos obstáculos, hasta en su propio final. La imprescindible figura histórica rescatada a tiempo para la memoria por Federico García Lorca llega al escenario del Teatre Calderón de Alcoi el próximo sábado, 15 de febrero, a las ocho de la tarde, con Mariana Pineda, de la mano de GG Producción Escénica.

La actriz barcelonesa Laia Marull, ganadora de tres Goyas, se mete en la piel y rasga en el alma de la protagonista en la obra dirigida y versionada por Javier Hernández-Simón. “Me está requiriendo abrirme el corazón todas las noches”, confiesa. “Poder recitar las palabras de Lorca… Son como flechas, que van directas al corazón, o a las entrañas, no sabes dónde, y explotas. Es muy bonito”. Ella ya conocía de cerca la historia de Pineda. “Fue una luchadora a favor de los ideales de libertad, contra la represión del momento”. Un punto de partida inequívoco que posiciona a Marull, desde el inicio de la aproximación a su valiente personaje, una Mariana Pineda “íntegra” donde las haya.

 “Ella sigue sus ideales hasta las últimas consecuencias”. Aunque no nace heroína, son los sentimientos propios de una gran valiente aquellos que le llevan a tomar sus decisiones “con el corazón abierto”, pero con plena “congruencia”. Porque Mariana Pineda es, ante todo amor. Esto es, moverse por esta especie de gratitud expansiva sin la cual no hacemos nada. “El amor en Pineda es libertad, algo que hoy en día no sé si se estila mucho”. Y sin toxinas, continúa Marull. “Es cierto que ella está enamorada de Don Pedro, siendo el amor romántico aquel que la mueve, quizá, de entrada; pero es el amor universal lo que finalmente le hace que tome la decisión de no declarar ni acusar a sus compañeros, aunque tenga que pasar por el garrote vil, que no es poca cosa”.

A través de este entramado se tejen los hilos del texto de García Lorca en la versión de ‘Mariana Pineda’, que pretende reflejar la universalidad que ha atravesado cada época, desde el contexto del siglo XIX, hasta nuestros días. Eso sí, sin perder de vista las circunstancias. “Estamos hablando de un rey absolutista y ahora es otro tiempo. Pero es cierto que actualmente está todo pintado de manera que muchas veces no vemos al enemigo, y lo tenemos en casa”. El primero, el capitalismo, para Marull. 

“Es la economía que llevamos, y que no logramos identificar”. Asimismo, en la obra también hay coincidencias. “La lucha por los ideales permanecerá hasta el fin de los días. Siempre hay alguien que quiere coartar nuestras libertades, la de expresión o la de que somos iguales; muchos derechos que, aunque los políticos estén continuamente llevándose a la boca la Constitución, siguen sin cumplirse”. E insiste: “Sería ridículo pensar que no hemos avanzado desde los tiempos de Mariana Pineda, aunque tenemos a una clase política que no da la talla”.

En este sentido, Mariana Pineda guarda una gran consciencia de mujer que la obra solo hace que mostrar con lupa. “Fue una mujer muy adelantada en su momento, activista. Ella siempre tira para adelante con lo que haga falta, siendo viuda y con sus hijos”. Si Mariana Pineda se considera feminista, Laia Marull también, por ende, y al contrario. “Creo que sí. Aunque es un concepto que se ha tergiversado, seguramente, porque ha interesado que sea así”. Marull lamenta que el concepto de ‘feminismo’ se haya “demonizado”, dice. “Como si tuviéramos que pensar que todos los hombres son malos y nos joden la vida; el feminismo en sí es simplemente la búsqueda en la igualdad de derechos entre hombres y mujeres”.

La curiosidad ha perseguido a Laia Marull y a su ‘segundo yo’, en este caso, la granadina de Lorca. “Yo ya había leído la obra de Lorca. De hecho, protagonicé en televisión la película ‘La Xirgu’, de Silvia Quer, el mismo día del estreno de Mariana Pineda en Barcelona, con todas las dificultades que eso comportó”, recuerda. Unas dulces coincidencias entre los dos nombres propios; fue la primera colaboración entre Lorca y la actriz Margarita Xirgu Subirá, para quien acabaría escribiendo los personajes, hecho que le impulsaría como dramaturgo.

Acostumbrada a brillar en cualquiera de sus papeles, que desprenden feminidad a flor de piel, Marull reconoce ahora estar centrada en su único cachorro: ser cuerpo y carne de Lorca. Aunque en cartelera todavía se proyecta ‘La inocencia’, con pedigrí castellonense, y donde aparece como la madre de la protagonista. “Interpretar a Mariana Pineda es un reto maravilloso. Todo lo tomo así. Es una manera bonita de entrarle al trabajo, encontrando la esencia más pura. Te lleva a unos lugares muy especiales”. El resultado es “puro” teatro “al uso” que, aunque con tintes de música cantada por los propios intérpretes y la presencia de cierta expresión corporal, pretende conservar el texto original de manera fidedigna.

Tras triunfar especialmente desde su estreno en octubre en espacios como Granada y Málaga, por la cercanía del tema, el ‘Mariana Pineda’ de Javier Hernández-Simón aterrizará en la provincia, en concreto, en el Calderón de Alcoi, el próximo sábado, 15 de febrero, 20 horas, y tras pasar este fin de semana por Arroyomolinos, en Madrid, y por Guadalajara. Lo hará con un objetivo claro: demostrar que el amor, hasta el último aliento, no deja a nadie indiferente.

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