VALÈNCIA (EP). La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha reconocido en la rueda de prensa posterior a la subida de 25 puntos básicos acordada este jueves que el foco a la hora de determinar el precio del dinero se desplazará hacia la "duración" de los tipos altos y, también, que no ha existido unanimidad en la reunión que fijó el alza de tipos, si bien no ha aclarado si los tipos han alcanzado el "pico" con esta última subida.
Lagarde ha afirmado que los tipos de interés "han alcanzado niveles que, de mantenerse por un tiempo lo suficientemente prolongado", contribuirán de forma "sustancial" a devolver la inflación al entorno del 2%, si bien no se ha abordado qué se entiende por 'tiempo suficientemente prolongado'. Posteriormente ha matizado que la frase no equivale necesariamente a que estemos en el "pico" de tipos.
"El foco de atención se va a desplazar probablemente un poco más hacia la duración, pero no quiere decir, porque no lo podemos decir, que ahora estamos en el pico", ha advertido, para añadir que el BCE se asegurará de que la política adoptada sea lo "suficientemente restrictiva" como para controlar la inflación. Lagarde también ha admitido que la palabra 'recorte' [de tipos] "ni siquiera ha sido pronunciada" en las reuniones del BCE.
En cuanto a la toma en sí de la decisión de hoy, Lagarde ha confirmado que "algunos habrían preferido hacer una pausa" y esperar a una reunión futura para evaluar con "mayores certezas" los efectos de los incrementos ya acometidos. No obstante, la exministra de Economía gala ha asegurado que ha existido "una mayoría clara" que ha respaldado la subida de tipos acordada.
De esta forma, el Consejo de Gobierno del BCE ha decidido elevar este jueves los tipos de interés en 25 puntos básicos, de forma que la tasa de referencia para sus operaciones de refinanciación se situará en el 4,50%, mientras que la tasa de depósito alcanzará el 4%, y la de la facilidad de préstamo el 4,75%.
El BCE ha justificado la subida de tipos en que la inflación permanece elevada y las previsiones coinciden en que así será. "La inflación sigue cayendo, pero aún esperamos que continúe elevada por demasiado tiempo", ha explicado Lagarde.
El banco central sigue "decidido" en devolver la inflación al objetivo del 2% "a su debido tiempo". Asimismo, Lagarde ha afirmado que seguirán "centrándose en los datos" a la hora de fijar los tipos de interés, para lo que se apegarán a las proyecciones de inflación general y subyacente y, también, en la "fortaleza de la transmisión de la política monetaria", que está siendo "más rápida" que en otros ciclos de subidas.
Por otro lado, la presidenta del BCE ha asegurado que la economía "probablemente" seguirá dando muestras de debilidad en los próximos meses. "En términos generales, se estancó en la primera mitad del año y [...] también será débil durante el tercer trimestre", ha indicado.
Lagarde ha sostenido que los motivos se encuentran en el comportamiento de las exportaciones europeas y el impacto de la política monetaria, que "está enfriando el crecimiento", incluidas en las inversiones residenciales y empresariales. Igualmente, el sector servicios se está "debilitando", a pesar de haber resistido hasta ahora.
Aun así, el crecimiento repuntará a medida que los ingresos reales crezcan gracias a la menor inflación, el incremento de la masa salarial y un mercado laboral "fuerte". En este sentido, Lagarde ha apuntado a que la tasa de desempleo se encontró en julio en un mínimo histórico del 6,4%.
Por otro lado, ha animado a los gobiernos a revertir las medidas de apoyo desplegadas para aliviar el impacto de la crisis, ya que es "esencial" evitar que cristalice en presiones inflacionistas en el medio plazo, lo cual, ha explicado, "requeriría de una respuesta monetaria aún más fuerte".
El organismo dirigido por Christine Lagarde ha pronosticado que la inflación media este 2023 se sitúe en el 5,6%, para moderarse al 3,2% y al 2,1% en 2024 y 2025, respectivamente. Esto supone una revisión al alza de dos décimas para este año y el siguiente, que se justifica en los precios de la energía, pero es una corrección a la baja de una décima para 2025.
La variable subyacente, que excluye de su cálculo los precios de la energía y los alimentos dada su mayor volatilidad, también se ha revisado "ligeramente a la baja", para quedar en el 5,1% este año, en el 2,9% en 2024 y en el 2,2% en 2025.
De su lado, el BCE ha pronosticado que el producto interior bruto (PIB) de la eurozona se expanda este año un 0,7%, un 1% el que viene, y que se registre una aceleración al 1,5% para 2025. Estas cifras implican una corrección "considerable" a la baja (dos décimas menos en el caso de 2023, medio punto la de 2024 y una décima la de 2025) que el banco justifica en el impacto de la política monetaria restrictiva sobre la demanda doméstica y el debilitamiento del comercio internacional.
Según Lagarde, los riesgos para el crecimiento económico estarían sesgados a la baja si los efectos de la política monetaria se manifiestan "con más fuerza de lo esperado" o si la economía china "se ralentiza aún más".
Por el contrario, si el mercado laboral se muestra "sólido", aumentan los ingresos reales y se despeja el ambiente de "incertidumbre", la confianza de familias y empresas crecerá y 'tirará' del crecimiento.