MADRID. Powell y Lagarde están decididos a seguir subiendo los tipos de interés hasta que los riesgos inflacionarios estén a raya. Y el mercado está considerando la posibilidad de que se equivoquen tensando demasiado la economía y provocando una recesión. Por otro lado, la estanflación es un riesgo de cola, mayor en la Eurozona que en EE UU, que ya no se puede ignorar. En este marco, consideramos que es preferible mantener la duración en renta fija al mínimo y que habrá margen para tomar más duración a medida que el telón de fondo macroeconómico se aclare y termine el sesgo restrictivo de los bancos centrales no antes del último trimestre del año.
El ciclo alcista de los tipos de interés está a punto de terminar y las implicaciones son grandes para los mercados. Por eso los banqueros centrales están haciendo todo lo posible por mantener su postura hawkish. Si el mercado se posiciona a favor de los próximos recortes de tipos, se desafiarán las agresivas políticas que han aplicado: la caída de los rendimientos relajará las condiciones de financiación, con el riesgo de crear un terreno fértil para la inflación. Pero si los bancos centrales continúan con sus agresivas políticas monetarias, podría sobrevenir una profunda recesión.
Los banqueros centrales han pintado un panorama positivo: alcanzar un punto dulce que garantice la derrota de la inflación al tiempo que apoya el crecimiento económico. Pero persisten obstáculos para que tal resultado se materialice. En EE UU, la tasa real de los fondos de Fed se volvió positiva por primera vez desde 2019, lo que indica que las condiciones financieras son más estrictas. Sin embargo, la tasa de depósito real del BCE sigue en el rango inferior que negoció entre 2010 y 2020. La probabilidad de inflación en espiral y el riesgo de estanflación es mayor en Europa que EE UU.
La buena noticia para los inversores es que el mercado de renta fija ofrece actualmente buenas oportunidades. El atractivo está en la parte corta de la curva. La rentabilidad de los bonos del Tesoro a 2 años de EEUU se sitúa 90 puntos básicos por encima de la de los bonos a 10 años. Además, los rendimientos a corto plazo son los primeros en caer en caso de recortes de los tipos de interés.
El riesgo estriba en que si se desarrolla un escenario de estanflación, los bancos centrales podrían seguir subiendo los tipos con lo que los precios de los bonos a corto plazo bajarían. En caso de estanflación, la parte larga de la curva de rendimientos podría caer bruscamente, lo que supondría una gran ventaja para los bonos de larga duración, pero el riesgo de mantener este tipo de bonos es elevado en un futuro incierto.
Las oportunidades son aún más sorprendentes en la renta fija corporativa. En promedio, las empresas estadounidenses con grado de inversión y vencimiento de entre dos y cinco años ofrecen 364 puntos básicos por encima de los bonos del Tesoro, mientras que el diferencial de la deuda corporativa high yield en los mismos plazos se acerca a los 540 puntos básicos. En Europa, los bonos corporativos con grado de inversión y vencimiento entre 2 y 5 años ofrecen 127 puntos básicos sobre los soberanos alemanes, y los de alto rendimiento con vencimiento de hasta 2 años se sitúan 550 puntos básicos por encima de la referencia gubernamental alemana.
Althea Spinozzi es estratega senior de renta fija en Saxo Bank