VALÈNCIA. Mientras en partidos como el PSPV las crisis se siguen en modo minuto y resultado, en Vox las cosas funcionan de otra manera. Los socialistas tienen a José Muñoz como nuevo portavoz en Les Corts tras semanas a la espera de movimientos de Ximo Puig y cambios en el grupo. Los voxistas también cuentan con nuevo síndic desde este martes. Pero todo se ha llevado en silencio. Una marca propia de este partido, donde las sorpresas llegan como tales.
La dirección nacional de Vox ha decidido relevar a Ana Vega como síndica para colocar a José María Llanos. Se trataba de la única mujer portavoz en el Parlamento autonómico. Quién lo iba a decir. Ella misma lo destacaba en un tuit el lunes. Lo tuvo que borrar pocas horas después. Al final de la legislatura pasada, y tras diversos cambios en los grupos, las Juntas de Síndics pasaron a llamarse de Síndiques ante el pleno femenino en estos puestos. No hubo partido que no se enorgulleciera de ello. Ahora son todo hombres. Y a disimular.
En Vox no parece que importe lo de hombre o mujer por aquello de que el feminismo cuanto más lejos mejor. Pero lo cierto es que el perfil de Ana Vega encajaba en cierto intento de cara amable aunque no se desviara de los postulados ideológicos de la formación. Seguramente esta consideración no fuera compartida por otros partidos de la izquierda, donde cuestan tragar los discursos de los voxistas desde la tribuna. Que se lo pregunten a las subidas de tensión que se le vienen al síndic de Compromís, Joan Baldoví, cada vez que sus compañeros de pupitre abren la boca. Pero lo cierto es que así era.
Vega llevaba como portavoz de Vox en Les Corts desde 2019. En las pasadas elecciones autonómicas fue cabeza de lista por Alicante, donde es presidenta provincial. Dentro del grupo cuenta con diputados afines, pero entre ellos nunca se ha situado José María Llanos. La decisión de relevarla, como no podía ser de otra manera, proviene de la dirección nacional. El vicesecretario de Institucional del partido, Ignacio Hoces, se desplazó a València el pasado lunes para comunicarla, según ha podido saber este periódico. Trasladó que se quería dar un nuevo impulso a la acción política de la formación en un territorio de tanta importancia como la Comunitat.
De acuerdo con el comunicado oficial de Vox, el cambio se enmarca "en el normal desarrollo del grupo parlamentario" en una especie de reparto de funciones según un reequilibrio provincial (Llanos es de Valencia). Y efectivamente todo responde a un reequilibrio, pero interno. Lo que se conoce como de corrientes.
Ana Vega llegó a la portavocía en Les Corts de la mano del que fuera secretario general de Vox hasta 2022, Javier Ortega Smith. Sin embargo, los enfrentamientos internos de los últimos años dentro de Vox han dejado vencedores y perdedores. Ortega Smith se encuentra entre los segundos. Actualmente, el secretario general es Ignacio Garriga, mientras que el vicepresidente Jorge Buxadé, de la considerada como ala dura de la formación, cuenta con gran poder interno. Así que el relevo de Ana Vega en el Parlamento autonómico parecía cuestión de tiempo. Al igual que algunos creen que también lo será en la presidencia de Vox en Alicante.
La vida dentro del grupo tampoco ha sido sencilla, especialmente los últimos meses, aunque el partido sepa disimularlo todo muy bien. El peso de los liderazgos de Valencia condiciona la convivencia en las instituciones. La dirección nacional aúpa ahora a José María Llanos después de que recientemente Ignacio Gil Lázaro cogiera las riendas de la formación en la provincia en lo que se interpretó como un punto y aparte a la etapa de su antecesor.
Pero Llanos no estaba muerto (políticamente), estaba de parranda. Tras adquirir de un tiempo a esta parte más protagonismo en intervenciones y debates en Les Corts, ahora resurge cual ave fénix como portavoz de un grupo en el que ya cuenta con diputados afines. Algunos como Ana Bellver, Ángeles Criado, Miriam Turiel, David Muñoz, Jesús Albiol o la propia presidenta de la Cámara, Llanos Massó, se consideran cercanos a él.
Poco o nada parece que haya agradado en el PP la decisión, donde valoran el talante negociador de Ana Vega y donde aún recuerdan lo bien que sentó (nótese la ironía) que pocas horas después de que los populares cerraran el acuerdo de Gobierno con Vox, apareciera Llanos para ayudar con sus polémicas declaraciones púbicas: "La violencia de género no existe".