VALÈNCIA. La Conselleria de Cultura tiene un nuevo plan. Una vez agotado Fes Cultura, el documento que guió la estrategia del departamento dirigido por Vicent Marzà entre 2016 y 2020, era la hora de actualizar el texto con la confección de un nuevo plan estratégico que marca la pauta a seguir entre 2021 y 2023. El documento, en esta ocasión, mira en gran medida hacia la propia estructura de trabajo de la Conselleria y trata de enmendar las deficiencias del sistema, aquellas cuestiones que han entorpecido de manera histórica su buen funcionamiento o relación con agentes externos. El propio conseller desvelaba ayer que el plan dibuja “un nuevo marco operacional”, una transformación “profunda” que llevará a un “nuevo modelo de gobernanza”.
Así se expresó durante la presentación del plan en el Palau de Les Arts, un acto en el que estuvo acompañado por la secretaria autonómica de Cultura y Deporte, Raquel Tamarit, y el coordinador del texto, Ramón Marrades, ante una sala llena de representantes del sector, tanto de instituciones públicas como privadas. Aunque, eso sí, la comunicación fue unidireccional y no hubo turno de preguntas. Tampoco se encuentra uno en el documento muchas cifras, ni en los objetivos de inversión ni en los presupuestos de las acciones planteadas. Si bien en 2016 el gran titular se lo llevaba el anuncio de una inversión de 500 millones de euros hasta 2020, en esta ocasión el Consell no se ha marcado objetivos numéricos. Tampoco las propuestas están presupuestadas, pues desde el departamento de Cultura se entiende que se irá desgranando en cada uno de los cursos.
Con todo, el nuevo plan es una realidad y llega bajo el lema ‘Cultura para la recuperación’, un proyecto que se despliega en un contexto no poco complejo, no solo por el golpe duro que ha supuesto la pandemia en las industrias culturales, que también, sino por la propia relación del departamento con el sector. La batalla que se ha librado en los últimos meses desde las artes escénicas, que han demandado una revolución en el Institut Valencià de Cultura y en el sistema de ayudas, o la delicada situación del sector de la música en directo resuena en un inicio de curso en el que los profesionales de la cultura piden cambios. En este sentido, uno de los puntos calientes era la respuesta de Cultura a la cuestión de la modificación en el sistema de ayudas, una reconfiguración reflejada en el plan estratégico y que da respuesta a una demanda histórica.
Redefinición de las ayudas
Así pues, la Conselleria de Cultura se compromete ahora a redefinir de manera progresiva la orden de ayudas generando una nueva fórmula plurianual, no sectorial, por proyecto y orientadas a empresas y consorcios. “El modelo convencional de subvenciones y ayudas […] implica un modelo de distribución de recursos anuales condicionado por el ciclo de justificación administrativa y sin suficiente escala para activar procesos reales de transformación y consolidación de las empresas del sector”, refleja el plan. Plantea, además, que en 2023 al menos un 35% de los recursos de la Conselleria destinados a ayudas a los sectores culturales se adapten a esta nueva fórmula, un proceso que también pasa por una reducción de la burocracia.
Entre las acciones especificadas en el plan, y como parte de esa reestructuración interna, se fija la creación del bautizado como Laboratorio valenciano de la capilaridad territorial y cooperación cultural (LaVaCC), una unidad encargada de coordinar toda la política cultural de la Generalitat, que irá de la mano de la Secretaría Autonómica de Cultura y Deporte. Entre otros objetivos, LaVaCC asumirá el asesoramiento del actual Circuit Cultural Valencià, el impulso de las capitales culturales y, además, plantea “reactivar y dinamizar” la Mesa de la Cultura (Mecuv), un espacio de interlocución con los profesionales del sector que ya se planteó en el primer plan estratégico. En este último punto la Conselleria de Cultura reconoce, a su manera, el fracaso de la mesa, que dio una gran foto de familia en 2017 con numerosos agentes culturales citados a su presentación pero que poco a poco fue haciendo aguas. De hecho, no son pocos los profesionales de distintos sectores culturales que han afeado a la Conselleria la inactividad de una mesa que ahora ve “necesario” reactivar. “La Mecuv debe convertirse en un espacio efectivo de participación y diálogo […] Una de las limitaciones, hasta ahora, de la Mecuv es que no estaba definida la dirección general encargada de gestionar su funcionamiento”, recoge el informe.
Plan de internacionalización y contratación de 1.000 personas
Otro de los objetivos reseñables del plan es la creación de una plataforma para la internacionalización, una unidad que tiene por objetivo conectar a los agentes culturales valencianos con distintas redes europeas y consorcios internacionales y asesorarlos en el diseño de proyectos enfocados a las convocatorias oportunas. Para ello la Conselleria apunta a la necesidad de contratar un servicio externo que se encargue de estas labores, aunque no está detallado en el plan estratégico la forma que tendrá el servicio ni el presupuesto vinculado al mismo. El nuevo plan estratégico plantea, además, un programa de formación de agentes culturales públicos y privados que se llevará a cabo de la mano de las universidades públicas y que beneficiará a unos 160 profesionales, así como un programa de residencias creativas en centros de enseñanza. “Ya se trabaja desde el Consorci [de Museus] pero que queremos llevarlo a otros espacios”, expresó Marrades durante la presentación, lo que calificó de una “acción pequeña con mucho impacto”.
De esta forma, el plan dibuja diversas acciones para dar respuesta a demandas históricas, desde la mencionada internacionalización a la creación de público. Sobre este último punto, el proyecto propone crear un programa “director y multisectorial” para diversificar públicos. En este sentido, y para atacar esta necesidad, desde Conselleria se llevará a cabo una primera fase con un estudio que haga una fotografía del público y, de manera paralela, la creación de un grupo de trabajo compuesto por mediadores públicos e investigadores de las universidades y agentes de los sectores culturales que trabajarán para realizar una propuesta de intervención y actuación que se presentará en 2022.
Otra de las líneas de acción del nuevo Fes Cultura pasa por la contratación de 1.000 personas durante un año para reforzar las estructuras de mediación cultural, un grupo que tendrá el "encargo genérico de pensar, diseñar acciones e intervenciones para contribuir a la satisfacción de los derechos culturales de la comunidad en la que están insertados". Calificada de "acción de choque", la iniciativa plantea una contratación por cada 5.000 habitantes, un agente que tendrá como misión activar la cultura en distintos puntos del territorio valenciano. La octava y última acción desarrollada en el informe pasa por lo que se describe como el impulso de nodos de innovación cultural y creativa de referencia autonómica, con la Ciutat del Artista Faller como experiencia piloto.