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La bajada de tipos ya estaba descontada y no ha traído sorpresas

13/12/2024 - 

En la reunión del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) celebrada este jueves, se ha decidido reducir en 25 puntos básicos el tipo de interés aplicable a la facilidad de depósito, el cual guía la orientación de la política monetaria. Con esta medida, el tipo de interés de la facilidad de depósito se sitúa en el 3%, el tipo de financiación queda en el 3,15%, y el tipo marginal de crédito se establece en el 3,40%.

Esta es la cuarta reducción de 25 puntos básicos desde el cambio de rumbo en junio, con el que la mayor parte de los analistas estaba de acuerdo. Esta medida refleja la continua preocupación del BCE por el anémico crecimiento económico en la zona euro y la necesidad de mantener condiciones financieras acomodaticias.

En reuniones anteriores, el BCE ha subrayado la importancia de seguir de cerca la evolución de la inflación y el crecimiento económico para ajustar su política monetaria de manera adecuada. En esta ocasión, se han presentado sus proyecciones macroeconómicas actualizadas, que incluyen una revisión a la baja de las expectativas de crecimiento y un ajuste a la baja en las previsiones de inflación. Las estimaciones señalan que la inflación se mantendrá por encima del objetivo del 2% hasta 2026.

La fragilidad del entorno económico europeo, reflejada en los recientes datos negativos, como los índices PMI que muestran la contracción global de la zona euro, hace prever que el enfoque gradual de bajadas de tipos del BCE continuará en 2025. El banco central deberá transitar por tiempos difíciles, lidiando con un desafío adicional: una crisis de liderazgo en el centro mismo de la eurozona.

En su discurso, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha eliminado la referencia a la política monetaria "restrictiva", lo que sugiere que podrían venir más recortes de tipos. De hecho, mencionó que se discutió la posibilidad de un recorte de 50 puntos básicos, aunque finalmente se optó por una reducción de 25 puntos.

Lagarde también señaló que los últimos datos sugieren una desaceleración en el impulso económico, con las empresas reteniendo inversiones debido a la incertidumbre. No obstante, destacó que la economía debería fortalecerse con el tiempo, aunque a un ritmo más lento de lo inicialmente esperado. La presidenta del BCE subrayó que los riesgos para el crecimiento se inclinan a la baja y hay razones para el optimismo: se prevé un fortalecimiento del gasto de los hogares y una mayor demanda global.

En el ámbito fiscal, Lagarde reforzó su llamamiento a los gobiernos para que cumplan con las nuevas reglas fiscales. En octubre, había solicitado a "empezar los esfuerzos" en este sentido, pero hoy enfatizó que los gobiernos deben implementar los compromisos "sin demora". En este contexto, Francia, se enfrenta a dificultades para cumplir con esos compromisos en este momento.

La falta de reacción del mercado ante la comunicación del BCE confirma que la bajada de tipos ya estaba descontada y no ha traído sorpresas. Aunque la actividad económica sigue siendo débil, especialmente en Alemania y Francia, el BCE mantiene su compromiso con la política de flexibilización. Se espera que el banco continúe adoptando decisiones "reunión a reunión" y mantenga su enfoque basado en los datos, sin comprometerse a una serie continua de recortes y vigilando de cerca la persistente inflación subyacente.

Virginia Pérez es directora de inversiones de Tressis

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