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la compañía mexicana y valenciana dialogan con las cerámicas para poner en marcha un piloto

La alianza de Biomitech y Climatrade: en busca de descarbonizar la industria con microalgas 

24/03/2024 - 

VALÈNCIA. Descarbonizar las calles. Descarbonizar la industria. Descarbonizar el día a día. En medio de la búsqueda continua de soluciones para aminorar el impacto del cambio climático, las empresas tantean opciones que no pasen solo por poner más plantas de energías renovables, sino para extraer el dióxido de carbono del aire que reduzca el impacto de lo cotidiano. En esta empresa se embarcó la compañía mexicana Biomitech con el desarrollo de un sistema de purificación del aire compuesto de microalgas que captan el CO2.

Cada uno de estos dispositivos es capaz de limpiar un volumen de hasta 12.000m3 de aire por hora, el equivalente a la respiración diaria de 2790 personas y, además, captura entre 40 y 60 toneladas de CO2 de la atmósfera al año, el equivalente a la cantidad de oxígeno que producen 368 árboles. En su expansión, la compañía se ha aliado con la valenciana Climatetrade para su incursión en el mercado europeo, además de para diseñar el primer piloto de esta tecnología en una planta industrial. 

La empresa nace en 2018 de la mano de Carlos Monroy, un biólogo mexicano que empezó a profundizar en el comportamiento de las microalgas. "Cerca del 80% del oxígeno que respiramos en el mundo viene de los océanos y de las microalgas. Carlos observó el poder microsintético de éstas, su papel en la humanidad y a explorar las maneras de llevar esa capacidad usando biotecnología e ingeniería a las ciudades", explica Gustavo Sánchez, partners and business strategy de Biomitech.

Con forma de árbol, su producto Biourban quiere llevar el poder fotosintético a través de de bioreactores. En este sentido, Sánchez señala que ya no hay espacio para levantar bosques en las zonas urbanas, por lo que optó por mejorar genéticamente las algas en el laboratorio, con lo que se aumenta el poder de captura de contaminantes. "En avenidas súper transitadas, al lado de autopistas, poner Biourban permite colaborar con la mejora de la calidad del aire", explica. La compañía ya tiene instalaciones en Mexico, Panamá, Colombia y ahora, de la mano de Climatetrade, han arrancando con la primera implementación en España. 

En su proceso de innovación, la mexicana cuenta con un laboratorio interno que inicialmente estaba en Reino Unido. Con el Brexit decidieron trasladarlo a Francia y desde allí realizan la investigación y el desarrollo. A partir de ahí, trabajan con partners comerciales. "El mercado europeo es muy desafiante, el mercado americano no está tan desarrollado a nivel regulatorio, pero es una oportunidad, porque son muy rápidos para ver la situación y empezar a trabajar ese mercado", apunta.

En captura directa del aire ambiental, Sánchez señala que hay equipos de otras compañías que trabajan con microalgas, pero su diferencial es la manera en la que pasan los contaminantes del aire al agua. "Nuestros equipos tienen niveles de eficiencia superiores por la manera en la que somos capaces de trasladar los contaminantes del aire al agua y, en el agua, que estén las microalgas preparadas para lidiar con los contaminantes de una forma muy eficiente", señala. En este sentido, al trabajar con los principios de la fotosíntesis, los contaminentes pasan a estar dentro de la microalga que luego puede ser utilizada con otros fines.

Trimestralmente o cuatrimestralmente, depende del nivel de concentración, hay que drenar el sistema y sacar las microalgas saturadas. "Es como si fuera un filtro, pero en nuestro caso no hay que lidiar con los contaminantes, sino que la microalga se puede convertir en distintas alternativas dentro del concepto de economía circular, desde fertilizante a compost. Cuando uno instala un Biourban en la vía pública y hay jardines alrededor, se conecta un sistema para que el alga saturada se convierta en fertilizante para los jardines que lo rodean", señala.

Impulsar la primera planta piloto

"Esto es un dispositivo que ayuda a descarbonizar las emisiones, y las captura. Hace un año introdujimos el producto, tenemos la distribución de la tecnología en España y Estados Unidos y ahora estamos trabajando con una compañía de referencia que no podemos desvelar todavía y con otras dos, pero tenemos acuerdos cerrados para instalar 15 dispositivos en toda España", señala Francisco Benedito, CEO de Climatetrade. Gran parte de sus clientes son compañías de salud como hospitales o aseguradoras, que tienen la parte social muy ligada a sus valores. 

Desde hace siete años, Climatetrade tiene la visión de apoyar las soluciones más importantes a nivel mundial contra el cambio climático desde el punto de vista financiero y de managment y comercial. "Nuestra mayor habilidad es la capacidad comercial que tenemos. Sin conocernos, yo pensaba en un dispositivo que capturara CO2 de alguna manera y sabía que se estaba trabajando con las algas", recuerda Benedito. Fue al recibir un premio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como el marketplace más importante del mundo para los mercados de carbono, cuando Benedito coincidió con el fundador de Biomitech.

"Nos caímos muy bien, conectamos y a partir de ahí dijimos, podemos hacer cosas juntos. Entonces, aprovechando la red comercial con las compañías, queremos que Biourban se instale en España, pero también encontrar soluciones para las cerámicas y las cementeras, que capturan CO2 de las chimeneas", señala. 

Biomitech, que a día de hoy cuenta con 17 personas en plantilla entre Mexico y Europa, busca llevar las fuentes fijas de descarbonización a las industrias. "Las algas se vienen explorando hace mucho tiempo y la idea es trabajar con compañías fuera de Europa que están muy desafiadas por los objetivos de reducción y prototipar nuestra tecnología para fuentes fijas", señala Sánchez. "En nuestro caso se ha probado en laboratorio muy exitosamente, pero estamos dando el siguiente paso que es escalar la tecnología del laboratorio con un primer piloto industrial, y ahí estamos trabajando con Climatrade y algunas industrias específicas que tienen la necesidad y pueden ser early adopters".

En la parte industrial, Sánchez señala que cuanto más altos son los niveles de concentración de CO2, el sistema es más eficiente. "El alga se satura muy rápidamente y ahí empiezas a trabajar con volúmenes que permiten el drenado diario en una cementera. Una o dos toneladas diarias de microalgas saturadas, que en el diseño de la solución se trasladan a un biodigestor, se les extrae moléculas de hidrógeno al alga, se genera biogás y éste, mezclado con hidrógeno, es un biocombustible que se puede volver a reconducir al proceso industrial como un biocombustible aditivado con hidrógeno, desplazando combustibles fósiles", explica. "Lo que era contaminación se convirtió al final del camino se convirtió en un biocombustible que desplaza combustibles fósiles".

Dependiendo de la industria y de la composición de los gases de ésta, Benedito señala que las emisiones pueden tender a cero. Pone de ejemplo a las cerámicas, cuyas concentraciones no son tan elevadas como en la cementera. "Aspiramos a captar un máximo de un 80% aproximadamente, lo cuál es muchísimo ya. Aquí es un tema de combinar distintos elementos para llegar a cero emisiones", destaca. Ahora, quieren poner en marcha en España la primera planta que pueda probar el sistema a este nivel, en un proceso cuyo valor añadido, como se apuntaba, es la circularidadad.

"Cuando capturas CO2 con un proceso más industrial, éste como no va a un elemento natural lo tienes que enterrar o meter en algún sitio. Aquí lo llevas en el alga, que puede terminar siendo compost o convertido en un biocombustible para las aerolíneas, que hay una demanda increíble", destaca Sánchez. Ahora, con su alianza, las dos compañías buscan definir un proyecto con cementeras y azulejeras con la ayuda de las compañías y la financiación con fondos europeos. 

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