La Agencia de Protección de Datos estrenará nuevos cargos en un organigrama renovado

VALÈNCIA (EFE). La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) estrenará su nuevo organigrama tras los acuerdos que el PSOE y el PP alcanzaron para la renovación de algunos órganos constitucionales y entre ellos los dos cargos principales de este organismo, cuya presidencia recaerá en la valenciana Belén Cardona.

El BOE, que ha publicado hoy los nombramientos del nuevo Defensor del Pueblo, de los nuevos magistrados del Tribunal Constitucional y de los consejeros del Tribunal de Cuentas, ha incluido también la convocatoria de plazas (Presidencia y Adjunto) para la AEPD, con la que se completarán los acuerdos entre el PP y el PSOE para la renovación de estos órganos.

La actual directora de la Agencia, Mar España, está en funciones desde julio de 2019, cuando finalizó el periodo de cuatro años para el que fue elegida, pero los puestos de máxima responsabilidad en el organismo serán ocupados ahora -en un modelo similar al del Defensor del Pueblo- por una presidenta y por un adjunto a la Presidencia.

Los acuerdos entre las dos fuerzas políticas mayoritarias prevén que la Presidencia corresponderá, a propuesta de los socialistas, a la catedrática de Derecho del Trabajo en la Universitat de València, Belén Cardona, y el adjunto será, a propuesta de los populares, el abogado especialista en protección de datos y derecho tecnológico Borja Adsuara.

Aunque los dos partidos han cerrado ya un acuerdo para la renovación, Cardona y Adsuara tendrán que pasar todavía un complejo procedimiento hasta culminar su nombramiento, un proceso que se actualizó el pasado mes de junio, cuando el Consejo de Ministros aprobó el decreto con el nuevo Estatuto del organismo que vela por la adecuada protección de los datos en España.

Además de suprimir algunos cargos, entre ellos el de director general de la Agencia -que a partir de ahora será sustituido por un presidente- el nuevo Estatuto prevé que el procedimiento para elegir al presidente y al "adjunto" se inicie con la convocatoria de esas plazas en el BOE para que concurran candidatos en un proceso abierto.

Un "comité de selección", del que forman parte responsables de los ministerios de Justicia y de Presidencia, del Tribunal Supremo o de la Abogacía del Estado, examinará las candidaturas y propondrá sus nombres al Gobierno para que lo acuerde el Consejo de Ministros.

Pero ese procedimiento no termina con la propuesta, ya que el Gobierno se la tiene que remitir al Congreso de los Diputados para que la Comisión de Justicia "examine" a los candidatos y ratifique definitivamente los cargos con una mayoría de tres quintos (o mayoría absoluta en segunda votación).

Cardona sustituirá, aunque en su caso como presidenta, a la actual directora de la Agencia Española de Protección de Datos, Mar España, que asumió el cargo hace seis años y debería haber sido relevada hace dos.

Un periodo durante el que se ha aprobado la nueva Ley de Protección de Datos y Garantía de Derechos Digitales (en 2018), que incluyó algunos conceptos pioneros y novedosos, como la carta de derechos digitales que incluye la desconexión digital, el derecho al olvido en internet o el testamento virtual.

El mandato de Mar España ha coincidido con la entrada en vigor del Reglamento Europeo de Protección de Datos -en 2018- que se incorporó al armazón legislativo con el objetivo de reforzar el control sobre quién dispone de la información personal y con el fin de armonizar las leyes de todos los socios comunitarios.

Pero además de la nueva ley y del Reglamento Europeo, la labor de la actual directora en funciones de la Agencia Española de Protección de Datos quedará marcada por su empeño, que ha convertido en una de las "banderas" del organismo, por poner coto a la proliferación en internet de imágenes (fotos y vídeos) con contenidos violentos y sexuales.

Mar España impulsó desde la Agencia la puesta en marcha de un "Canal Prioritario" para que cualquier persona pueda solicitar la eliminación urgente de contenidos sexuales o violentos antes de que se hagan "virales" , para tratar de limitar el daño y la humillación que sufren las víctimas cuando se propagan por las redes esas imágenes.