tribuna invitada  / OPINIÓN

La Vega no olvida 

18/06/2021 - 

Prácticamente recién llegada a las Cortes, recuerdo como si fuese ayer ese jueves 12 de septiembre de 2019. Estábamos en el pleno de Les Corts y me llegaban noticias alarmantes sobre la lluvia torrencial que estaba descargando en mi comarca y pedí permiso para poder salir antes y tratar de llegar a casa. Porque amigos y familiares me avisaban de que, o me daba prisa o seguramente no podría entrar.  Soy de Almoradí, por cierto. La localidad de la Vega Baja donde rompió el Río Segura y la DANA produjo la catástrofe más grande acaecida en mi zona en el último siglo.

Estuve allí, no me lo tuvo que contar nadie. Estuve allí cuando una empresa privada, que estaba trabajando en los alrededores, decidió dar un paso para delante y estuvo trabajando noche y día para poder taponar la rotura del cauce del río y evitar que la catástrofe fuese aún mayor. Estuve allí, de día y de noche, con ellos, llevándoles café y ropa seca, porque poco más se podía hacer. Sí, señores, esas empresas privadas, a las que tanto se demonizan por parte del Consell, aquel día y en aquel momento, nos dieron una lección a todos.

También estuve allí con la Guardia Civil, que no se separó ni un momento del cauce, cortando carreteras, desviando el tráfico, y fui testigo de un valeroso rescate que llevaron a cabo. Estaba allí cuando un guardia civil se subió sin pensarlo a la pala de una retroexcavadora para ayudar a salir a la gente de una casa ya inundada y también cuando la máquina casi vuelca por la fuerza del agua. Estuve allí, con la policía local, con el guardia del río, que 48 horas después seguía sin dormir, porque era el que mejor conocía el río y podía dar indicaciones de cómo iba a actuar. Estuve cuando la Cruz Roja organizó los albergues para los evacuados, vi el trabajo de Protección Civil, de los trabajadores municipales, de las decenas de voluntarios…

Estuve allí cuando llegaron bomberos de toda la provincia, cuando llegó la UME y todos respiramos aliviados, aunque Almoradí parecía una ciudad sitiada, con tanquetas del ejército y helicópteros. Estuve cuando nos quedamos sin suministro de agua corriente nada menos que ocho días. Espero que ninguno de ustedes tenga que saber lo que significa abrir el grifo de tu casa y que no salga una gota durante ocho largos días…ni agua para beber, ni mucho menos para lavar, o ducharte.

Después de haber pasado todo eso, después de ver un pueblo destrozado, una comarca arrasada, después de ver llorar a mis vecinos que habían perdido todo, quiero que entiendan que no me voy a rendir. Mi gente, que es la de mi pueblo, la de mi comarca, no me lo permitirían. Mi conciencia, aún menos.

Por eso desde Ciudadanos teníamos claro que la Comisión de la DANA debía servir para algo y no quedarse en palabras huecas. Si algo está en el ADN de Cs es la voluntad de ser capaz de sentarnos a tratar de negociar políticas sensatas, nos da igual “el color” de la propuesta si entendemos que puede mejorar la vida de los ciudadanos. Así nos hemos sentado a negociar con el Botánico y hemos conseguido, entre otras cosas, que la DANA no acabe aquí. Cada año se hará un seguimiento de las actuaciones, obras y subvenciones que el Consell se ha comprometido a llevar a cabo.

La Generalitat tiene una deuda histórica con la Vega Baja, la Confederación tiene una deuda aún mayor. Esta diputada y este partido la tiene con la gente, con la comarca de la Vega Baja y con todos los valencianos y valencianas anónimos que no pueden tener voz.

La DANA aún no ha terminado. Puso tristemente a mi comarca en el mapa del Consell. No permitiré que vuelvan a borrarla.

María Quiles es diputada del grupo parlamentario Ciudadanos

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