MADRID (EPT). La DOP de la Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó ha calificado la calidad de la fruta recogida en esta campaña de "excelente" para las siete variedades amparadas, a pesar de las dificultades climáticas a las que los productores han tenido que hacer frente a las lluvias persistentes en otoño y a un retraso de la llegada del frío.
Pese a las inclemencias del tiempo, la producción inscrita es de casi 58 millones de kilos, lo que supone un 4,4% más que en 2017, según señala Beatriz Rocamora, directora del Consejo Regulador de la DOP de la Uva Embolsada del Vinalopó. La variedad más tardía, Aledo, es el tipo de uva más consumida en España para la celebración de Fin de Año y representa un 48% de la producción inscrita en este órgano regulador. Rocamora estima que se consumen aproximadamente "dos millones de kilos de esta uva" lo que supone que dos de cada tres uvas que se comprar en Nochevieja "son de la zona del Medio Vinalopó".
En 2019 se cumplen 100 años del empleo de la técnica del embolsado que hace que este producto sea un "factor diferencial" del cultivo de esta fruta con respecto a otras zonas productoras. Esta campaña de 2018 llega en estos días a su fin y sigue siendo un motor de empleo de esta zona ya que genera más de 13.000 empleos directos.
Respecto a las condiciones climáticas, Rocamora considera que la sequía es "estructural" y es una situación a la que están más habituados los agricultores de esta zona. Sin embargo, las lluvias torrenciales y persistentes registradas en otoño han sido más perjudiciales en los cultivos porque la humedad en la fruta, una vez madura, genera mermas y hongos "que condicionan la comercialización". Un 40% de la producción se exporta a los países europeos, sobre todo Italia y Francia, que son los países donde más se comercializa esta uva de mesa, y fuera de la Unión Europea el Consejo Regulador indica que hay ventas en Canadá y Sudáfrica. Para el año que viene se muestran optimistas ante la apertura del nuevo mercado con China, porque consideran que "se abre otra oportunidad que tenemos que saber aprovechar".
Una de las empresas amparadas bajo este sello de calidad, Uvasdoce, trabajan intensamente estos últimos días antes del 31 de diciembre para finalizar los envases donde van las doce uvas tradicionales. Este año han apostado por un formato más orientado a los menores, un cofre con doce uvas de menor tamaño para fomentar esta tradición entre los más pequeños de casa. El resto de formatos están pensados para una mayor comodidad en el consumo de las doce uvas, desde pequeñas cajas para que sean portátiles, copas para después poder brindar.
La directora de Marketing de Uvasdoce, Miriam Cutillas, asegura que el ritmo es imparable en estas fecha porque "nadie quiere quedarse sin las uvas". Las mayores ventas de su producto, hasta el 95% son procedentes de España pero Cutillas señala que hay un repunte de ventas en Suecia, donde cada año registran un mayor interés en su producto.
