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Salón de actos, sala de exposiciones y alojamiento para profesores 

La UMH activa el trámite para construir su nuevo edificio en Altea, 'Mascarat', por 2,6 millones

7/11/2021 - 

ELCHE. Dos años después de lo previsto, puesto que la idea era que estuviera finalizado en 2021, la Universidad Miguel Hernández (UMH) ya ha iniciado el expediente administrativo para la construcción del nuevo edificio multiusos de Altea: 'Mascarat'. El coste máximo será de 2,6 millones de euros y el plazo de las obras será de catorce meses. El inmueble, diseñado por Arkítera, destaca por su aspecto inmaculado con una larga fachada texturizada para aligerar la sensación de volumetría. 

El nuevo edificio que ampliará el campus de Altea tendrá dos plantas e incluirá, entre otros espacios auxiliares, un salón de actos con capacidad aproximada para 350 personas, aulas de idiomas y formación, sala de exposiciones, alojamiento para profesores invitados y una zona de despachos, con una estimación inicial de 1.621,50 m² de superficie construida. 

Salón de actos, sala de exposiciones y alojamiento para profesores

En la planta baja se ubicará el salón de actos, acondicionado para personas con diversidad funcional, con una superficie estimada en su conjunto de 550 m² y a doble altura. En esta misma planta estará también el aula de idiomas, el aula de formación y la sala de exposiciones, que se ubicará en la fachada Este del edificio, lindando con la zona de aparcamientos, con una superficie útil mínima de 80m², destinado a exposición de las expresiones culturales de la UMH. Asimismo, en este primer nivel habrá también alojamiento para docentes invitados con dos habitaciones.

En cuanto a la primera planta, estará la sala de exposiciones, ubicada sobre la sala de planta de exposiciones de planta baja en el espacio que esta no se desarrolla en doble altura. Contará con la zona de despachos, que serán ocho. 

Un diseño inspirado en la 'desmaterialización'

Sobre el diseño del inmueble, se ha tratado que mantenga como en el resto de edificios, una línea estética unitaria, cercano a las características del emplazamiento y con referencia a la imagen tradicional de Altea, principalmente en cuanto a materiales empleados y criterio cromático. Tomando de partida algunos criterios sobre el volumen de Le Corbusier, en este caso el objetivo es reducir la contundencia de los volúmenes a través de distintas
tramas de acabado, llevando a cabo una 'desmaterialización' del volumen rotundo, creando una arquitectura de gran tamaño, pero de apariencia liviana.

En este caso, la estrategia para conseguir este efecto de ingravidez es la multiplicación de elementos salientes desde la envolvente hacia afuera. Así que esa contundencia se suavizará "a través del diseño de espacios y volúmenes con acuerdos curvos que permiten eliminar la agresividad de un edificio prismático de aristas ortogonales", señala el informe del diseño. Por otro lado, estos espacios curvos permiten la continuidad espacial tanto interior como exterior alterando la percepción por parte del usuario. Las circulaciones interiores del edificio se explicitan en su exterior a través de la abertura de grandes huecos que introducen luz a estos espacios y los relacionan con el entorno.

Otro de los factores que inciden en la percepción exterior del edificio es la propuesta de una fachada texturizada que, usando los materiales requeridos, intenta suavizar la contundencia de los volúmenes cerrados a través de aparejos no planos de ladrillo blanco. Esta misma textura vela los huecos de fachada y permiten disipar la brusca ruptura que suponen los escasos huecos que aparecen en la fachada (excepto los accesos, miradores y escaparate de la sala de exposiciones). "Todos estos aspectos compositivos del edificio establecen una relación indirecta, casi metafórica, con el núcleo de actividad del campus: la plástica relacionada con las bellas artes".

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