ALICANTE. El Elche vuelve a la partida. No es el duelo con Noruega, pero también es un encuentro de clasificación para la Eurocopa de Alemania.
El estadio Martínez Valero puede acoger el próximo 12 de septiembre el partido que debe enfrentar a la selecciones absolutas de España y Chipre, correspondiente a la jornada sexta de la fase de clasificación de la Euro 2024, en el grupo A. Lo anterior después de que la Confederación Europea (UEFA) haya informado negativamente para que dicho encuentro se dispute en el estadio de los Campos de Sport de El Sardinero de Santander. Que esa instalación fuera escenario del partido respondía a la celebración por parte de la Federación Cántabra de Fútbol de su Centenario, la efeméride que también llevaba al club franjiverde a aspirar a acoger un partido de La Roja en 2023 (llegó a anunciar que sería el citado de marzo, ante Noruega) o a que el España-Georgia de noviembre se juegue en el José Zorrilla de Valladolid, toda vez que la Real Federación de Castilla y León de Fútbol también cumple cien años.
El departamento de Competiciones de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) designó a El Sardinero, pero para los inspectores de la UEFA este tiene categoría de dos estrellas y un envite así ha de jugarse en uno de cuatro. Aunque existe la posibilidad de acometer una serie de reformas para que el estadio cántabro pueda pasar el corte, lo anterior ha quedado descartado porque habrían de estar listas el 30 de julio, algo materialmente imposible.
Consciente de lo anterior, el Elche ya ha movido los hilos. Cuenta con la complicidad de la Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana y, especialmente, de dos argumentos de peso: el emotivo, que no es otro que el celebrar también su Centenario; y el práctico, toda vez que el Martínez Valero cuenta con categoría cuatro estrellas, la que exige la UEFA.
Es precisamente esto último lo que descarta de plano al estadio Rico Pérez: para alcanzar la categoría cuatro estrellas también serían necesarias reformas... y ahora mismo está siendo objeto de "trabajos de emergencia" por parte del Instituto Valenciano de Finanzas, su propietario, que además se encuentran parados ya desde hace una semana al haberse agotado la partida presupuestaria que se consignó en mayo.
Como el Elche, con motivo de su Centenario (cumplió cien años en octubre pasado) el Hércules también solicitó a la RFEF acoger un partido de la Selección absoluta española. De entrada se le compensó con un amistoso de La Roja femenina con Brasil, disputado en abril del año pasado, pero en las oficinas de Foguerer Romeu Zarandieta siguieron insistiendo en los meses siguientes (el último intento se produjo en vísperas del Mundial de Catar)... hasta que el departamento de Competiciones de la RFEF resolvió que el España-Noruega de marzo pasado y el España-Escocia de octubre se jugarían en La Rosaleda de Málaga y La Cartuja de Sevilla, en virtud del acuerdo que mantiene el organismo que preside Luis Rubiales con la Junta de Andalucía, mientras que los choques contra Chipre y Georgia en territorio nacional se jugarían en Santander y Valladolid.
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