ALICANTE (EFE). Un grupo de investigadores de la Universidad de Alicante (UA) se encuentra inmerso en un proyecto para el tratamiento de aguas residuales a través de microorganismos halófilos presentes en las salinas de Santa Pola y Torrevieja, unos microbios que tienen la capacidad de vivir en un ambiente hipersalino y que pueden ser empleados para el tratamiento de salmueras y ósmosis.
El proyecto tiene por objetivo tratar aguas contaminadas por nitrógeno, compuestos clorados o metales pesados perjudiciales para la salud a partir de estos microorganismos, ya que, metabólicamente hablando, son capaces de eliminarlos por completo, según ha explicado la UA en un comunicado.
Asimismo, la biomasa generada durante el proceso de investigación permitirá la obtención de pigmentos, enzimas y bioplásticos de interés para sectores como el de la cosmética, la alimentación o el farmacológico.
El tratamiento de aguas residuales con bacterias es una tecnología ya implantada y estandarizada, pero la innovación del proyecto desarrollado por la Universidad de Alicante reside en poder tratar aguas y residuos salobres, como la salmuera, con arqueas en lugar de emplear bacterias.
La investigadora y directora del Grupo de Bioquímica Aplicada, Rosa María Martínez Espinosa, ha explicado que "uno de los grandes problemas que existe tanto con el agua de consumo, como con el agua de ríos y mares, es que la concentración de nitrato está subiendo en exceso por el uso abusivo de fertilizantes".
"En altas cantidades, tanto el nitrato como el producto de su reducción, el nitrito, son extremadamente tóxicos para humanos y animales y pueden llegar a producir cáncer de estómago", ha expuesto la investigadora, quien ha añadido que "los microrganismos de las salinas son capaces de eliminar eficientemente este compuesto sin alterar otras propiedades fisicoquímicas del agua".
"Las plantas de tratamiento de aguas residuales al final generan una salmuera que en muchas ocasiones acaba en el mar perjudicando especies de gran valor como las praderas de posidonia", ha indicado la directora del centro.
Es en esta fase donde los microorganismos halófilos toleran una elevada concentración de sal y pueden utilizarse para el tratamiento posterior de la salmuera: "Si evitamos que este residuo salga tan cargado en materia orgánica, metales pesados y otros contaminantes el impacto ambiental será menor", ha sostenido.
Además, la biomasa final obtenida del tratamiento de la salmuera da lugar a moléculas con aplicaciones de interés para pigmentos utilizados en cosmética y fármacos, y como antioxidantes para alimentación.
"Los microrganismos halófilos cuando crecen en situaciones limitantes producen un biopolímero cuyas propiedades fisicoquímicas lo hacen un buen candidato para su uso en la fabricación de envases totalmente biodegradables", ha concluido la investigadora de la UA respecto a otra de sus aplicaciones para sustituir plásticos de síntesis química por bioplásticos.