SANTA POLA. La startup Mediterranean Algae, que empezó a despegar en mayo de 2021, con un proyecto enfocado a la investigación de algas autóctonas para usos desde el consumo humano o animal hasta la regeneración de aguas, tiene entre sus planes más próximos lanzar su propia línea de cosmética en marzo de 2022. En estos momentos el equipo de la firma alicantina prepara la precampaña para anunciar este desarrollo que se realizará exclusivamente con algas del mar Mediterráneo.
La tecnología de esta nueva compañía innovadora permite obtener biomasa y compuestos bioactivos de alto valor añadido para diferentes aplicaciones y, entre sus próximos planes, más a medio plazo está el de obtener su propia planta de producción cuando ya cumplan las condiciones de un cultivo optimizado para cultivar las algas de forma competitiva en la provincia alicantina, en las Salinas de Santa Pola. De hecho, en la villa marinera ya han investigado con el uso de las aguas de los azarbes y las algas para regenerar esos aportes hídricos, experimentos que han tenido buenos resultados y barajan ahora la opción de aplicar ese conocimiento hacia la regeneración de las aguas en puertos.
Además, en los últimos meses la startup sha seguido haciendo crecer su propuesta innovadora para crear el primer cultivo de algas autóctonas. Si desde hace unos meses se ha hecho con varios galardones por parte del Rotary Club o Fundeun, también forma parte de la plataforma FutureEUAqua, la mayor plataforma de stakeholders de innovación en acuicultura más grande de Europa.
Se trata de una iniciativa que nació el verano de 2020. impulsado en principio por los amigos Yago Sierras y Guillermo del Barco Aldaz y que desde entonces suman a otras dos personas, Silvia Antón Sempere y Alejandro Simón Marhuenda, desde la Universidad de Alicante (UA) y la Universidad Miguel Hernández (UMH) formando un equipo multidisciplinar con conocimientos en biotecnología, ciencias del mar, acuicultura y desarrollo de negocio.
El objetivo es el de poder cultivar varias algas presentes en el Mediterráneo para investigar varios usos "en principio, dos que ya se usan para el consumo humano, aunque están presentes también en otros mares; la ulva -o lechuga de mar- y la gracilaria, pero trabajaremos más adelante con otras; hay cientos de clases de algas prácticamente desconocidas por el ser humano" y muchas de ellas tienen "unas propiedades increíbles", según aseguran desde la firma. A nivel de producción, están en conversaciones con el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola y del Ayuntamiento de la villa marinera para ver la posibilidad de iniciar el cultivo a gran escala en sus inmediaciones, de forma totalmente sostenible.