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el club blanquiazul lo viene solicitando desde el aplazamiento del choque con la llagostera

La RFEF se resiste a modificar el calendario, tal y como le pide el Hércules desde la semana pasada

29/04/2021 - 

ALICANTE. La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) tiene en su mano evitar que el Hércules tenga que jugar cuatro partidos en 11 días por causas ajenas a él.

El club blanquiazul lleva desde la semana pasada, cuando se decretó al suspensión del choque ante la Llagostera, tratando de que la RFEF acepte modificar el calendario en el grupo 3D para evitar así tener que disputar cuatro finales en semana y media. Sin embargo, hasta el momento, desde Las Rozas no se han mostrado sensibles a sus reiteradas peticiones. Todo lo más, han deslizado que valorarían un retraso de la última jornada en el caso de que hubiera aplazamientos en las fechas más próximas a la misma (se disputa el fin de semana del 22 y 23 de mayo), con objeto de garantizar que se juega unificada (como está previsto).

La segunda fase en el grupo 3D consta de ocho jornadas de las que este fin de semana se disputa la quinta. Ahora bien, la cuarta no se ha jugado completa, pues resta el Hércules-Llagostera, que se ha señalado para la tarde del miércoles que viene; y tanto de lo mismo ocurrirá con la quinta por el también aplazado 'sine die' Hércules-Lleida.

El club blanquiazul ha resultado perjudicado por los positivos en los vestuarios de la Llagostera y Lleida, dos equipos que han de descansar forzosamente dos jornadas en esta segunda fase al ser originarios del subgrupo 3A (en la fase regular jugaron dos partidos más que Hércules, La Nucía y Atlético Levante, los conjuntos provenientes del 3B). Casualmente las suspensiones de sus encuentros ante los blanquiazules van acompañadas de una de las dos jornadas de 'descanso' previstas para ellos, por lo que en la práctica no sufren una acumulación de partidos derivada del aplazamiento como sí le ocurre al Hércules: la Llagostera descansa este fin de semana, por lo que pasarán siete días entre su último encuentro (el del pasado miércoles contra La Nucía) y el del Rico Pérez ante el equipo de Manolo Díaz (5 de mayo); y el Lleida descansa el fin de semana del 8 y 9, en el que el Hércules sí tendrá que jugar (a domicilio con el Badalona), tres o cuatro días antes de recibir a los ilerdenses (si el choque se fija finalmente para el miércoles 12).

En manos de la RFEF está evitar lo anterior

El Hércules jugará el próximo miércoles día 5 en el Rico Pérez el citado duelo pendiente con la Llagostera. Un partido correspondiente a la jornada 4 y que, como tal, se debió disputar la tarde del sábado 24 y que se aplazó por dos positivos en el vestuario del conjunto gerundense, que este miércoles jugaba como local ya un primer encuentro aplazado (en ese caso por positivos en La Nucía).

A continuación, los blanquiazules se medirán a domicilio con el Badalona, en un choque de la jornada 6 que presumiblemente se celebrará la tarde del sábado 8 (aprovechando que el Reglamento General de la RFEF permite jugar las tardes del sábado, los badaloneses se plantean adelantar a ese día la disputa del partido (juegan normalmente los domingos), algo que provocaría que el Hércules cuente con todavía menos días de descanso). En principio, tras la visita a Badalona, el equipo de Manolo Díaz jugaría el duelo ante el Lleida: sería el miércoles 12 en un Rico Pérez que tres o cuatro días después (el sábado 15 o el domingo 16) debe ser escenario del encuentro ante el Cornellà, correspondiente a la jornada 7. Y el fin de semana siguiente, el del 22 y 23 de mayo, los blanquiazules cerrarían la segunda fase con la Llagostera, esta vez a domicilio en partido adscrito a la octava y última jornada... salvo que la RFEF interceda y modifique el calendario. 

Ningún equipo puede oponerse a un cambio del calendario puesto que la temporada acaba para todos los conjuntos del grupo con la finalización de esta segunda fase: ninguno puede ganarse en la misma el derecho a pelear el ascenso a Segunda A en el 'play-off' como sí ocurre con los que terminaron entre los tres primeros clasificados la fase regular en cada subgrupo. 

Además, hace un mes la RFEF permitió que por aplazamientos se jugasen partidos (Espanyol B-Olot Amorebieta-Racing de Santander) de la fase regular tras haberse disputado la última jornada de la misma (algo que provocó que los equipos de los grupos 2 y 3 conocieran su calendario más tarde que el resto).

Y el manido argumento del dinero (siempre socorrido para justificar cualquier posición en tiempos de carestía como los que vive el fútbol español), carece de fuerza en este caso porque el prolongar una semana o dos la competición no sería especialmente gravoso para los clubes: los jugadores acaban contrato con la finalización de la temporada y esta se extendería solo una o dos semanas más de lo previsto inicialmente; y lo anterior si desatendemos a la postura de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), que desde siempre ha sostenido que en Segunda B la temporada acaba cuando finaliza el último partido del 'play-off' de ascenso, porque en ese caso no hay club que pueda oponerse a la modificación del calendario aduciendo que no presupuestó ese gasto salarial.

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