ELCHE. La residencia universitaria que va a impulsar la Universidad Miguel Hernández (UMH) en el antiguo albergue juvenil, proyecto con un edificio fantasma durante años, está más cerca de ser una realidad. Aunque ese 'cerca' supone que podría no estar listo en al menos dos años. Si bien la institución y el Ayuntamiento dieron a conocer que la cesión a la universidad se espera que esté lista antes del verano para que la universidad pueda empezar su adecuación, queda el proyecto para el diseño de la misma y su posterior ejecución. Si no se lograr concentrar en una adjudicación, este paso supondría dos licitaciones que podrían llegar a los dos años.
La universidad calcula invertir alrededor de 670.000 euros en reformar el inmueble de cara a sus necesidades, sobre todo en la planta baja con sus zonas comunes, además de adquisición de mobiliario o servicios de jardinería. Pero antes de esto, se hará una entrega de llaves simbólica desde el Consistorio a la universidad, a la que cederá el inmueble durante una década, con opciones de prórroga. Paralelamente, el reto es intentar que el futuro adjudicatario de este proyecto ubicado en Avenida de Alicante nº 91 sea también quien presente el diseño, la obra y se encargue de la gestión privada.
De no ser así, después de la cesión que hará el Ayuntamiento, y que se tiene que rubricar en un convenio entre ambas instituciones que explicite las condiciones de la gestión, la UMH tendrá que sacar a licitación no solo el proyecto arquitectónico, sino después la ejecución para materializarla y la propia gestión que llevará a cabo una empresa. Es decir, tres licitaciones. Si no se logra que un único adjudicatario se encargue de las tres patas, que podría suponer un año, la puesta en largo de la residencia puede demorarse al menos un par de años, según explican desde el equipo rectoral. Dejando a un lado estos plazos, hay que recordar que este fallido proyecto supuso un coste para las arcas municipales de 2,3 millones de euros, y la adjudicataria de entonces realizó mejoras por 600.000, por lo que hay invertidos en el inmueble casi 3 millones de euros.
En cuanto a las características de la residencia, tendrá un total de 30 habitaciones con 57 camas, zonas de estudio y comedor. Se distribuirá en una planta baja, de 983 m2 y 7 habitaciones; una primera planta con 15 habitaciones, distribuidas en 741 m2; y una planta segunda, que contará con 8 habitaciones y 426 m2. Ruiz asevera sobre este aspecto que por otras experiencias de intercambio entre universidades, una de las cuestiones que más se les demanda es la de espacios residenciales, por lo tanto es una cuestión estratégica para la propia institución, así como para la ciudad para que tenga esa dinamización de vida universitaria. Asimismo, en los periodos no lectivos, como agosto o Semana Santa, no solo se plantea como residencia para estudiantes o investigadores, también para deportistas asociados a la institución universitaria.