El pasado domingo VOX inició el arranque para las próximas elecciones en Vistalegre, con un aforo preocupante, unas 10.000 personas en el interior y otras 3.000 en el exterior. Se trata del mismo recinto que ha sido usado en diversas ocasiones por Podemos, recuerden el último congreso que acabó con el tándem feliz entre Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, pero cualquier parecido entre ambas formaciones es pura coincidencia.
La puesta de largo en escena del partido que lidera Santiago Abascal ha originado una gran oleada de reacciones en la opinión pública, en los medios de comunicación y en las redes sociales, casi todas las opiniones giraban en torno al componente “ultraderecha” y el “miedo” que surja en España un partido de estas características. VOX no es nuevo, ya tiene recorrido y ha concurrido en diferentes ocasiones a elecciones pero sin tener representación. Pero ahora el tema parece distinto, algunos barómetros de septiembre le otorgan un 3% de los votos, por encima de ERC y por el juego del sistema electoral donde lo tienen más fácil es en las próximas europeas de mayo de 2019. Desde la provincia de Alicante, el otro día se desplazaron cuatro autobuses con unos 260 simpatizantes que hicieron el esfuerzo de acudir al acto de Madrid.
El foco de atención de esta formación se encuentra en la dureza de su discurso contra la inmigración ilegal: su líder ha invitado a Pablo Echenique a abandonar España por su origen extranjero si atenta contra las libertades de los españoles. Así, tal cual, sin despeinarse. Ha sido virulento durante todo el procés, ejerciendo la acción popular en muchos asuntos relacionados con la independencia de Cataluña, hace unos meses se querellaba contra el presidente del Parlamento catalán y otros miembros de la Mesa por tramitar una reforma legal para investir a Puigdemont como presidente de Cataluña.
Aunque algunas propuestas como la centralización de competencias en educación, justicia o sanidad a favor del Estado, ha sido planteadas desde hace tiempo por formaciones menos sospechosas de radicalidad como UPyD en su día, lo que más asusta de VOX tal vez sea sus amistades “peligrosas”: se ha reunido y ha mantenido encuentros con formaciones ultra derechistas como Matteo Salvini en Italia o Marine Le Pen en Francia. Yo con dichos personajes no me tomaría ni un café. Precisamente esta semana leía el duro enfrentamiento entre el vice primer ministro italiano Di Maio, del Movimiento 5 estrellas con el Diario italiano La República, el director del medio advertía a aquel que no le callaría y “seguirían contando la verdad sin miedo”. Cuando el poder político quiere acallar a los medios de comunicación hay que empezar a preocuparse.
Pero tampoco se asombre nadie si VOX consigue representación, la “gente” está hastiada de la falta de discurso de muchos políticos, de los vaivenes de los eslóganes de los políticos cuando dicen una cosa en la oposición y otra distinta cuando gobiernan, de lo poco que se mojan algunos partidos en temas importantes (familia, natalidad), por el deliberado interés en “atrapar” el voto del mayor número de electores. De la poca utilidad de la nueva política, que no ha resultado ser tan novedosa ni tan carismática. Busquen la explicación en la crisis económica y la falta de políticas de bienestar que hayan aliviado sus efectos en los sectores más marginados. Busque la explicación en la falta de eficacia del Estado en la resolución del problema catalán, busquen la explicación en el egoísmo innato en los seres humanos cuando hay escasez de recursos, primero los de aquí, luego los otros…..y tampoco pierdan de vista que algunos medios de comunicación llevan tiempo apoyándoles y ofreciéndoles sus micrófonos.