Lo de construir la casa por el tejado es un dicho que se lleva a la práctica mucho más de lo que pensamos, especialmente en política. A veces, en la vida hay ocasiones en las que tirar para adelante es la única manera de empezar algo y conseguir que finalmente se lleve a efecto.
Pongo el ejemplo de cuando te vas a cambiar de casa. Si te esperas a hacer el traslado con todo terminado no te vas nunca. Hay que cambiarse, incluso sin tener la cocina en marcha o aunque te falte el agua caliente. Durante un tiempo y ya desde allí con la premura de que o te la ponen o te duchas con agua fría, se termina de resolver cada inconveniente.
Esto en política es un poco más peligroso. Te puedes encontrar y cito ejemplos cercanos, un aeropuerto que estuvo sin aviones años, una piscina cubierta que permaneció cerrada por imposibilidad de un pequeño ayuntamiento de asumir el mantenimiento, un proyecto de mercado central bloqueado que va a hacer viejo el provisional…
En fin, hay ejemplos de sobra que todos conocemos que nos hacen pensar que lo que mal empieza, lo normal es que termine mal también. Lo de Medicina ya empezó mal hace 25 años. Pocos piensan que el proceso para segregar la actual facultad fuera hecho con acierto. De hecho, así lo dijo el Tribunal Constitucional que rechazó el recurso de los diputados socialistas porque era legal pero en el auto matizó que no era una forma “óptima”. El tribunal dijo que la decisión podía ser “discutible” pero no vulneraba la autonomía universitaria ya que es una competencia que del Gobierno autonómico.
Más allá de legalidad o inconstitucionalidad, lo que hizo aquella decisión es fracturar la provincia y crear un mal ambiente que en algunos casos aun hoy perdura. Fíjense si perdura que, además de argumentos construidos bajo premisas objetivas, tras el anuncio escuchamos la frase “Ximo Puig ha arreglado la decisión arbitraria que tomó Eduardo Zaplana cuando era presidente de la Generalitat Valenciana”.
En fin, se abre de nuevo una bronca que abre un telón de acero en Torrellano que ya está obligando a la toma de posiciones. Hasta a los periodistas nos afecta esta guerra fría, y por supuesto a los medios de comunicación, pero también a los estudiantes.
Esta semana la Delegación de Estudiantes de la UMH explicaba en un comunicado los problemas que la nueva facultad va a acarrear a solo 10 kilómetros de la actual.
Decían que ya tienen dificultades para hacer las prácticas e incluso en algunos casos pueden estar llegando a vulnerar la privacidad del paciente al meter a tantos egresados en determinados servicios. Se deben turnar para literalmente “caber” es los centros u hospitales donde hacen las prácticas y eso quiere decir que al final se reducen esas prácticas.
Me estoy acordando de las prácticas de periodismo que estábamos en grupos de 15 estudiantes una vez al mes dos horas en un estudio de radio. ¡Menos mal que podíamos salir fuera a buscarnos la vida!
Seguramente ambas partes tienen sus razones para discutir o estar a favor de la nueva facultad de Medicina, pero mi propuesta, (desde Elche no lo escondo), es que quizá habría que haber planificado el proyecto y el proceso de una manera abierta con escucha activa de todas las partes y buscando soluciones a los problemas que se van a ir generando de manera anticipada.
En este caso, como se hizo hace 25 años, se ha repetido la historia y han empezado por el tejado, o se han ido a la casa sin agua caliente aun, ya la pondrán… cuando se pueda.