ALICANTE. El libro que acaba de reeditar el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, La paz nos esperaba, lo escribía y publicaba Vicente Mojica en 1966, editado por la Caja de Ahorros del Sureste de España. Se trataba en ese momento del primer poemario testimonial de la Guerra Civil en Alicante, ya que todavía no se había escrito nada en verso al respecto. "Los poetas, entonces mayores, debieron estar ausentes de su tierra por imperativos militares, o tal vez por la novedad que suponía en 1966 cantar a los muertos de la media España vencida", afirmaba el autor cuando su obra se reeditó en 1981. Ahora sus textos vuelven a ver la luz, coincidiendo con el ochenta aniversario del fin de la guerra.
Nacido en 1923, Vicente Mojica tenía tan solo catorce años cuando escribía su primer poema, Bilbao la mártir, el cual publicó en la revista Socorro Rojo tras los bombardeos franquistas en dicha ciudad. Un contexto muy distinto al de 1966, cuando publicaba La paz nos esperaba, el que sería su tercer poemario. Pero hablar de la guerra en mitad del régimen que había salido fortalecido tras ella, requería muchísima precisión para expresar lo que él quería. "Es la visión de una persona que se siente víctima por haber perdido su infancia y su adolescencia, pero además no solo siente esa pérdida como suya, sino como algo generacional", explicaba José Ferrándiz Lozano, director del IAC Juan Gil-Albert, durante la presentación de la reedición del libro celebrada este miércoles en la Casa Bardín, sede de la entidad. Una presentación a los medios que contó con la presencia de los tres hijos del escritor: Vicente, José Luis y María José Mojica.
Era un gran Admirador de Antonio Machado y, como él, huía del barroquismo y buscaba la máxima sencillez. Se distinguió por su influencia clásica y religiosa que dejaba ver en el trasfondo moral, así como por la fluidez en el ritmo de sus lecturas. Obras desarrolladas en época de posguerra. "Es uno más de esa generación de escritores alicantinos que no abandonaron su ciudad por motivos de trabajo, y que por tanto no consiguieron la difusión que alcanzaron otros autores", explicaba Ferrándiz sobre el autor. Y es que Mojica era además funcionario de la Diputación de Alicante, ejerciendo como practicante en el Hospital Provincial, y además formó parte de la sección de Filología del antiguo Instituto de Estudios Alicantinos, ahora denominado Instituto Alicantino de Cultura, desde donde él editó numerosas obras de distintos autores locales.
"Es una forma de cerrar el círculo y devolver a Vicente Mojica parte de lo que él nos ha dado", explicaba César Augusto Asencio, diputado de Cultura. Y es que, además de sus diez poemarios, reunidos al final de su vida en un volumen que no llegó a ver terminado, también participó activamente en la vida cultural de la ciudad en otros muchos ámbitos. Especialmente en las fiestas de Moros y Cristianos del barrio de San Blas, de donde era vecino, pero también escribiendo dos cancioneros infantiles e incluso una obra en verso basada en el retablo de la Santa Faz que acompaña a la reliquia en el monasterio, el cual escribió para celebrar el quinto centenario de esta pieza artística.
Todo el reflejo de esa actividad artística y cultural fue recopilando por su mujer en hasta 34 volúmenes que incluyen recortes de prensa, fotografías y una colección de cartas cruzadas con intelectuales de la época. Trabajo que consiguió desarrollar hasta 2010, cuando enfermó de Alzheimer, y que ahora ha sido donado a la Diputación. Un gesto de satisfacción y de agradecimiento que sus hijos quisieron compartir con todos durante la presentación del libro reeditado.
La paz nos esperaba se podrá comprar durante la Feria del Libro, en la caseta que ubicará allí el IAC, que abrirá sus puertas el 28 de marzo en la plaza Séneca, en la antigua estación de autobuses. Pero el 29 de marzo se hará además una presentación del libro, en la Casa Bardín, a las 19:30 horas, que contará con una lectura de sus poemas. Durante el acto intervendrá la hija del autor, María José Mojica, además de Xenia Grey, directora del cortometraje de animación El olvido, un film que también habla de la guerra y que estuvo nominado a los Goya. La directora del metraje leerá precisamente el poema dedicado por Mojica al bombardeo del 25 de mayo.