PARÍS. Los marchadores Álvaro Martín y María Pérez, con una medalla individual cada uno y la conjunta en el relevo mixto de maratón, y Jordan Díaz, campeón olímpico de triple salto, impulsaron al atletismo español en los Juegos de París con un total de cuatro preseas (dos oros, una plata y un bronce), mismo número que hace treinta y dos años en Barcelona'92.
El extremeño Álvaro Martín y la granadina María Pérez, al igual que hace un año en los Mundiales de Budapest con dos medallas de oro, han vuelto a elevar al atletismo español a lo más alto con un bronce y una plata en los 20 kilómetros, respectivamente, y con el oro conjunto en el maratón por relevos mixto, una prueba que se estrenó en París y en la que demostraron su compenetración con una exhibición sobre el asfalto.
En su segunda competición con España después de los Europeos de Roma, Jordan Díaz sumó su segundo metal y, de nuevo, también de oro. El atleta de origen cubano, con una marca de 17,86 metros, hizo sonar el himno nacional en el Estadio de Francia al vencer, con solo dos centímetros de diferencia, al portugués Pedro Pichardo, también nacido en la isla caribeña, que se quedó en 17,84.
La gallega Ana Peleteiro, también en triple salto, aspiraba a medalla y más sin estar en el concurso la plusmarquista mundial, la venezolana Yulimar Rojas, pero el alto nivel del resto de rivales la relegaron a la sexta plata y a conformarse con un diploma en una temporada de ensueño con el oro de Roma y el bronce en los Mundiales de pista cubierta de Glasgow.
Muy cerca de las medallas quedó el valenciano Quique Llopis, subcampeón de Europa de 110 vallas, que demostró la progresión que lleva y, en una final de muchos quilates, paró el crono en 13.20, cuarto a solo once centésimas del bronce y a veintiuno del estadounidense Grant Holloway, triple campeón del mundo (12.99).
Menos suerte tuvo el navarro Asier Martínez, que tuvo que acudir a la repesca para superar la primera ronda y dijo adiós en semifinales de los 110 vallas sin tener opciones de colarse entre los ocho elegidos para pelear por las medallas.
Cerca de las medallas también quedó otro joven talento del atletismo español, el ochocentista cántabro Mohamed Attaoui, que, a sus 22 años, participó en la final olímpica más rápida de la historia de los Juegos, ya que por primera vez cuatro atletas bajaron de 1:42 en meta. En su caso, con 1:42.08, quedó quinto a solo cuatro centésimas del récord de España que batió en Mónaco el pasado 12 de julio.
Los otros dos españoles en 800, Elvin Josué Canales, de origen hondureño, y el gallego Adrián Ben, de los que se esperaba más, cayeron en la repesca de la primera ronda.
Con dos finales en sus piernas se fue Thierry Ndikumwenayo de París. La primera en los 10.000, en la que fue noveno con récord de España (26:49.49), y la segunda en 5.000, que concluyó decimoquinto, rindiendo a un gran nivel en su debut olímpico.
Una de las decepciones del equipo español fue la que protagonizaron en los 1.500 el catalán Adel Mechaal, el granadino Ignacio Fontes y el salmantino Mario García Romo, que no pasaron de la primera ronda, como ocurrió por última vez en Londres 2012. En aquella ocasión cayeron eliminados David Bustos, Diego Ruiz y Álvaro Rodríguez a la primera.
Mucho mejor lo hicieron las mujeres de la misma distancia en el Estadio de Francia. La segoviana Águeda Marqués, en su debut olímpico, llegó a la final y concluyó undécima la carrera por las medallas, la soriana Marta Pérez, en semis, batió el récord nacional situando la nueva plusmarca en 3:57.75 y la barcelonesa Esther Guerrero se despidió con honores en semis.
Aparte de Marta Pérez, las otras dos atletas dirigidas por Antonio Serrano también rindieron a un gran nivel en los 3.000 obstáculos. La toledana Irene Sánchez Escribano llegó a la final y concluyó undécima con 9:10.43, marca personal, convirtiéndose en la mejor atleta olímpica española en la distancia de la historia, mientras que la sevillana Carolina Robles quedó séptima de su serie de clasificación con 9:22.48, muy cerca de su marca personal.
En los 3.000 obstáculos masculinos Dani Arce finalizó décimo la final que se adjudicó el principal favorito al título, el marroquí Soufiane El-Bakkali, que retuvo su corona de campeón olímpico. El burgalés se despidió de la ciudad francesa mejorando notablemente el resultado que tuvo en Tokio 2020, cuando no pasó de la primera ronda.
Yulenmis Aguilar, de origen cubano, tras el revés que supuso su debut con España en los Europeos de Roma, dónde no pasó a la final, se recompuso en París para llegar a la la lucha entre los mejores y llevarse un diploma con un sexto puesto, a solo noventa centímetros del bronce.
La palentina Marta García, eliminada en las semifinales de los 5.000 metros en su debut olímpico, reconoció que, a nivel mundial, la “falta cerrar un hueco”. La plusmarquista española no pudo progresar a la final tras concluir décima en su serie.
Con mal sabor de boca se despidieron de París, a las primeras de cambio, tres atletas de las que se esperaba un poco más, concretamente el paso a la final.
La gallega Belén Toimil quedó eliminada en la fase de clasificación de peso al realizar un concurso malo, con solo un lanzamiento valido y muy corto (16,83 metros), que la privó de pelear por estar en la final, con su peor actuación desde hace siete meses.
La valenciana Fátima Diame, bronce en los últimos Mundiales de pista cubierta, y Tessy Ebosele, ambas en el grupo de trabajo de Iván Pedroso en Guadalajara, no pasaron a la final de longitud
Diame hizo un mejor salto de 6,52 metros, lejos de sus mejores marcas. Finalmente ocupó la plaza número 15, excluida de la final, mientras que Tessy Ebosele no pasó de 6.09, sin opción alguna de lograr el pase a la lucha por las medallas.
La última prueba de atletismo en los Juegos fue el maratón femenino, en la que Majida Maayouf, plusmarquista nacional, finalizó decimoséptima con 2h28:35, el mejor tiempo de una española en unos Juegos Olímpicos, en los que también rindieron a un buen nivel la catalana Meritxell Soler y la gallega Ester Navarrete, que hicieron la tercera y la quinta mejor marca olímpica española en la disciplina.
En la categoría masculina los españoles solventaron de forma diferente el duro recorrido, especialmente Ibrahim Chakir, el discípulo de Enrique Pascual, que paró el crono en 2h11:44, en la posición 34, y el madrileño Yago Rojo, entrenado por Juan del Campo y Luismi Martín Berlanas, que llegó en el puesto 41 con 2h12:43. Segundo y tercer mejor tiempo en la historia del maratón olímpico español por detrás de las 2h10.16 de Ayad Lamdaseem en Tokio.
Sufrió más el gallego Tariku Novales, lastrado por los problemas físicos en la preparación del maratón, que acabó en el puesto 68, a 19:24 del vencedor, con 2h25:50.