ALICANTE. La literatura, en cualquiera de sus géneros y soportes, puede con todo. Lo ha demostrado en infinidad de veces, y en la cuarentena más. No solo se siguen editando libros, sino que también aparecen nuevas editoriales y librerías. Algo perfecto para que la afición a la lectura no decaiga. Porque la experiencia de meterse en una librería, buscar entre sus estanterías y encontrar alguna joya, todavía sigue siendo insuperable. Dilatando Mentes es una de esas pequeñas editoriales que han nacido hace relativamente poco. Una editorial que se ha atrevido con la ciencia ficción sobre todo. Unos Quijotes en una era que parecía condenar al libro físico, mas no ha sido así, que se lanzaron a crear una empresa para editar y promocionar libros.
“Publicamos nuestro primer libro en marzo del 2016, aunque la editorial llevaba más de un año gestándose entre bambalinas (de hecho, los libros son parte fundamental de nuestras vidas)”, señala Maite Aranda, editora de Dilatando Mentes. “Queríamos publicar libros diferentes, estéticamente y en cuanto a contenido, y así apareció Dilatando Mentes”.
La editorial, como ya he comentado, tiene una querencia por el género fantástico; algo que últimamente está calando mucho entre un sector amplio de los lectores. “Efectivamente estamos especializados en libros de género fantástico, terror, ciencia ficción y fantasía, pero también publicamos ensayos, tanto de cine como de temáticas menos tratadas y que se salgan un poco de la norma”, apunta Aranda.
El fantástico, a pesar de vivir un buen momento, siempre ha estado algo más escondido, algo parecido a lo que le ha pasado al terror o la ciencia ficción; géneros algo minusvalorados frente al drama o el thriller. Ahora parece renacer. “Decidimos especializarnos en esos temas porque, aunque somos lectores de todo lo que pasa por nuestras manos, sentimos debilidad por el género fantástico, y queríamos publicar lo que nos gustaba, sacar a la luz obras desconocidas que quizás por su rareza no habían ido publicadas, pero que considerábamos que debían tener su oportunidad”, dice.
El nombre de la editorial es único, se te clava en la cabeza. Una forma de expandir el conocimiento, de abrirte en canal a nuevas experiencias literarias. Me parece un acierto como pocos, un nombre muy apropiado. “Gracias. Barajamos un par de nombre, pero realmente surgió rápida la idea”, apunta Aranda. “Al final lo que pretendemos con nuestros libros es precisamente lo que el nombre indica: dilatar las mentes de aquellos que lean nuestros libros, convertir la lectura en algo más de una sucesión de páginas impresas; de ahí que nuestros libros suelan llevar asociados una serie de extras: prólogo, posfacio, extras visuales, algún ensayo, decoración en el diseño, playlist para acompañar la lectura...”
Uno de los apartados más difíciles de una editorial es sin duda, la de la selección de qué libros entrarán a formar parte de su catálogo. El baremo que usarán para determinar cuál es la filosofía de la editorial. Y por supuesto, la ingente y dura labor de leer los manuscritos. “Actualmente tenemos ya planificados los libros hasta el segundo trimestre del año 2023. Publicamos tanto a autores nacionales como a autores internacionales (ya hemos repetido con varios de ellos, y repetiremos con muchos más)”, comenta.
También se tiene que crear un diálogo entre el lector y la editorial, un lugar donde converjan los mismos gustos. Para que el lector se sienta a gusto en la línea editorial. “En lo referente al proceso de selección, no es otro que el publicar aquello que leemos y nos gusta. Creemos que si uno no publica aquello que le gusta y le apasiona, pocas probabilidades tiene de hacerle llegar el libro al lector que espera al otro lado de la página”.
El formato en el cual podemos leer un libro ha cambiado mucho en los últimos años, muchas personas leen en Tablet, y eso ha hecho que se crea que el libro físico está en peligro, aunque en la realidad todavía no sea así. “Nosotros somos amantes de los libros en físico (de hecho, no publicamos en formato digital) y al igual que nosotros, son muchos los lectores que prefieren leer con un libro de verdad entre sus manos”, comenta la editora.
La temática fantástica parece vivir una época dorada, amén de contar con un nutrido grupo de lectores. “Respecto a la temática, creemos que hay lectores para todas las temáticas, pero sí que es verdad que el lector del género que nosotros trabajamos es un lector fiel, constante, y que siempre está actualizado en cuanto a novedades. No es tanto que se trate de un género que se venda bastante, sino de un grupo de lectores muy fieles a lo que les gusta”.
En una época incierta como la que nos ha tocado vivir, hacer planes parece una locura; pero por otra parte es necesario para seguir creciendo. “Nuestros planes de futuro son los que hemos tenido desde que abrimos las puertas de la editorial: seguir publicando aquello que nos gusta y hacer disfrutar a nuestros lectores con nuestros libros”, señala.
Otra ventaja actual, es que con un buen manejo de las redes sociales se puede llegar muy lejos. El mensaje se puede transmitir a la velocidad de la luz. “En cuento a las redes sociales, lo cierto es que depende, tanto del libro, como del autor que lo haya escrito. Todas las redes ofrecen visibilidad y eso es un gran escaparate, pero al final lo que también le llega al lector es el boca a boca y las recomendaciones de aquellas personas de las que se fía y conoce”.
Hace nada Dilatando Mente dio el triple salto mortal de convertirse en una librería en Ondara. “Bueno, desde el principio sabíamos que era una cuestión de tiempo. Desde siempre nuestra vida ha estado vinculada a la literatura, y poder dar vida a una librería para nosotros era otro sueño hecho realidad”, recuerda. Una librería nueva siempre es motivo de alegría, pero también de riesgo económico. “Apenas hace un mes que abrimos nuestras puertas, pero a día de hoy estamos muy contentos de la acogida que estamos recibiendo por parte de los lectores de Ondara y de los alrededores”, apunta Aranda.