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los aCCIonistas aprueban las cuentas, con un beneficio de 800 millones

La junta del Sabadell en Alicante: el cambio de sede, 'presos políticos' y el "regalo de la CAM"

20/04/2018 - 

ALICANTE. El Banco Sabadell celebraba este jueves su primera junta de accionistas desde que el pasado octubre decidiese trasladar su sede social a Alicante para conjurar el riesgo del desafío separatista catalán, que empezaba a castigar seriamente a las entidades financieras en los mercados. Y, a pesar de que han transcurrido ya seis meses, el traslado fue uno de los grandes protagonistas en la reunión de los accionistas del banco, que se celebraba por primera vez en más de un siglo fuera de Cataluña.

El discurso del presidente de la entidad, Josep Oliu, empezó precisamente con un somero análisis de las condiciones en las que el consejo de administración tomó esta decisión (sin pasar por la junta que se reunía este jueves) y del impacto positivo que ésta ha tenido. Y, llegado el turno de palabra para los accionistas (hubo diez intervenciones, casi todas de minoristas catalanes), el hecho de que la junta se estuviese celebrando en Alicante y no en Sabadell siguió protagonizando la reunión. Pero las quejas por el cambio de sede social y los inconvenientes que ello supone para los accionistas catalanes por el viaje no fueron el único componente alicantino de la reunión.

De entre las diez interpelaciones a Oliu, dos fueron protagonizadas por la asociación Adicae. La primera, de una jubilada de la CAM que afeó al consejo del banco el trato dispensado a los afectados por las cuotas participativas, frente al que recibieron los titulares de deuda perpetua (a quienes se cambió sus preferentes por acciones). En su respuesta, Oliu recordó que las cuotas estaban fuera del perímetro de la CAM cuando Sabadell la adquirió, y que por eso se resolvió el problema de las preferentes pero no el de las cuotas. "Hay accionistas de otras entidades que también han perdido toda su inversión", lamentó el banquero.

La CAM había salido de refilón en la intervención previa de otro accionista, quien consideró que, aunque estuviera mal gestionada, tenía unos activos potentes que al banco le vinieron muy bien, acompañados del Esquema de Protección de Activos. "Regalo", dijo en varias ocasiones. Oliu, en su respuesta a la accionista alicantina, aprovechó para dejar claro que "la CAM no fue un regalo, tenía unas pérdidas que justificaban las ayudas públicas para poder privatizarla, que fue lo que se hizo. Si Sabadell fue el único banco que acudió a la adjudicación cumpliendo las condiciones (hubo otra entidad que no lo hacía) fue por algo", defendió.

El segundo gran tema que tocaron los accionistas, aunque relacionado en realidad con el primero, fue el de la situación catalana. De hecho, el primer accionista en tomar la palabra, que empezó a hablar en catalán para pasarse al castellano (hubo poco catalán en la junta, apenas unas palabras al comienzo de la intervención de Oliu y dos accionistas), llegó a pedir al presidente del Sabadell que se distanciase del "edificio carcomido del 78" y de Albert Rivera, para ponerse al lado de los "presos políticos". Abucheo generalizado de los asistentes y algún "Viva España" al aire. El secretario del consejo, el 'padre' de la Constitución (y abogado de la Infanta Cristina) Miquel Roca, aplacó los ánimos: "Será más fácil dejarle terminar".

También hubo tiempo para cuestionar la gestión del consejo, sus sueldos, la cotización de las acciones ("las empresas que se quedaron en Cataluña se han revalorizado", aseguró un accionista), el impacto de las cláusulas suelo, una multa de Competencia por las condiciones de un crédito sindicado... y la ya tradicional intervención de la organización Banca Armada, que pidió un año más (en dos intervenciones consecutivas) que Sabadell deje de financiar a empresas que fabrican armas, entre las que citaron a Indra o a Orbital ATK. A Oliu "no le consta" que el banco trabaje con la segunda, y respecto al resto, señaló que su comité de ética comprueba que se ciñan a las resoluciones de Naciones Unidas. "Ojalá no hiciera falta la Defensa, pero no es así".

La última intervención fue de otro accionista alicantino, que tras expresar su preocupación por la tendencia bajista de los fondos de inversión que gestiona la entidad ("puntual" según el presidente), expresó a Oliu que está "muy contento y orgulloso de que hayan venido a Alicante". Ovación cerrada y paso a la votación del orden del día. Pese a las críticas escuchadas durante las intervenciones, la junta aprobó las cuentas, con 801 millones de beneficio, el informe de gestión, las incorporaciones al consejo, la delegación de facultades al consejo y las remuneraciones de los directivos. En el Auditorio de la Diputación de Alicante (Adda) estaba presente o representado el 61,35% del capital social de la entidad.

Entre ellos, muchos alicantinos, en realidad. Además de varios empresarios conocidos de la provincia, como Vicent Berbegal (Actiu), Antonio Arias (Vectalia), Juan Perán Ramos (Pikolinos), Manuel Peláez (Ecisa) o Rafa Ballester y Pedro Menárguez (Ineca). La vinculación de la entidad con la provincia a través de la CAM y el acuerdo para cambiar preferentes por acciones ha provocado que el 30% de los accionistas (no del capital) sean hoy en día de la zona este (Comunitat, Murcia y Baleares). La inmensa mayoría de ellos, evidentemente, de la Costa Blanca.

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