socialmente inquieto / OPINIÓN

La increíble hazaña de "el Meló"

23/11/2020 - 

Lo suyo era correr. Correr y correr, sin parar. Estaba a gusto consigo mismo. Tenía una gran fortaleza física, además de controlar muy bien la respiración mientras corría. Primero por su barrio, todavía con muchas calles aún de tierra, sin asfaltar. Después, cada vez más lejos. Cumpliendo retos, los que le proponían y los que se ponía el mismo, cada vez más difícil, con una ilusión y un afán de superación extraordinario. 

Por sus hazañas, despertó el interés no sólo entre los más jóvenes, sino también por los adultos. Era un espectáculo verlo correr y, también lo era, cómo lo animaban sus seguidores con una fe inquebrantable en sus capacidades.

Se llamaba José Morant Fuentes. Nació en Novelda en 1900, aunque poco después se trasladó con su familia al Barrio del Plá en Alicante. En la niñez es cuando se aficionó a correr, primero como una distracción más, después como una afición cotidiana. Y con ella empezaron los retos, al principio sólo, después en grupo. Incluso le retaban en nuevas rutas para ver quién era el más rápido, quién tenía más resistencia.

En uno de esos retos surgió el mote que le pusieron después. Le retaron a hacer una carrera larga de Alicante a Elche con un melón en cada brazo, sin que se le cayera, sin que los soltara. Y la hizo, para sorpresa de muchos. Desde entonces le llamaron "el Meló"

Después de esta carrera larga, vinieron otras, como la del recorrido Valencia–Alicante, con llegada a la Explanada en primera posición - el 26 de diciembre de 1920 -, donde le esperaba y jaleaba numeroso público.

Morant se especializó, además, en carreras a campo a través, no le hacía falta una carretera asfaltada como si fuera una pista de atletismo. Para él cualquier terreno era bueno para alcanzar un reto y ganar apuestas que se hacían sobre su triunfo. Era su medio de vida.

El 6 de septiembre de 1926 realizó la carrera con origen y destino en Alicante pasando por Elche y Santa Pola. A las 15 horas salió de la Rambla de Méndez Núñez. Menuda horita, me dirán ustedes, con un sol aún fuerte de final del verano. A las 17 horas llegaba al cruce entre Elche a Santa Pola. Camino de esta última, le dio un calambre en la pierna derecha. Paró. El mismo se dio un masaje, volviendo a la carrera poco después. No sería por él, para rendirse por tan poco. A las 18:45 llegaba a Santa Pola en el enlace con la carretera de Alicante. Sobre las 21 horas llegaba a la Rambla, concretamente a la altura del nº 23 donde se ubicaba la redacción del Diario de Alicante. Numeroso público lo aclamaba satisfecho de su proeza. "Un gentío enorme esperaba al corredor frente a nuestra redacción –se leía un día después en dicho Diario -, y a la llegada de estese desbordó el entusiasmo, teniendo que salir al balcón a saludar al público que le aclamaba". Realizó 55 kms en 5 horas y 45minutos. Durante la prueba, le acompañaron en bicicleta los ciclistas Paquito Gorgé y Manuel Espuch

"José Morant ha vuelto a triunfar – se escribía en el Diario de Alicante– y esto nos satisface porque se advierte en el corredor cada vez más, mayor seguridad en sus miembros y en sus propósitos! Y añadía que "el corredor puede mostrarse orgulloso del interés que despierta su actuación y del cariño que le sigue".

Los días siguientes fueron de agasajo y de celebración en Alicante, invitado en los salones del Hotel Samper, en los del Real Liceo Casino y del Real Club de Regatas, así como en el Balneario de la Alhambra. Muchos querían estar cerca de su héroe, de este atleta que ya era admiración de todos.

Después de esta carrera vino otra de gran importancia. Morant ya había despertado el interés a nivel nacional, toda España estaría pendiente para aplaudirle y animarle en las carreras. Por muy preparado que estuviera, a nadie le amargan los vítores, los aplausos, los gestos de ánimo. 

Este nuevo reto tubo también un perfil político. Morant iba a ejercer de cartero mientras corría llevando mensajes de las autoridades locales a las anfitrionas por donde pasara. La carrera fue Alicante –Madrid en 5 etapas, para recorrer 454 kms. El 31 de octubre de 1926, a las 9:30 horas, el Meló salió de la avenida Zorrilla frente al número de policía donde estaba el domicilio de la Asociación de la Prensa alicantina. 

Entre las cartas que llevaba el Meló estaba la de Suárez Llanos, alcalde de Alicante, que entregaría a su homólogo de la capital de España el Conde de Vallellano o la que Cristiano Bermúdez de Castro, Gobernador Civil de Alicante, mandaba al Ministro de la Gobernación el General Martínez Anido. Era una indirecta campaña de publicidad sobre las bonanzas de esta tierra alicantina en la que nacen personajes tan singulares como Morant. 

Además del numeroso público que le despidió en la salida, que le acompañó por las calles de Alicante que recorrió antes de encarar la carretera de Ocaña rumbo a Madrid, le acompañaba un grupo de ciclistas y un coche de apoyo con el médico De Miguel. Almansa era el fin de la primera etapa. Llegó sobre las 21 horas siendo recibido por numeroso público. Después de un breve descanso, las autoridades locales le esperaban en el Ayuntamiento en una recepción en su honor. Esto se repitió en las poblaciones donde hacía noche. Pasó por Almansa, Albacete, Las Pedroñeras, Ocaña, hasta llegar a Madrid

Sufrió mucho frío, las inclemencias del tiempo y cansancio, aunque no tuvo que descansar mucho más que el descanso nocturno para volver acorrer al día siguiente. Siempre vestido de blanco con pantalón corto y camiseta de tirantes. Durante la carrera, el Meló se alimentó principalmente de leche, huevos y plátanos. Cuando llegó a la meta había perdido 3 kilos. Necesitó 38 horas para recorrer en cinco etapas la distancia entre Alicante y Madrid. 

En la capital de España fue recibido por el Conde de Vallellano, alcalde de Madrid, a pie de calle en la puerta del Ayuntamiento. Posteriormente, lo aclamó numeroso público al asomarse al balcón del Ayuntamiento después de una recepción oficial ante diversas autoridades. En el interior del consistorio, Morant entregó el mensaje del alcalde de Alicante. 

El Meló mandó un telegrama, cuyo texto decía que "mi primer recuerdo al llegar a Madrid triunfador en mi prueba, es para Alicante y para los que me ayudaron en la empresa. Quiero saludarles a todos por conducto del Diario". Se refería al Diario de Alicante, que era su patrocinador. 

En días posteriores a su llegaba a Madrid, fue recibido por el presidente del Gobierno, el General Primo de Rivera. A su vez, fue homenajeado por varias organizaciones como el ocurrido en el intermedio del partido de fútbol entre el Real Madrid y la Gimnástica Española que ganó el primero por 5-1, en el que salió vestido con su ropa deportiva, recibiendo una gran ovación mientras se situaba en el centro del campo, y cuando dio varias vueltas al estadio para que todo el público lo viera y le aplaudiera.

Su hazaña tuvo eco en prensa deportiva. "Este muchacho, Jose Morant,- manifestaba el periódico deportivo Record de Madrid – resulta un corredor de primera categoría. Ha pasado de lo ordinario y de lo normal. Es un hombre de sorprendentes condiciones físicas. Catalogarlo entre los fenómenos iría muy bien. Su hazaña última le acredita para ostentar merecidamente este título".  

Dedicó su vida a correr, a aceptar retos y a conseguirlos en una superación personal, ejemplo para las generaciones más jóvenes y referencia para todos. Participó en carreras, exhibiciones… y con su leyenda, se afianzó ese dicho popular que dice que "corres más que el Meló", que figura desde entonces en el anecdotario popular de la ciudad de Alicante para siempre.

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