ALICANTE. El idilio entre la Generalitat y la organización de la Volvo Ocean Race tiene visos de continuidad. En el Consell existe voluntad de mantener el evento con etapa de salida desde Alicante incluso más allá de las dos futuras ediciones ya comprometidas por contrato en 2016. La cuestión es bajo qué condiciones: siempre que la competición quede vinculada al cumplimiento de ciertos objetivos de rentabilidad.
Por partes. El conseller de Economía, Vicent Soler, confirmó este viernes en Alicante que se estaba a punto de cerrar un acuerdo para actualizar los términos de ese contrato en vigor sobre las dos próximas ediciones. Como viene informando Alicante Plaza, ese cambio se hace necesario después de que Volvo promoviese un cambio de calendario por el que se celebrará una regata cada dos años, en lugar de cada tres. Esa negociación "va por buen camino y confiamos en poder elevar un informe concreto en pocas semanas", según añadió el director general de la Sociedad Proyectos Temáticos (SPTCV), Antonio Rodes, al frente de la gestión pública de ese contrato desde 2015. "El cambio de ciclo a dos años nos produce un impacto en términos de financiación y de gestión por la reducción de plazos", abundó Rodes, "por lo que necesitamos algunos ajustes".
¿En qué consistirían esos ajustes? Según pudo saber este diario, se trata como mínimo de que Volvo rebaje costes o flexibilice los tiempos en los que el Consell debe cumplir con sus obligaciones económicas: es decir, el pago de los costes de la competición que se sitúan en torno a los 22,5 millones de media por cada edición. Con ese más que probable acuerdo, Alicante seguiría siendo la etapa de salida en las ediciones de 2019 y 2021 (hasta ahora estaban previstas para 2020 y 2023).
Soler, Rodes y también la edil de Turismo de Alicante, Eva Montesinos (PSOE), certificaron que la competición interesa, durante la presentación de las actividades del Race Village que abrirá las puertas el próximo 11 de octubre. Y los tres se esforzaron en hacer pedagogía para justificar ese interés: se trata del único gran evento (junto al Mundial de Motociclismo) por el que el Consell del Botànic decidió apostar a partir de 2015. Y si lo hizo, no fue sólo por su retorno económico -calculado en más de 60 millones por cada edición, según los informes elaborados por VOR- sino por su impacto mundial.
Soler plantea que se vincule el canon a la rentabilidad obtenida en términos de impacto económico
"Hoy ya todo el mundo asocia y reconoce que Alicante es el punto de salida de la competición", insistió Soler. Ese impacto tiene "un precio impagable", subrayó Montesinos. Por eso, la obsesión del Consell es exprimir ese rédito para dar a conocer la idiosincrasia de la Comunitat (Soler insistió en valores como la solidaridad, la igualdad de la mujer, la cultura del esfuerzo, la sostenibilidad) y también su actividad económica (citó la solidez de los sectores productivos tradicionales que han sabido superar varias situaciones de crisis adaptándose a las nuevas necesidades, además de la pujanza del emprendedurismo). Todo con la obligación de acercar el evento a "la gente". "Esto no es algo limitado a unas determinadas elites, queremos que el evento se abra a la ciudadanía y que participe de él, que lo disfrute y lo conozca", ya que, insistió, la organización corre a cargo del dinero del contribuyente.
En esta línea, recalcó que por ello el Consell había puesto el foco en la gestión pública para que toda la organización fuese transparente. Y ligó la continuidad del gasto en el futuro a que fuese eficaz. ¿Cómo? Vinculando a su rentabilidad: "Queremos que se admita nuestro criterio de indexar el canon de cada edición al cumplimiento de un objetivo de impacto económico" sobre la provincia y la Comunitat por el que se garantice un retorno de al menos el 80% de los costes. Es decir, que se vincule proporcionalmente el precio de la competición a su repercusión. De ahí que, en el inicio de su intervención, confirmase que el Consell había encargado sus propios estudios de impacto al Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), al margen de otros análisis externos que se puedan concertar "también sobre el índice de satisfacción de los asistentes al Village", para tener datos directos sobre la repercusión del evento, que complementen los informes de la organización de la regata.