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priorizan que termine en manos públicas

La familia Ramos (La Alcudia) busca vender su casa del yacimiento y colección a la UA, Elche quiere mediar

28/02/2022 - 

ELCHE. En el año 1948 el arqueólogo Alejandro Ramos Folqués creó el Museo Monográfico de La Alcudia tras los hallazgos encontrados en la finca familiar años antes. Casi medio siglo después, en 1996, se creó la Fundación Universitaria La Alcudia de Investigación Arqueológica, al tiempo que la Universidad de Alicante (UA) adquirió el yacimiento tras un acuerdo a tres bandas entre la misma, Ayuntamiento de Elche y la familia Ramos, hasta entonces propietaria. Ahora, en 2022, los tres mismos actores vuelven a moverse porque la familia va a desprenderse de la casa familiar así como de la colección particular que hay en ella. Según ha podido confirmar este medio, la voluntad de los Ramos es que ambos elementos pasen a manos públicas. En este caso, preferiblemente a la UA o el Ayuntamiento, con quienes ha habido contactos con este objetivo.

El Ayuntamiento, en segundo plano; la familia, con voluntad de que sea de titularidad pública

En este sentido, a principios de febrero la familia tuvo una reunión con el alcalde Carlos González para trasladarle la situación, ante la que de momento la posición municipal es que se ofrece a mediar para que tanto la casa como la colección acaben en titularidad de la universidad, ya que entienden que es lo "natural". Eso sí, no se descartaría que en el caso de no llegar a buen puerto las negociaciones, pudiera adoptar otra postura. En todo caso y según fuentes municipales, lo que procedería es una tasación pública por parte de técnicos de las administraciones para valorar el fondo documental o las piezas que formen parte de la colección. Y a partir de ahí, tantear las opciones.

Una coyuntura que ha llegado tras el fallecimiento reciente de Rafael Ramos Fernández (hijo de Ramos Folqués), figura clave de la arqueología de la comunidad y de La Alcudia, de la cual fue director entre 1977 y 2012, así como director también del Museo de Arqueología e Historia de Elche (Mahe). Se da el caso de que no todos sus hijos y herederos se dedican al mundo de la arqueología, por lo que por las circunstancias han de vender casa (dividida en dos unidades), indisoluble de la colección en su interior. No obstante, la situación aún es muy incipiente, de hecho no han tenido una reunión oficial con la universidad, aunque sí contactos. Asimismo, hasta que no se tramite y haga efectiva la herencia no se podría proceder a ningún tipo de operación. Su idea es facilitar la situación para que sea la administración pública quien se quede con ella. Es lo que gustaría, y desmienten algunos rumores que se han empezado a oír sobre particulares interesados en el contenido.

Sobre la colección

Pero, ¿de qué está formada la colección? Por lo pronto, es una cuestión que no ha trascendido y sobre la que la familia prefiere no hacer declaraciones, salvo que aún están descubriendo elementos y que de forma originaria es previa a 1885 al ser familiar. Una colección sobre todo engrosada por Ramós Folqués. Así, parte de la misma está expuesta en el museo —hay un convenio desde 2013 que se rubrica anualmente—, pero no toda porque pasó a formar parte parcialmente de la Fundación cuando la universidad adquirió el yacimiento. En todo caso, desde la familia apuntan a que toda la documentación y hallazgos de Folqués y Rafael Ramos están publicados y documentados, y que figuran en la vasta tesis de Anda Ronda Femenía, de más de 2.500 páginas tras un profuso trabajo de inventariado. 

En la propia web de la Fundación figuran algunos piezas de ella, como uno de los hallazgos de más valor, el tesorillo bizantino de La Alcudia (1947), que por ejemplo se expuso en 2006. Según la tesis, por ejemplo, tanto el tesorillo como la kalathos de Tanit fueron catalogados por Ramos Folqués como 'en depósito', lo cual reflejaba su propiedad así como su voluntad de vincularlos al gran museo municipal que anheló hasta 1950, acorde a los hallazgos realizados. Aquellos años encontró el conocido torso del guerrero o la dama entronizada, también 'en depósito' a la espera de que las instituciones satisficieran ese deseo. Pero fue en vano, por lo que una vieja cuadra que utilizaba como almacén arqueológico acabó haciendo de museo. Se hizo realidad en 1971.

Parte de la colección Pere Ibarra

Asimismo, también confirman desde la familia que en la colección hay documentación de Pere Ibarra, así como pinturas, que fueron adquiridas por Folqués y otros ilicitanos a la viuda de Ibarra cuando este falleció, explican. Se llegó a crear una asociación de amigos del museo de Ibarra y su sorprendente colección de más de 9.000 objetos de todo tipo (un códice medieval, un álbum de fotografías de Roma, monedas, figuras...) con el alcalde Joaquín Santo, representantes de la Comisión Provincial de Monumentos y diversos estamentos locales, así como de personalidades interesadas en el patrimonio y la historia local como Assumpció Ibarra –hija de Aurelià Ibarra–, Manuel Pomares Ibarra, Leopoldo Gonzálvez Serrano, Juan Orts Román o el propio Folqués. Pero con la bucrocracia se alargó y con el estallido de la Guerra Civil en 1936 quedó en punto muerto. En 1939, Folqués, ya como archivero municipal —y que en 1936 se le designó como responsable local de confiscaciones de bienes artísticos—, propuso la adquisición del Ayuntamiento de la colección de Ibarra, que había seguido intacta desde 1935 con el inventariado realizado por Juan Orts Román y Julio Ramón Segrelles (ante la imposibilidad de que lo realizaran quienes fueron designados originalmente, Folqués y Leopoldo Gonzálvez) salvo algunos elementos rotos o extraviados.

Sin embargo desde la asunción en manos municipales en aquél año ha sido muy difícil seguir la pista del legado, con teorías sobre posibles destinos o propietarios. Según las publicaciones de diversos investigadores o historiadores, además del propio abandono de este fondo por el Ayuntamiento, junto a posteriores precintados y desprecintados por ejemplo con la venta y vaciado de la casa familiar de Ibarra tras el fallecimiento de su viuda Isabel Martínez en 1946, así como humedades en los lugares de custodia o la separación entre bibliotecas municipales o Archivo Municipal, sigue produciendo problemas a la hora de localizar parte del archivo de Ibarra. O de poder comprobar documentos e inventarios del siglo XX.

Los contactos y la situación, aún incipiente

Así pues, una historia, la de la propiedad de las colecciones del patrimonio arqueológico o documental de la ciudad que vuelve a estar de actualidad. Eso sí, las negociaciones como tal aún no han empezado, aunque sí los contactos. Por lo pronto, el Ayuntamiento prefiere quedarse en un segundo plano, porque inciden en que hay otras prioridades en cuanto a gastos e inversiones, y entienden que deben hacer de mediadores entre los Ramos y la universidad. En el caso de posible adquisición, prefieren quedar como una suerte de último recurso. Tanto por las fuentes consultadas por este medio al Consistorio y a parte de la familia, se da por hecho que presumiblemente en el caso de fraguar las negociaciones, lo lógico es la exposición en el propio museo de La Alcudia. Eso sí, lo cual no quita que pudiesen encajar, por los elementos que hay o se cree que puede haber en la colección, en otros espacios como el Mahe o el Archivo Municipal

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