ALICANTE. La exposición al ruido intenso como el producido por las mascletàs sin la toma de las precauciones necesarias puede producir lesiones en el oído medio e interno tal y como manifiesta la doctora Irene Monjas, coordinadora del Servicio de Otorrinolaringología de Quirónsalud Alicante.
Los síntomas, estos daños pueden producir traumatismos acústicos que ocasionan un daño que suele manifestarse con síntomas como la hipoacusia que puede ser de instauración brusca y de grado grave por lo menos en los primeros minutos, acompañada de un acúfeno.
“Estos síntomas pueden desaparecer en el tiempo y ser sólo temporales o, por el contrario, pueden producir un acúfeno y una pérdida auditiva irreversibles. Además, si el daño se produce en el oído medio, podemos encontrar síntomas como dolor, otorragia o alteraciones del equilibrio, explica la especialista en otorrinolaringología. La doctora aconseja, en el caso de notar alguno de los síntomas, consultar con su otorrinolaringólogo para realizar una exploración, valorar si existen daños e intentar un tratamiento precoz.
El daño ótico inducido por el ruido se relaciona con dos factores: la intensidad del sonido y el tiempo de exposición. “Si consideramos que a partir de los 80dB podemos tener lesiones en nuestro oído”, explica la doctora Monjas, “y en las mascletàs el sonido puede alcanzar unos 120-130 dB, es lógico pensar que estamos exponiendo a nuestros oídos a un traumatismo acústico que puede tener importantes consecuencias”.
Estos daños pueden producirse por un lado por la onda expansiva o la brusca variación de la presión, y por otro, por el ruido que sigue a dicha onda. En cuanto a la onda expansiva, las mascletás pueden ocasionar lesiones fundamentalmente en el oído medio como roturas timpánicas, fracturas o luxaciones osiculares.
“En ocasiones, si la variación de la presión es muy brusca, incluso puede producir afectación de estructuras endolaberínticas directa o indirectamente lo que explicaría un pequeño porcentaje de trastornos del equilibrio asociados a los traumatismos sonoros”, detalla la especialista. En cuanto al ruido, es capaz de producir por sí mismo lesiones en el oído interno destruyendo estructuras endococleares. “Se trata de lesiones mecánicas directas que conllevan la muerte de las células nerviosas encargadas de la audición”, detalla.