ALTEA. Ya se conoce a cuánto asciende la deuda de la Cooperativa Agrícola de Altea, que se declaró formalmente en concurso de acreedores voluntario ante el juzgado mercantil número dos el pasado mes de febrero. En total, la deuda es de 28 millones de euros, distribuidos de la siguiente manera: 18,9 millones de la propia cooperativa; 9,8 millones de la empresa -creada por la entidad agrícola- Villanaranja SL para operar desde Sevilla. Y así figura en el informe que el administrador concursal ha remitido a todos los acreedores de ambas sociedades después de que abriera el plazo para comunicar las cantidades de pago pendientes de satisfacer a los proveedores.
La cantidad que figura en el informe concursal es relevante, pues en un principio se habló de una deuda que supondría un tercio de la cantidad: cuando la cooperativa solicitó el preconcurso, a principios de 2020, se hablaba de entre 8 y 10 millones de euros. También se comentó que la entidad podría tener activos por valor de 10 millones. Hay que recordar que la entidad cesó su actividad el 13 de febrero de 2020 y a los pocos días despidió a la mayoría de los 106 trabajadores con los que contaba. Llegó a tener más de 1.000 socios cooperativistas.
Ahora, una vez completado este primer proceso de la administración concursal, que también incluye los activos de la cooperativa, ese informe se completará dentro de otro mes, con la calificación de los créditos -quienes tienen preferencia para el cobro- y se remitirá al juzgado número 2 de Alicante, que es quien tramita el concurso de acreedores de la cooperativa alteana. Posteriormente, una vez validado por el juez, se abrirá la fase de convenio: los acuerdos entre empresas y deudores, con las quitas, para alcanzar un pacto que posibilite el cobro con la masa de la cooperativa. En caso de que no se puedan satisfacer los acuerdos y, por tanto, el cobro, el administrador puede solicitar al juez el inicio del proceso de liquidación de la cooperativa y de Villanaranja SL con el fin de pagar el máximo de deuda posible.
No. Un inversor puede aparecer en cualquier fase del concurso e intentar pujar por la cooperativa o por Villanaranja después de las quitas pactadas; o en el proceso de liquidación; es decir, que puede estar interesado en un activo y pagar lo estipulado y mantener una parte de la actividad o destinar ese bien a otro fin o actividad diferente a la original, que era la comercialización de los productos agrícolas de Altea. Desde la cooperativa siempre han considerado que la entidad tiene bienes suficientes para hacer frente a las deudas, aunque ahora el informe ha revelado una cantidad más elevada de la que inicialmente trascendió.
