ELCHE. La Concejalía de Medio Ambiente, en colaboración con el Laboratorio de Contaminación Atmosférica (LCA) de la Universidad Miguel Hernández de Elche, han iniciado la campaña para medir la concentración ambiental de dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono (O3) por todo el casco urbano y zonas adyacentes de la ciudad de Elche.
Tal y como ha explicado la edil del área, Esther Díez, “esta actividad, que se enmarca en el Convenio sobre Calidad del Aire Urbano suscrito entre el Ayuntamiento y la Universidad, determinará los niveles ambientales de estos contaminantes mediante el uso de 50 dispositivos dosimétricos de captación pasiva. Estos ya han sido instalados en mobiliario municipal como farolas y postes y estarán realizando mediciones hasta el próximo 7 de marzo”.
“Los datos recogidos nos permitirán identificar las zonas más contaminadas del casco urbano y tener una imagen real del impacto directo del tráfico rodado en nuestros barrios”, ha señalado Díez, que también ha recordado que “más del 80% de las emisiones contaminantes de nuestro municipio provienen del tráfico privado y eso tiene un impacto directo sobre la salud de nuestros vecinos y vecinas. De hecho, la OMS calcula que estos gases generan al año 4,2 millones de muertes prematuras en el mundo”.
“Hay que recordar que a través de este mismo estudio supimos que en Elx, en 2020 y el primer semestre de 2021, se registraron descensos de entre el 12 y el 52 por ciento de estos gases contaminantes respecto al año anterior”, ha detallado Díez.
En este sentido, la concejala ha afirmado que “para continuar disminuyendo estos niveles y cumplir los estándares exigidos por la OMS, seguiremos apostando por políticas verdes valientes. Por ello, potenciaremos nuestra apuesta por la movilidad sostenible, la naturalización de la ciudad, la biodiversidad, la transformación energética, el urbanismo racional y el consumo de proximidad en el marco de la estrategia Elx2030”.
El dióxido de nitrógeno es un gas contaminante que se utiliza como indicador de la calidad del aire en las ciudades. Se genera en la combustión de carburantes fósiles, suele ser abundante en las zonas de mucho tráfico y afecta a la salud de las personas, la vegetación y contribuye al cambio climático.