La Casa Torrent es protagonista de esta crónica por muchas cosas. Porque fue de un empresario tonelero cuando la exportación de vinos desde el puerto de Alicante estaba en auge. Por donde está, en la plaza Balmis. Porque es un palacete modernista en pleno centro urbano de la ciudad que necesita una urgente lavada de cara. Porque – al parecer – va a cambiar de uso para convertirlo en un edifico de viviendas de lujo, según informaciones periodísticas que salieron en medios de comunicación locales el pasado mes de junio.
Así fue. José Torrent, propietario de la casa situada en la calle Limones nº 8 (actual plaza Balmis) con fachada a esta y a la calle Bóvedas (actual calle Canalejas) propuso al ayuntamiento de Alicante remodelar este edificio en 1909 después del derribo de varias viviendas para conformar lo que hoy conocemos como la plaza Balmis. Se encargó el arquitecto Enrique Sánchez Sedeño, famoso hoy por el legado arquitectónico que dejó en la ciudad. Recordará que una de sus obras es la Casa del Ascensor, llamado así por ser una de las primeras que lo tuvo en la ciudad, mencionada en una de mis crónicas. Se presentaron varios proyectos hasta que se decidió construir la fachada y remodelar el edificio que hoy conocemos, con adornos florales estilo modernista. El Cronista Vidal Tur lo menciona en su libro “Alicante, sus calles antiguas y modernas”, también Santiago Varela en el suyo titulado “La arquitectura de Enrique Sánchez Sedeño y el modernismo en Alicante”. Hoy este edificio está catalogado y protegido, por lo que se debe velar por su conservación, mantenimiento de fachadas, carpinterías y escaleras.
La plaza a la que da su fachada principal nombra al ilustre alicantino Doctor Balmis, famoso por liderar la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna que sufragó el rey Carlos IV de su bolsillo para erradicar la viruela en Hispanoamérica, Filipinas y buena parte de Asia, y lo consiguieron salvando millones de vidas, no sin esfuerzo, dedicación, tesón y altura de miras. Apoyado por la Corona y la iglesia católica salvaron las reticencias de algunas de las autoridades hispanoamericanas, como las de México (9 de agosto de 1804), que no veían bien eso de la vacuna.
En esta plaza también hay uno de los ochenta refugios de Alicante de la guerra civil española. Quizá por el fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera - líder falangista - por soldados republicanos, la aviación italiana aliada franquista se ensañó con Alicante durante esa contienda saliendo sus aviones de sus bases en Baleares. Por esas continúas incursiones aéreas, Alicante es una de las ciudades españolas con más refugios antiaéreos de aquella época. Aquí conté el bombardeo al mercado causando pánico, caos y muerte en hora punta (25 de mayo de 1938).
Alicante no destaca por haber salvado su patrimonio histórico dejando perder maravillosas obras de arte cuyo recuerdo queda en libros y revistas de la época. Las autoridades locales han de vigilar hoy para que este palacete modernista se conserve como lo conocemos en la actualidad.