La Biblioteca de Cataluña alude a un acuerdo con Orihuela para retener la propiedad del Llibre de Repartiments

ORIHUELA. La Biblioteca de Cataluña ha aludido a un acuerdo con el Ayuntamiento de Orihuela, firmado supuestamente en 2009, para justificar la negativa a ceder el Llibre de Repartiments a Orihuela, como clama ahora el Ayuntamiento, el Consell y entidades como la Associació de Juristes Valencians. Es precisamente la respuesta a una carta remitida por este colectivo el pasado 26 de mayo a la Biblioteca de Cataluña para exigir que el documento vuelva a Orihuela donde su directora, Eugènia Serra, menciona este acuerdo. 

El documento, al que ha tenido acceso este periódico, señala que "en el año 2009 la biblioteca y el Ayuntamiento de Orihuela llegaron a un pacto por el cual la Biblioteca de Cataluña mantenía la propiedad del manuscrito y entregaba una copia digitalizada de alta calidad a la Concejalía de Cultura". Una copia que, añaden, entregaron ese mismo año. La alcaldesa en 2009 era la popular Mónica Lorente.

Desde el Ayuntamiento de Orihuela, señalaron este miércoles no tener constancia de ese pacto. Tampoco nadie del equipo de gobierno actual sabe nada ni del acuerdo ni de dónde se encuentra esa copia digitalizada. Ni siquiera el equipo de gobierno anterior conoce ese pacto, según señalaron desde el PP a este diario. Rafael Almagro, quien fuera edil de Patrimonio Histórico desde 2015 hasta 2022, cuando se presentó la moción de censura, no tiene constancia de ese acuerdo. "Si existe ese documento por escrito, que lo muestren", trasladaron fuentes populares. 

Tampoco en el Archivo de Orihuela saben nada de este presunto acuerdo, ni de la copia de alta calidad cedida al Ayuntamiento. Lo cierto es que, un año después de que se alcanzara el supuesto pacto al que aluden desde la Biblioteca de Cataluña, en 2010, el Llibre dels
Repartiments dels terres entre vehins de la molt Noble y Leal e Insigne Ciutat de Oriola fue cedido por la institución a la ciudad, en una exposición inaugurada entonces por la exalcaldesa Mónica Lorente y su edil de Cultura en aquella época, Pepa Ferrando. 

En la carta de respuesta al presidente de Juristes Valencians, José Ramón Chirivella, reiteran que ya en el año 2009, cuando se alcanzó ese pacto con el Ayuntamiento, la Biblioteca de Cataluña remarcó que "la Biblioteca de Cataluña compró en el año 1921 al librero Salvador Babra" este libro, por lo que es de su propiedad. Quince años han pasado desde ese presunto acuerdo. 

Manuel Culiáñez, exconcejal de Los Verdes, fue uno de los ediles, junto al exalcalde Monserrate Guillén, que luchó por la cesión que llegaría en 2010. "Ya en 2006, siendo alcalde Medina, Monserrate Guillén y yo, junto con el arqueólogo municipal, nos reunimos con la Biblioteca de Cataluña para acordar una cesión. Se negaron en rotundo, pero sí es cierto que nos abrieron la posibilidad a cesiones temporales, siempre y cuando quedara bien claro que la propiedad del libro seguía siendo de ellos. Desconozco si se alcanzó ese acuerdo o no, pero desde la Biblioteca siempre nos dejaron muy claro que estaban abiertos a cualquier tipo de acuerdo, exposición o cesión incluso a largo plazo, siempre que la propiedad se mantuviera en la Biblioteca de Cataluña, señalan. 

El equipo de gobierno de Orihuela, que tuvo conocimiento de esta carta de la directora de la institución catalana, firmada el martes, a través de este diario, se puso ayer a buscar tanto el documento de ese presunto pacto, como la copia digitalizada, sin que al cierre de esta edición hubieran localizado ninguno de los dos documentos. La noticia, no obstante, cayó como un jarro de agua fría en las filas municipales, que en los últimos meses han cerrado filas, con apoyo incluso del Consell para exigir su cesión. Una exigencia que se vería diluida si ese pacto se hubiese firmado oficialmente. Por tanto, instaban ayer a la Biblioteca de Cataluña a que si existe ese documento, que lo muestren. Desde el Ayuntamiento estaban buscando incluso un abogado especializado para defender la cesión de esa propiedad por la vía judicial, por lo que la sorpresa ante este presunto acuerdo fue mayúscula.