“El stop motion en Valencia y en España no tiene nada que envidiar a ningún otro país”
– Vicente Mallols, director de El Diari de Bita y Cora –
ALICANTE. Cuando se proyectó en la 32 edición del Festival Cinema Jove el filme «Animal Crackers» (2017), todos nos quedamos de piedra. No solo porque la producción estuviera hecha en València, más concretamente en el Parque Tecnológico de Paterna por la empresa Blue Dreams Studios, o también porque entre las voces que daban vida a los protagonistas estuvieran McKellen o Stallone.
Lo que de verdad marcaba la diferencia, era que en un festival del calado de Cinema Jove, y jugando en casa, se contara con la animación valenciana par inaugurarlo. Ese camino ha seguido À punt, con un extraordinario criterio, en dos producciones para su programa infantil, «La Colla»: la musical Nina del Espai y la stop motion El diari de Bita i Cora. València tiene una larga, y muy exitosa, tradición en el stop motion, recordamos con aprecio la factoría Clay Animation, creadores de la serie internacional Clay Kids, los seminales Pablo Llorens, con dos Goyas en su filmografía y Sam, director de la película “Pos Eso, los mejores exponentes del sector en la Comunitat. Vicente Mallols, responsable de El Diari de Bita i Cora le debe mucho a su divertido cortometraje El critozoólogo (2015), “fue un proyecto – comenta Mallols – en el que trabajamos juntos por primera vez Paloma Mora de la productora TVon producciones y yo”.
“La colaboración funcionó tan bien que, apenas habíamos terminado la postproducción de aquel corto ya comenzó a surgir la idea de volver a repetir la experiencia, pero esta vez con la intención de llevar adelante un proyecto de serie infantil”, sentencia. La serie apuesta por el stop motion, algo que en palabras de su creador, “llevamos en las venas”.
Aunque para los neófitos puede parecer difícil encontrar profesionales del sector en València, en realidad tenemos a muy buenos y respetados animadores, y en ésta producción hasta 58 profesionales han trabajado en 13 sets de rodaje, “prácticamente todos los que hemos trabajado en la serie – aclara el director-- , venimos de haber colaborado juntos en otros proyectos de stop motion (también en Valencia), somos compañeros, amigos, y formamos parte de una curiosa familia que tiene como nexo de unión la pasión por esta técnica. Desde principios de los años 80 en Valencia siempre ha habido varios estudios dedicados a la animación stop motion y esto ha hecho que se haya ido formando gente de manera ininterrumpida”.
Las instituciones han creído en el producto de forma firme aportando el 90% del capital: con 400.000 euros de el Institut Valencià de Cultura y 300.000 de À Punt. Mallols no oculta que no somos una potencia mundial en el sector, pero que sí tenemos un reconocimiento pese a los escasos presupuestos que se manejan, “el stop motion en Valencia y en España no tiene nada que envidiar a ningún otro país – comenta Mallols – , aunque bien es cierto que los presupuestos de los grandes estudios no se pueden comparar con los de proyectos nacidos aquí, mucho más modestos”.
La otra gran aportación del ente valenciano, es Nina del Espai, dirigida por Ángel Martínez, y que también ha contado con la participación del Intitut Valencià de Cultura y À Punt, y que cuenta con 52 episodios con la participación de una quincena de trabajadores. Es una miniserie educativa que nos hace viajar por el universo de Nina, y que se dedica en cada capítulo a un estilo musical diferente, hasta completar los 52.
Su director nos cuenta el proceso que ha llevado a Nina, Pepe, Matías y Beti a los hogares valencianos, “la serie inicio su andadura en el 2008 – recuerda Martínez – , fue seleccionada en el festival de Annecy (en Francis), donde fuimos a presentarla. Allí conocimos a una empresa canadiense (Carpe Diem film&TV) con quien firmamos un contrato de coproducción. También fuimos seleccionados para el Cartoom Forum (el mercado más importante de animación a nivel europeo) y estuvimos en varios mercados internacionales Mipcom y Mipjunior”.
El audiovisual valenciano había pasado por un desierto, con alguna notable excepción, desde el cierre de Radio Televisión Valenciana y el regreso de un ente público que confiara en la producción propia y local, y que retornase a los niños la posibilidad de disfrutar de contenido para ellos en su lengua, está cambiado el panorama y creando nuevas ilusiones y sinergias. La llegada del nuevo ente supuso ese empujón al audiovisual, y por ende, a los jóvenes para poder crear contenidos de calidad.
Mario Dominguez ha trabajado como artista Storyboard, donde tiene la libertar de sumar creando. Su visión nos muestra la ilusión por poder trabajar en su tierra con contenidos de animación, un campo en completa expansión, “empecé a trabajar en Space Nina gracias al grupo de animación de la EASD de Alcoy – recuerda--, donde frecuentemente se comparten ofertas de trabajo de diferentes estudios de animación. En Angelgráfico requerían de un artista de storyboard que tuviera experiencia con la animación 2D. Tras una entrevista inicial, fui contratado para empezar a trabajar en enero de 2018”, añade.
“Con El Diari de Bita i Cora todo empezó con una conferencia en la misma EASD de Alcoy impartida por la productora de TVOn, Paloma Mora. Motivado por Remei Espí, una profesora mía, decidí mostrarles mi dossier de storyboard, y les gustó mi trabajo. A partir de la semana siguiente fui contratado para también empezar en enero los storyboards de la primera temporada de su nuevo proyecto”.
El futuro de la animación está en manos de los profesionales del sector, y de los jóvenes, que ahora ven más posibilidades laborales gracias a la televisión pública y las nuevas plataformas, “con respecto al estado de la animación en España – reflexiona Mario – y más concretamente en Valencia, diría que vivimos una época de moderado crecimiento. Las productoras valencianas llevan más de diez años trabajando, currándoselo y aportando su granito de arena al sector animado, bien sea con productos propios e independientes (cortometrajes en festivales, proyectos audiovisuales tales como videojuegos) o ajenos (publicidad, colaboraciones en grandes producciones cinematográficas y televisivas)”.
Vicente es muy optimista, y también realista, sobre el futuro del stop motion en la Comunitat, “en lo que se refiere a perspectivas de futuro – comenta –, en Valencia concretamente, son varios los estudios que están trabajando en estos momentos en varios proyectos de diversa índole, tanto en producción como en desarrollo, así es que se podría decir que estamos atravesando un buen momento y que, al menos por ahora (crucemos los dedos), la modesta industria de la animación valenciana goza de buena salud”. Crucémoslos pues.