"Si los cuatro diputados liberales de Murcia se afilian al PP, los felicitaré"
MURCIA. Juan Carlos Girauta (Barcelona, 1961) asegura que en la Región de Murcia pervive la llama liberal del partido que él ayudó a construir. Pero no se refiere a Ciudadanos, sino a los cuatro diputados que se desmarcaron de su propia formación en la moción de censura contra Fernando López Miras y cuyo grupo parlamentario hoy forma parte del Ejecutivo regional, en alianza con el PP y los ex de Vox. "El caso de Murcia es una excepción en nuestro país. Son liberales que gobiernan", sostiene en esta entrevista. Quien en su día fuera mano derecha de Albert Rivera confiesa que se siente muy cómodo en su faceta de observador de la política y no piensa volver a la primera línea. En su opinión, hay una prioridad por encima de todo: "La urgencia es echar a Pedro Sánchez". También tiene muy claro que Ciudadanos, su antiguo partido, tiene los días contados. "Estoy seguro de que desaparecerá. No queda nada de lo que construimos, salvo personas valiosas".
-¿Dónde se refugia el liberalismo hoy en día?
-El liberalismo tiene tres opciones. Existe un ala liberal en el PP. También hay liberales que no han podido comprender que su partido, Ciudadanos, intentara apuntalar al sanchismo y se marcharon, como es mi caso, por ejemplo. Y hay una excepción, que es un grupo liberal con un gran equipo humano que gestiona la cosa pública, se mantiene unido y está en un Gobierno: es el caso murciano.
-¿Por qué ellos son un caso excepcional?
-Por muchos sentidos. Tuvieron que desmarcarse de su propia formación nacional para no pasar por la ignominiosa experiencia de darle margen al PSOE mientras los socialistas pactaban con Bildu. Y para eso hacía falta valentía y mucha fuerza moral. Los que abortaron la moción de censura eran conscientes de que se iban a granjear muchas enemistades y muchas campañas ad hominem. Aun así, actuaron correctamente y hoy podemos celebrar un foro liberal porque ese grupo ha pervivido con el mismo ideario con el que se presentó a las elecciones. En cambio, el que fue su partido nacional ha perdido todo rastro de regeneracionismo.
-¿Actuaron bien al desmarcarse de las instrucciones de su propio partido?
-Sí, porque el PSOE de ahora, no el de Felipe González, basa sus gobiernos y su futuro en una alianza con los neobolivarianos populistas más demagógicos de Europa -Podemos-, con los separatistas catalanes que han recurrido al golpe de Estado y con los que han indultado a los golpistas y se han abrazado a Bildu. Han convertido a Otegui en un decisor de Gobierno. Este PSOE de Pedro Sánchez no es tratable; no puedes darle más poder territorial ni puedes compartir proyecto con él porque las rémoras que lleva son simplemente insoportables. Está desmontando el Estado democrático de Derecho. Ningunea al Rey de España, intenta acabar con la libertad de prensa e impone una serie de privilegios para unas comunidades que son desleales mientras discrimina a las leales, como es Murcia. La Región está discriminada en la financiación, las infraestructuras, el cuidado natural... ¡Con ese PSOE no se puede pactar nada!
"ES IMPRESENTABLE PRESENTAR UNA MOCIÓN DE CENSURA CONTRA EL GOBIERNO DEL QUE FORMAS PARTE"
-Pero el PSOE murciano queda un poco lejos de Bildu y las derivas nacionales...
-No hay un PSOE de Murcia. Es una máquina obediente al PSOE, que es una jerarquía estricta. En cambio, sí hay un liberalismo en Murcia, que se opuso a su propio partido cuando este infringió las normas básicas de una formación liberal y, sobre todo, las decisiones estratégicas que habíamos tomado quienes teníamos la dirección. Con nuestras decisiones se puede estar o no de acuerdo, pero eran muy claras: con Sánchez no vamos ni a la vuelta de la esquina; con Sánchez, nunca. ¿Quién fue coherente? Lo fue quien respetó el acuerdo de Gobierno con el PP y quien decidió no traicionar al PP, que estaba cumpliendo su parte. Fue coherente quien decidió que era impresentable presentar una moción de censura contra un Gobierno del que tú participas. Al frenar aquello, se frenó la operación que sucedió a continuación, que era la moción de censura en Madrid. Fueron absolutamente decisivos privándole al sanchismo la opción de arrasar en España.
-Usted formó parte de la ejecutiva nacional que estableció que el PP era el socio preferente. ¿Por qué se tomó esa decisión para comunidades como Murcia en las que el PP era el partido del Gobierno y no la alternancia?
-Dijimos que con el PSOE de Pedro Sánchez no pactábamos. Sólo hubo una excepción: algunos municipios de Castilla-La Mancha dada la particularidad política de Emiliano García-Page, que era el único barón socialista que se pronunciaba en contra de la política de Sánchez ante el nacionalismo y los separatistas.
-¿Queda algo del Ciudadanos que usted conoció?
-No. Sólo quedan personas valiosas, pero no queda ningún proyecto político porque quien puede mantenerlo o sustituirlo decidió sustituirlo.
-¿Cree que desaparecerá Ciudadanos en 2023?
-Sí, estoy seguro.
-¿No le ve ningún futuro?
-No. Por eso es muy importante que aunque desaparezcan esas siglas, no se pierda el sentido que tuvo. Por eso me complace tanto ver en Murcia que aquí sigue existiendo con las mismas personas en general, el mismo entusiasmo y con más experiencia. Sigue existiendo aquello que tanto trabajo nos dio construir. Al menos está en Murcia. Y puede ser el inicio de una estrategia diferente, que sirva para que la familia liberal exista.
"SÁNCHEZ ES UN HOMBRE SIN ESCRÚPULOS Y CON UNA VISIÓN PERVERSA"
-En su opinión, ¿qué deberían hacer los cuatro diputados expulsados de Cs? ¿Deberían crear un nuevo partido o deberían afiliarse al PP?
-No les voy a decir lo que tienen que hacer, porque sería una intromisión. El hecho de que se visualice un lado liberal del Gobierno es bueno; también es muy bueno que se gobierne con tanta armonía y de forma tan coordinada con el presidente [Fernando López Miras], que es un hombre muy liberal porque pertenece a la generación de Pablo Casado. Se dan unas condiciones óptimas para hacer acuerdos aunque, por otro lado, yo sé lo difícil que es hacer un partido de implantación nacional. Crear un partido regional no tiene mucho sentido, porque el sanchismo ataca los intereses de los murcianos, y eso es un fenómeno nacional. Sánchez es un hombre sin escrúpulos, con una visión perversa. Por eso se atrevió a decir que vacunó incluso a los que no le votaban. Esa idea no se le pasa a ningún gobernante normal.
-Muchos dan por hecho que los cuatro diputados murcianos acabarán afiliándose al PP...
-Si hacen eso, los felicitaré, siempre y cuando lo hagan manteniendo su ideario y su perfil liberal. Eso les resultará fácil aquí por don Fernando [López Miras].
-¿Conoce entonces a López Miras?
-Sí.
-¿Y qué le parece su gestión en la Región de Murcia?
-Excelente. Es un gran gobernante que tiene la ventaja de la juventud. Es una suerte darle en la plenitud de su vida la oportunidad de presidir la Comunidad. Es un afortunado en ese sentido. Y está devolviendo esa suerte a los ciudadanos. Porque sus resultados, gracias al PP y a mis amigos liberales, son particularmente buenos. No ha habido tarea más difícil de gestionar que la pandemia. Fíjese en los desastres del Gobierno nacional. Y aquí, en términos relativos, se ha gestionado muy bien.
-¿Por qué en España nunca ha triunfado el liberalismo como fórmula electoral? ¿Por qué históricamente sólo gobierna la socialdemocracia o el partido conservador?
-No existe una razón metafísica ni una maldición histórica. Nosotros estuvimos a punto de superar al PP. Nos quedamos a menos de 200.000 votos de ellos. Era posible y pudo ser. Pero no se dio. Y las circunstancias personales del que lideraba la formación [Albert Rivera] hicieron que se retirara, y yo sin él tampoco quería seguir. La mala suerte ha hecho que quien heredó aquello lo haya convertido en otra cosa. Eso no es una maldición fatal del destino. Aquel proyecto que fue tan ilusionante casi lo logró. A lo mejor otros lo consiguen en el futuro, pero ahora la urgencia no es crear un partido liberal: ahora mismo la urgencia es echar a Sánchez. Y no sólo echarlo: hay que deshacer todo lo que ha hecho, que es nocivo y autoritario. Eso es lo urgente.
"SI RECHAZAMOS ENTRAR UN GOBIERNO DE RAJOY, QUE ERA UNA HOMBRE DECENTE, ¿CÓMO ÍBAMOS A PACTAR CON SÁNCHEZ?"
-¿No piensa que, si tan nocivo es Sánchez para usted, sería más fácil 'frenarlo' y 'controlarlo' desde dentro de un Gobierno que desde fuera? A su juicio, ¿no sería mejor tener esa facultad y no otorgársela a Podemos?
-Nosotros tuvimos ofertas para entrar en el Gobierno de Rajoy y no las aceptamos porque éramos muy conscientes de que nuestras reformas sólo se podían llevar a cabo desde la Presidencia del Gobierno. ¿A usted le parece que quien ha rechazado entrar en el Gobierno de un hombre decente va a pactar con alguien que ya daba muestras de lo quería hacer con el nacionalismo? Antes de aquellas elecciones, Sánchez ya había ganado una moción de censura y había una experiencia de Gobierno para juzgarle. Y lo que hizo es lo que hoy vemos: unir a todos los que quieren acabar con el sistema del 78. En segundo lugar, el que tiene que buscar apoyos es el candidato para la investidura. Sánchez no lo hizo nunca con nosotros. ¿Por qué? Quería repetir las elecciones. En tercer lugar, nosotros nos presentamos a las elecciones con un mensaje muy claro: nunca pactaremos con Sánchez. Nosotros no íbamos a hacer lo contrario de lo que le dijimos al pueblo español. ¿Qué quería Sánchez? ¿Que Ciudadanos diera motu proprio una rueda prensa pidiéndole ayuda?
-Con Sánchez, aun así, sí firmaron un acuerdo en 2016... Sólo tres años antes. ¿Tanto había cambiado?
-Era otro hombre. Entonces se refería al nacionalismo en los mismo términos que nosotros. Quería que los miembros del Poder Judicial los eligieran los jueces, quería acabar con las diputaciones... Él decía todo eso porque le interesaba. La primera vez nunca piensas que te está engañando. En aquel momento su partido le impedía pactar con los nacionalistas y le ponía muchos peros a un pacto con la extrema izquierda. Parecía cantado que tenía que pactar con los liberales. Ese hombre era nuevo para nosotros. Pero ni mentía ni decía la verdad: no tiene un modelo, sino que sólo piensa en lo que le beneficia. Si pasado mañana le interesara otra cosa, dirá que los golpistas no merecían los indultos.
-¿Le tienta volver a la política?
-No, nunca volveré a la política profesional y activa. Pero nunca me moveré de la posición del observador que dice lo que piensa, tanto en la prensa [es articulista del diario ABC] como en conferencias o seminarios. No me callaré mis opiniones porque tengo una vocación. Mi tiempo político ya se consumió, ya pasé por la experiencia durante cinco años y ya tengo bastante con eso.
-¿Ni siquiera para afiliarse a otro partido?
-No. Afiliarse tiene sentido en una cierta etapa de la vida. Yo ya tengo 60 años y ya he sido portavoz parlamentario, he sido eurodiputado, he negociado investiduras, he negociado gobiernos que no se llegaron a consumar... Está cumplido el interés intelectual por ver cómo es la política por dentro. Yo ya no voy a militar en ningún partido en mi vida; no tiene sentido para mí ya la militancia. Mi papel actual es el que deber ser. Creo yo.