El pasado de los políticos regresa al presente

Jota Linares: “Creo que las historias son hijas del sitio en el que ocurren”

10/10/2018 - 

ALICANTE. “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo y puedes engañar a algunos todo el tiempo,pero, no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”, decía sobre la política Abraham Lincoln. Y en la película que recientemente ha presentado el director Jota Linares,aparece un libro sobre el expresidente de los EEUU en la mesilla de noche de Abel, uno de los personajes protagonistas, interpretado por Daniel Grao. Hablamos de Animales sin collar, la ópera prima del cineasta gaditano. Un filme que presentó recientemente en Valencia antes que en ningún otro lugar, en los preestrenos del Festival Antonio Ferrandis de Paterna. 

La cinta trata sobre el contexto político actual, en el que se asoma un pasado lleno de desfases y miedos de los protagonistas, con la corrupción como telón de fondo, entre atardeceres andaluces, en una historia de rabiosa actualidad. Así que Jota nos cuenta cómo fue el proceso de creación de ésta, su primer película, que tiene su germen en el giro electoral que dio el país en los últimos tiempos. “Fue una mezcla de dos cosas”, relata el director. “Recuerdo con muchísima intensidad el fin de semana de las elecciones autonómicas de 2015 cuando, de repente, todo empieza a cambiar a nuestro alrededor”, rememora Linares. “Yo estaba dirigiendo una función en el teatro Lara de Madrid en la noche electoral y cuando salimos ya estaban dando los primeros sondeos. ¿Qué estaba pasando en Barcelona, Madrid o Valencia? Era verdad que sí se podía castigar si se hacía algo mal”, recuerda el director. 

“Por otro lado, en esa misa época, una amiga me había dado a leer La casa de muñecas de Ibsen, una obra que está libre de derechos en la que se habla sobre la mujer. En ese momento pensé... qué pena que ahora sea tan actual esta obra de teatro del siglo XIX”. Así que eso le hizo reflexionar. “Decidí mezclar esos dos conceptos y de ahí surgió la idea. Por un lado el contexto político y por otro la trama de una mujer que no sabe que es libre”, explica. Y quizá sea este el momento perfecto para contar esa historia, con másteres universitarios cuestionados, dimisiones casi semanales y extremos ideológicos sin límites. Porque los políticos viven en la actualidad con un ojo puesto en su pasado, con fontaneros que limpian sus cañerías (como Trump) o defendiéndose de calumnias. “Es un tema que me obsesiona”, explica Linares. “Esos guardianes de la moral que vienen ahora tan intachables... cuando todos tenemos muertos en el armario”, sentencia. 

“Me gusta especialmente la secuencia de Skype donde el jefe de prensa le pregunta si tiene algún tuit que haya que borrar y él dice que no.Estamos viviendo tiempos raros. Hay una esclavitud de las redes sociales, de la moralidad y de lo políticamente correcto que yo creo que todavía no somos conscientes del alcance que está teniendo”, comenta Linares. “Creo que la gente vuelca su rabia en internet de manera muy gratuita”, apunta. 

Daniel Grao guarda un parecido físico con Pedro Sánchez o Núñez Feijoó bastante evidente. Cumple su papel de político guapo, limpio, de moral elevada y familia ejemplar: una máscara al frente de algo más grande que él, como es su partido. Algo que Linares dibujó en su mente mucho antes de la llegada de estos nuevos líderes. “Nosotros, sin querer, profetizamos sobre este boom de los políticos guapos que ahora están en auge”, sugiere entre sonrisas el nostradámico director. “Obviamente, las películas no se hacen en dos días y nosotros hemos tardado tres años y pico. Así que cuando escribimos el papel de Abel, la referencia que le dimos a peluquería y vestuario era la figura de Ralph Fiennes en El paciente inglés, esa imagen de él de espaldas”, asegura el cineasta. “Después comenzaron a salir políticos provinientes de las sección masculina de El Corte Inglés”, bromea Jota. 

El filme se desarrolla en Andalucía y, como es lógico, los personajes son andaluces. Así pues, su acento es el andaluz. Y hablamos sobre este asunto del acento, debido a que series como La Peste, de Alberto Rodríguez, sufrieron críticas en las redes por ello. “Yo soy andaluz y quería que mi primera película fuera andaluza, era algo que iba muy dentro de mi como el acento andaluz”, dice Jota. “El paisaje andaluz creo que es impresionante y que funciona casi como un western en ciertas partes de la película”, relata el director. “Mi segunda película es muy madrileña, pero, la primera quería que fuera andaluza, con actores, en la mayor medida andaluces, así que está Natalia, Ignacio Mateo y Mariana Cordero, que era algo que me obsesionaba” añade. 

Coincidimos en la cuestión de los acentos como indispensables. Porque si son de Andalucía, lógicamente tendrán acento andaluz, lo que proporciona veracidad al filme. “Creo que las historias son hijas del sitio en el que ocurren y si te trasladas a Andalucía, lo que parecería raro es que ellos no hablaran con su acento. Eso sería demencial”, sentencia Linares. “Y es verdad que al principio dices, pero Grao, por qué. Pues porque son actores, y a los actores les pones un coach”, explica. “Ignacio Mateo fue el coach de Daniel y te lo tragas de andaluz sin problemas”, sentencia. 


Netflix participa en esta película. De hecho, produce el segundo trabajo de Linares. “Es una maravilla contar con ellos”, comenta con satisfacción. “Te dan una libertad absoluta”, afirma. “Mi segunda película se llama ¿A quién te llevarías a una isla desierta? y es una adaptación de mi obra de teatro, que primero fue un corto” explica el director. Es una historia más sencilla y universal que Animales sin collar en la cual se habla de cuatro amigos que han compartido piso durante ocho años en la capital, narrando sus últimas 24 horas en el piso.  

El nuevo gigante audiovisual Netflix está inmerso de lleno en el mercado español y con mucha fuerza, apostando con valentía por producciones difíciles. “Creo que le ha venido bien al cine porque da muchas oportunidades y gracias a ellos se levantan películas que sino sería imposible levantar”, afirma Linares. “Además, te quita la presión de la taquilla y te da una libertad creativa enorme”, añade. Y es que las cosas en el mundo del cine están cambiando, como ya sucediera en la música con iTunes. 

Y aunque Linares desconoce cuál es el futuro del cine, apunta cómo Cuarón acaba de ganar Venecia con Roma. O lo que es lo mismo, Netflix acaba de ganar en un festival clase A, catapultándose hacia los Oscars. “¿Cuántos peliculones se habrá perdido Cannes por no dejar que Netflix estrene ahí?”, se pregunta el director. “Soy profesor de guión en Madrid, en TAI, y a mis alumnos les digo que no tengo respuestas sobre éste tema, porque, quién me iba a decir a mí en el año 2000, cuando íbamos al videoclub, que 18 años después tendríamos ese videoclub a un solo click”, reflexiona. “Lo único que podemos hacer es adaptarnos y no olvidar que en plataformas como Netflix lo que hacemos al final es contar historias”, añade. 

Sin duda, Netflix seguirá apostando por nuevos talentos y por producciones arriesgadas, minoritarias o difíciles para el gran público. Así que gracias a ellos y a otras productoras valientes, seguiremos viendo óperas primas como Animales sin collar

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