ALICANTE. "Sigue habiendo una falta de interés por nuestro patrimonio musical", empieza lamentando Jesús Gómez. El intérprete ha lanzado Old friends. Obras para piano de Pedro Iturralde, un disco en el que se recopila por primera vez todas las obras de este compositor pensadas para este instrumento.
Iturralde es conocido principalmente por su faceta como saxofonista pero Gómez ha aprovechado las composiciones que tiene escritas para piano y saxo u otros cuartetos para los doce temas que presenta en el disco. El alicantino ya había interpretado sus obras junto a él en diversas ocasiones y "tenía esa espina de decirle que nadie había hecho sus piezas para piano y creo que se adaptaría muy bien".
A partir de ahí, han trabajado juntos para realizar las adaptaciones en el último año y medio. Hasta conseguir este "producto muy alicantino" que estrenó en el ADDA, donde lo grabó en su Steinway hace justo un año. Este viernes lo presenta en Madrid, en la Sgae, y el 19 de junio lo presentará en Valencia, en el Palau. "Cuando lo escuchó, se sorprendió porque no estaba acostumbrado a oírlo así", explica Gómez, el salto al piano clásico le resultó "extraño" aunque "le gustó el toque clásico que aportaba a esos temas que él había oído en cuartetos de jazz -batería, contrabajo, piano y saxo- o cuartetos de saxo".
Gómez pasa a imitar el acento navarro de Iturralde para recordar aquellas reacciones iniciales. "Me gusta pero me suena raro porque lo tocas distinto", le decía con su carácter "parlanchín". Él hacerlo simplificando el número de instrumentos le da "el punto mágico de que una misma pieza la pueda cantar cualquier artista y lo hace personal y le gusta al público".
"El público no es tonto nunca y sabe lo que le gusta", subraya Gómez, "esta es una música ecléctica porque tiene un punto flamenco pero no lo es, igual que lo tiene de clásica sin serlo". "Al mezclarlo todo es accesible", concluye. Y así lo ha ido comprobando en los diversos conciertos que ha ido dando con este material. Un lugar le falta y que le haría particular ilusión, Falces, el pueblo natal de Iturralde.
"La música de Pedro tiene mucho componente popular", resalta Gómez. En Old friends lo demuestra con piezas como El molino y el río, "una canción en la que aparece una danza vasca y una jota navarra", o en la valenciana Una nit d'albaes, "que también instrumentó y arregló para piano solo". Otras, como Zorongo gitano, que abre el disco tiran por la fusión de jazz y flamenco que practicó en los 60. Con aquellos trabajos marcó "las bases para unir esa música popular española con ritmos flamencos e improvisación".
"El mundo del clásico resulta muy endogámico", critica, "sigue faltando una actitud abierta de los músicos clásicos hacia otros estilos. Y es muy raro encontrar, salvo en algunas disciplinas como viento o metal, músicos versátiles que sean capaces de tocar romanticismo, barroco, jazz o pop".
El vicedirector del Conservatorio de Alicante asegura que este es un debate "que no está superado porque en los conservatorios, salvo excepciones, se sigue enseñando música del siglo XIX, un poco del XX y se acabó". Hay otros centros que tienen departamentos especializados en música antigua, jazz o de cine, "para los que les guste de todo tipo".
Y el problema de este enfoque lo encuentra en "nuestra legislación y administración educativa que, hasta el momento no nos lo ha facilitado". Solo, dice, en algunos casos hay departamentos de música antigua. De todas formas, "sigue siendo un mundo cerrado". Por eso dice que si se añadiera en un centro público un grado de música para la imagen, como bandas sonoras, "tendría una demanda impresionante, igual que si lo pusiéramos en rock. Pero seguimos anclados en unos sistemas un poco decimonónicos".
En su disco incluye Elegía, un tema sacado de la banda sonora que compuso para Viaje a ninguna parte, la película de Fernando Fernán-Gómez. De hecho, lamenta también que los especialistas en bandas sonoras "son considerados por los de vanguardia como de segunda clase". "Es ahora cuando está empezando a aceptarse por los "músicos ortodoxos o de vanguardia". Un tema que le preocupa porque en su momento ya se encargó de revitalizar las partituras de Miquel Asins Arbó, uno de los autores con los que trabajó Luis García Berlanga para sus películas. "Es un tío que sigue sin estar considerado, como si fuera de segunda fila", denuncia.