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EL SISTEMA SE DIVIDE EN SIETE GRUPOS ESTRATÉGICOS

El IVIE acaba con los ránkings de universidades que no juegan en la misma liga

Un informe del instituto valenciano divide las corporaciones educativas en siete grupos estratégicos para determinar sus fortalezas y debilidades

18/12/2016 - 

VALENCIA. El sistema universitario español presenta una elevada heterogeneidad que, si bien implica riqueza educativa, también desmonta el concepto de ránking clasificador que concemos. ¿Quién osaría poner a Harvard en contraste con un college? Pues algo similar sucede en España cuando equiparamos universidades públicas de carácter histórico con centros a distancia de reciente implantación : unclaro desequilibro. El riesgo pasa por infravalorar a centros que, a priori, no juegan en la misma liga.

Esta es la premisa del estudio La Universidad Española: Grupos Estratégicos y Desempeño, que presenta el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), en colaboración con la Fundación BBVA. El estudio ha sido dirigido por el profesor de la Universitat de València (UV), Joaquín Aldás, en colaboración con los investigadores Alejandro Escribá, María Iborra y Vicente Safón, plantea la posibilidad de analizar el desempeño de las universidades teniendo en cuenta las diferentes características, recursos y contextos socioeconómicos.

"Existía esa queja histórica por parte del cuerpo de las universidades hacia los ránkings. Nosotros quisimos ver en qué medida esta queja respondía a la realidad”

“Es posible identificar grupos estratégicos de universidades, es decir, grupos similares entre sí, y que se enfrentan a los desafíos de su triple misión partiendo de recursos, características y condiciones parecidas”, explica Aldás. La medición del desempeño a través de los grupos estratégicos puede proporcionar una imagen más justa y equitativa de la eficacia de las instituciones, además de ayudar a identificar universidades que puedan ser consideradas como referentes próximos.

Si bien los autores del estudio asumen que los resultados de su trabajo son más interesantes para los gestores de las universidades que para los propios alumnos, insiste en la necesidad de romper con la homogeneidad. “Existía esa queja histórica por parte del cuerpo de las universidades hacia los ránkings, ese me estás haciendo competir con universidades con las que no estoy en igualdad de condiciones. Nosotros quisimos ver en qué medida esta queja respondía a la realidad”,  afirma.

Los grupos estratégicos se han configurado según las características del entorno geográfico de cada universidad, los recursos financieros, la tipología de su profesorado y de sus estudiantes, así como el grado de complejidad organizativa (tamaño de la institución y oferta de títulos). Los siete grupos identificados son: universidades a distancia, privadas, altamente especializadas, grandes universidades metropolitanas, jóvenes universidades investigadoras, regionales generalistas y públicas docentes.

Según el estudio presentado por el instituto valenciano, todos estos factores explican hasta el 59% de los resultados que obtienen en las tres perspectivas analizadas: docencia, investigación y desarrollo tecnológico. Porque, por descontado, dentro de estos subgrupos las hay que funcionan mejor y que funcionan peor. Así, por ejemplo, las privadas tienen mejor rendimiento que las públicas en docencia, mientras que los centros a distancia tienen más dificultades para investigar por la dificultad de generar equipos con masa crítica. En lo relativo a estas últimas, además, el modelo de enseñanza hace que tengan resultados docentes poco favorables, aunque los resultados de empleabilidad sean relativamente buenos.


Valencianos y catalanes

Atendiendo al carácter localista del estudio, las universidades valencianas se ubican en 3 grupos, lo que muestra cierta heterogeneidad de características y distintas condiciones. Curiosamente son tres grupos que, en promedio, están siempre por encima de la media. Concretamente las hay privadas, altamente especializadas, grandes universidades metropolitanas y jóvenes universidades investigadoras, quedando fuera las regionales generalistas o las universidades públicas docentes.

Esto es porque solo se trabaja con aquellas de las que se puedan obtener datos fiables del Ministerio. Se incluyen todas las públicas, excepto dos especiales (Menéndez Pelayo e internacional de Andalucía), y el 50% de las privadas. Esto es, el 94% de los estudiantes del sistema y el 62% de estudiantes de las privadas.

El hecho de que tengan características diferentes hace que la comparación directa no sea justa y, por tanto, no se contemple. "Solo en el grupo 5 coinciden tres de ellas (Universitat Jaume I, Universidad Miguel Hernández y Universidad de Alicante) cada una con sus virtudes y sus áreas de mejora. Las otras, que están en sus grupos con universidades de otras zonas, también logran resultados relativamente buenos en algunas áreas, pero pueden mejorar en otras”, explica el también investigador Alejandro Escribá.

Otro aspecto interesante es que en todos los grupos las universidades catalanas tienden a obtener desempeños muy buenos. A juicio del experto, “esto indica que la apuesta por el sistema universitario en Cataluña, esta dando resultados, gracias a cuestiones como la financiación, el seguimiento de inserción laboral o los incentivos por resultados”. Ahora bien, las evaluaciones del desempeño de las universidades deben ser realizadas con precaución, pues no todas las universidades cuentan con las mismas condiciones de partida.

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