Los trabajos publicados en las revistas 'Allergy' e 'International Journal of Molecular Science' están liderados por investigadores del grupo de Enfermedades alérgicas a fármacos y alérgenos, cuyas investigadoras responsables son las doctoras María José Torres y Cristobalina Mayorga.
"La alergia alimentaria, en especial la de origen vegetal, es un problema en aumento y tiene un impacto significativo en la calidad de vida de las personas afectadas", señala el estudio, donde se precisa que, en particular, las proteínas de transferencia lipídica no específicas (de sus siglas en inglés nsLTP, non-specific lipid transfer protein), presentes en ciertas frutas y hortalizas, como el melocotón, la manzana y el tomate, han demostrado ser responsables de reacciones alérgicas de gravedad.
Actualmente, el principal desafío en el diagnóstico de estas alergias radica en la diferenciación entre la sensibilización asintomática y la alergia con relevancia clínica que cursa con diferentes síntomas en los pacientes (picor de boca, urticaria, dolor abdominal, etcétera. "Esto es muy importante para los pacientes alérgicos, ya que un diagnóstico erróneo o poco preciso puede afectar a su calidad de vida, por ejemplo, restringiendo o evitando la ingesta de ciertos alimentos nutricionales básicos", precisa.
En este contexto, el equipo de investigadores de Ibima ha llevado a cabo dos estudios innovadores con el objetivo de establecer el valor del Test de Activación de Basófilos (BAT, por sus siglas en inglés Basophil Activation Test) y el test de activación de mastocitos (MAT, de sus siglas en inglés Mast Cell Activation Test), como herramientas precisas de diagnóstico en pacientes alérgicos a los alimentos que contienen los alérgenos desencadenantes.
Tanto el basófilo como el mastocito son células inmunológicas que tienen un papel crucial en el desarrollo de los síntomas de las reacciones alérgicas, por lo que conocer su modo de actuación y cómo pueden responder en presencia del determinado alérgeno puede ayudar a predecir si el paciente sufrirá una reacción alérgica o no tras la ingesta del alimento.
Estos estudios, en los que también han participado F Gomez, JA Cañas. C Arnada, JA céspedes y N Perez, entre otros, demostraron que ambas pruebas diagnósticas son capaces de diferenciar a los pacientes alérgicos al melocotón, en especial al alérgeno mayoritario de este (Pru p 3), de aquellos individuos no alérgicos.
Además, la combinación de ambas técnicas aumenta la probabilidad de realizar un diagnóstico preciso en casi un 95 por ciento de los casos. "Esto representa un avance significativo en la capacidad de distinguir las diferentes manifestaciones alérgicas de la tolerancia a ciertos alimentos", han detallado las investigadoras. Este estudio es uno de los pocos que evalúan los resultados del BAT y del MAT en esta condición alérgica en particular.
Así, aseguran que "estos hallazgos indican que los parámetros evaluados en el BAT y en el MAT son muy útiles para distinguir a los pacientes alérgicos al melocotón de sujetos tolerantes. Sin embargo, también destaca la necesidad de considerar otros factores que pueden jugar un papel relevante en este tipo alergia, como la sensibilización a pólenes y otros factores ambientales, para comprender completamente la gravedad de los síntomas clínicos".