Las líneas de investigación en genética reproductiva del Instituto Bernabeu abordan patologías muy específicas, como la baja reserva ovárica, el fallo de implantación, el aborto de repetición y la menopausia precoz, para personalizar cada tratamiento y optimizar las posibilidades de conseguir la gestación
ALICANTE. El proceso natural del embarazo no siempre es fácil ni rápido. Detrás de una gestación que no llega hay un reto para la medicina reproductiva. La edad materna tardía es una de las principales razones. No tener la pareja adecuada, razones sociales y laborales están detrás de los principales motivos de posponer el momento para ser madre.
La edad media del primer parto en España se sitúa hoy entorno a los 32 años, lejos de los 25 años de 1975. Y casi el 9% de españolas da a luz pasados los 40 años. A partir de esa edad, los riesgos de alteraciones cromosómicas son más altos, y la reserva ovárica y la calidad de los óvulos es menor. Pero hay más motivos por los que el ansiado embarazo no llega.
En los últimos años la fertigenética, los estudios genéticos aplicados a la fertilidad, se ha demostrado como la gran revolución para los tratamientos de medicina reproductiva. Hace apenas unos años había un conocimiento superficial del paciente, hoy el desarrollo de la genética ofrece una visión mucho más amplia de los motivos que impiden el embarazo.
Instituto Bernabeu supo ver hace 20 años la necesidad de ahondar en la ella para descubrir los motivos que impiden el embarazo, y personalizar así el tratamiento en base al perfil genético de cada persona y sus necesidades. La clínica hizo una apuesta clara por la creación de sus propios laboratorios de genética aplicada a la fertilidad con un personal formado en la vanguardia de las últimas tecnologías y avances. Su director médico, el doctor Rafael Bernabeu, fue visionario hace dos décadas considerando que la reproducción asistida y la genética profertilidad deben ir de la mano.
Esta postura pionera ha permitido al Grupo Instituto Bernabeu estar a la vanguardia de las investigaciones genéticas entorno al conocimiento de la fecundación y la anidación del embrión. Y disponen de unos equipos de biología molecular y genética que no han dejado de crecer y de dotarse con la más innovadora tecnología. De hecho, la clínica es una de las pocas de España que cuenta con un secuenciador masivo de última generación, lo que permite conocer el exoma completo (el mapa cromosómico del paciente) en pocas horas, revelando una infinidad de posibilidades diagnósticas.
Con este secuenciador se realiza el test de compatibilidad genética (TCG) que permite identificar las mutaciones en los genes causantes de enfermedades recesivas y que están ligadas al cromosoma X. Es hoy el estudio más amplio que existe ya que hasta hace poco se limitaba a 600 enfermedades, y actualmente es posible ampliarlo hasta 2.500. El análisis para detectar los genes vinculados a las enfermedades autosómicas recesivas más graves se realiza por protocolo y de forma gratuita a todos los donantes.
En sus inicios, uno de sus principales cometidos de la genética ha sido evitar que el recién nacido herede la enfermedad que sufre o de la que es portador uno o los dos progenitores; y gracias al desarrollo del diagnóstico genético preconcepcional (DGP/PGT) es posible detectar con una biopsia de las células del embrión una alteración en sus genes. Si bien el origen de la técnica estaba orientada a que el bebé naciera sano, en la actualidad, a través de la secuenciación masiva o next-generation sequencing NGS, también es posible detectar disfunciones cromosómicas que impiden el embarazo o provocan abortos involuntarios.
En este sentido, el laboratorio de biología molecular y genética de la fertilidad del Instituto Bernabeu ha conseguido hitos mundiales gracias a la aplicación del DGP/PGT. Entre ellos el primer nacimiento de una niña libre de padecer ceguera hereditaria (retinosquisis) en 2004 y en 2006 el de un niño libre de Síndrome de Marfan. Así como multitud de investigaciones que han sido publicadas en las revistas científicas de mayor impacto encaminadas a ampliar el conocimiento del desarrollo embrionario y su implantación en el útero materno. Unos avances que redundan en el diseño con todo detalle de los tratamientos de los pacientes, ya que ese conocimiento se aplicar en su práctica asistencial diaria.
La baja reserva ovárica es uno de los casos más habituales en la consulta de fertilidad del siglo XXI, porque en muchas ocasiones está condicionado a la edad materna. Y dada su importancia es uno de los pilares de sus proyectos de I+D+I para diagnosticar y mejorar su tratamiento. El pionero estudio de los genes implicados en la reserva ovárica, IBgen FIV, ha permitido aplicar los fármacos más adecuados para mejorar la respuesta del ovario y obtener más ovocitos durante la estimulación previa a la fecundación in vitro (FIV). De esta forma la farmacogenética ayuda a optimizar la obtención de óvulos en un tratamiento donde la cantidad y calidad son muy importantes para lograr el éxito.
La última novedad, el Instituto Bernabeu acaba de desarrollar un estudio fertigenético para el diagnóstico y la mejora del tratamiento de fertilidad en casos de menopausia precoz que tienen un origen genético. El análisis IBgen FOP se basa en el estudio de las variantes de 512 genes implicados en el fallo ovárico temprano. Y es actualmente el estudio más completo de las causas genéticas de esta disfunción. El principal síntoma es la menor frecuencia de regla o su ausencia lo que a su vez provoca la alteración de los niveles hormonales. Y una de sus consecuencias es que no se consigue el embarazo.
Otra importante pilar dentro de los progresos fertigenéticos son los avances en el conocimiento y tratamiento del fallo de implantación del embrión y el aborto de repetición, situaciones con una elevada y dolorosa carga psicológica y emocional en la pareja y especialmente la mujer. En este caso, el grupo Instituto Bernabeu diseñó el IBgen RIF. Un exhaustivo test genético para diagnosticar los problemas de implantación embrionaria y el aborto recurrente para establecer un pronóstico. A su vez, la clínica mantiene abierta una línea de investigación sobre la implicación que puede tener en ellos el microbioma vaginal y cómo su desequilibrio puede afectar para que el embarazo no llegue o se produzca un aborto temprano.
La infertilidad afecta por igual a hombres y mujeres. Entre el 10 y el 15% de las parejas son infértiles y en un 50% de los casos, las causas son de origen masculino. Y en un 40% de los casos hay detrás una causa genética.
Para estudiar su origen, el Instituto Bernabeu ha desarrollado un panel de 426 genes implicados en el mecanismo encargado de la producción de espermatozoides (espermatogénesis) que abre una puerta al conocimiento de muchos problemas de infertilidad masculina.
Los estudios fertigenéticos son hoy fundamentales a la hora de encontrar las causas genéticas de la infertilidad y evitar el nacimiento de bebés con una enfermedad hereditaria. Su desarrollo está permitiendo el avance de pruebas diagnósticas impensables hace apenas unos años y con ello, la mejora de los tratamientos de medicina reproductiva.