El encuentro visualizó la continuidad del indiscutido liderazgo de la vicepresidenta de la Generalitat pero, también, la pérdida de influencia del histórico Pasqual Mollà
VALÈNCIA. El sexto congreso de Iniciativa del Poble Valencià celebrado este sábado confirmó el indiscutido liderazgo que sigue ejerciendo en la formación Mónica Oltra, con la que los suyos cerraron filas de manera firme y que mantendrá el control del partido, pero ahora apoyada en independientes y en la corriente crítica y no en el histórico Pasqual Mollà. Estos nuevos equilibrios se concretaron en la elección de la diputada Aitana Mas (no adscrita a ninguna familia) y Alberto Ibáñez, próximo a la vicepresidenta de la Generalitat, como nuevos portavoces para los próximos cuatro años.
Fue esa votación (en urna y por tanto secreta) la que ofrece una radiografía actual de la segunda pata de Compromís. El hecho de que no se presentara alternativa desde el sector de Mollà permitió confimar antes de la comida que asumían que estaban lejos de poder presentar batalla real. Ya por la tarde, en el recuento de los votos, quedaron claras las fuerzas. El tándem Mas-Ibáñez obtuvo el respaldo de 156 votos, hubo nueve abstenciones y 39 votos en contra. Es decir, que la unión de Oltra con casi todos los independientes y con la asentada corriente crítica Més Iniciativa-Més Compromís (que encabezan el diputado Carles Esteve y Reyes Matamales) superó el 75% de apoyo y que Mollà se quedó con algo más del 20%.
La cifra del grupo del alicantino, y por tanto de la consellera Mireia Mollà, no es desdeñable pero está lejos del 'poder' que han ostentado desde la formación del partido hace quince años hasta ahora. Basta con ver que del trio de portavoces que ha habido los últimos ocho años, dos eran suyos. En el mejor escaparate de la formación su influencia era del 66% y ahora no tiene a ningún representante.
Asumidas las fuerzas de cada grupo, la integración se produjo en la votación de la Mesa Nacional, en la que apenas hubo cuatro votos en contra y en el informe de gestión de los tres portavoces salientes, que sólo tuvo un voto en contra y una abstención. La emocionada despedida y el agradecimiento de Oltra a su labor seguro que ayudó. En sus primeras intervenciones Mas, mucho más conocida de puertas a fuera, centró su discurso en la "igualdad" y la necesidad de reeditar el Botànic e Ibáñez en la de mejorar la organización de la formación para ser más eficaces en su defensa "de la gente sencilla".
Pero, más allá del requilibrio de fuerzas interno, unos y otros (también los invitados) se mostraron firmes en la defensa de Oltra ante lo que calificaron de "cacería" política contra ella tras la condena a su exmarido por abusos a una menor tutelada y la reapartura de la instrucción del caso que investiga la actuación de seis personas de su Conselleria al respecto. Los adjetivos a la operación de desgaste a Oltra (que reconoció unos "tiempos complicados") fueron de "indigna" a "despiadada". De hecho, se aprobó una declaración unánime de apoyo a quien ha sido "referente indiscutible de Iniciativa y de Compromís, que ha simbolizado y simboliza las políticas de transformación que se están impulsando desde hace seis años y seguiremos impulsando". El uso de los diferentes tiempos verbales no es casual para defender a quien afirman que representa "la concepción de la política como el instrumento más noble" en defensa de los "derechos, esperanzas y anhelos de la mayoría".
Su discurso estuvo muy vinculado al lema del congreso 'Construir Matria' y tuvo numerosas referencias a la guerra de Ucrania. "Normalmente cuando uno blande muchas banderas acaba rompiéndole la cabeza a otro con el mástil", constató.
Pero también habló de la necesidad de ganar "la guerra cultural" que se está librando aquí y afirmó que para hacerlo deben recurrir a la "fraternidad". Afirmó que el Botànic ha mejorado "las condiciones materiales objetivas" de la ciudadanía y vino a explicar que, si eso no les ha dado un respaldo mucho mayor, es porque "la partida se está jugando en el plano subjetivo". Su ejemplo fue Madrid, donde según dijo "peores condiciones" tiene la "gente normal" y donde hace apenas unos meses revalidó el cargo arrasando en las elecciones la popular Isabel Díaz Ayuso. "Necesitamos la complicidad del pueblo para conseguir la mayoría social y ganar la guerra cultural", afirmó. Para lograrlo, apuntó, deben lograr que la gente tenga "esperanza y alegría" y se sienta "hermanada".
En su discurso, Oltra lanzó también un claro mensaje de refuerzo de Compromís, alejando la posibilidad de una ruptura por posibles desavencias de pactos con terceros. "Es lo mejor que le ha pasado al País Valenciano en este siglo", apuntó. Pero eso implica, recalcó, que se debe "cuidar" a la coalición.
Fueron muchos los partidos de izquierdas y sindicatos que estuvieron presentes en el acto, empezando por sus socios directos del Més (antiguo Bloc), pero también del Consell. Manolo Mata fue la cara visible del PSPV y el vicepresidente Héctor Illueca y Pilar Lima de Unides Podem. No faltó tampoco el alcalde de València, Joan Ribó, que también pidió mejorar las "estructuras" de la coalición para fortalecerla.
Pero, aunque no estuvieran presentes físicamente, hubo más muestras de apoyo y cercanía. La vicepresidenta Yolanda Díaz, que estudia ya un 'frente amplio' que supere a Unidas Podemos, aseguró que Iniciativa siempre ha sido "fuente de inspiración y esperanza". Desde Mas Madrid (y por tanto Mas País), Mónica García situó a Iniciativa (y a Compromís) como un referente de que se puede derrotar al PP. "Desde Madrid os miramos con admiración y orgullo", afirmó. El partido que lidera Íñigo Errejón fue el último socio de la coalición en las generales y esa alianza sigue viva. En cualquier caso, fue Illueca el más claro en su 'petición' al asegurar que están llamados a "recorrer juntos el camino".
Eso sí, desde el Més, su secretaria general, Àgueda Micó, marcó el terreno a unas confluencias para las que suelen ser más escépticos. "Somos la izquierda valenciana y no aceptaremos que nadie que no sea el pueblo valenciano nos diga qué hacer", sentenció.