ALICANTE. El objetivo del nuevo informe que Ineca ha presentado es estimar los cambios necesarios que deben realizarse sobre el conjunto de la actividad del tejido productivo de la provincia de Alicante para mejorar el número de puestos de trabajo y las rentas de sus residentes. El presidente del Instituto de Estudios Económicos, Nacho Amirola, ha indicado que "en concreto se trata de cuantificar cuánto debería incrementarse la demanda de los bienes y servicios actuales de la provincia para superar la situación de estancamiento en la que se encuentra la actividad productiva: la provincia ocupa la posición 42 en paro EPA (año 2021) y la 44 en PIB per cápita (año 2019): las peores posiciones que ha ocupado Alicante desde el año 2000".
Por su parte, el coordinador de Estudios de Ineca, Quino Palací, ha agregado que "el momento actual es crucial para enfocar las principales decisiones empresariales que permitan corregir la posición de la provincia en una serie de indicadores clave, como son paro y renta. En este sentido, se han planteado diversos escenarios de cambios en la demanda final para comprobar en qué medida se modifica el empleo y la renta en la provincia. Pero no es cuestión solo de aumentar la demanda final de productos alicantinos, este proceso debe ir acompañado de mejoras sustanciales de la productividad de las empresas, para que este incremento del valor añadido por empleado se traslade directamente a la renta per cápita provincial". Palací ha puntualizado que "la composición del tejido productivo de la provincia revela que aquellas actividades que presentan un importante porcentaje de empleados dentro de la provincia o incluso aquellas actividades que mayor peso tienen en la facturación global provincial no están presentes entre aquellas que presentan los mejores valores de valor añadido por empleado".
Mientras, el autor del estudio, Francisco Llopis, ha explicado que para mejorar estas posiciones es necesario conocer en profundidad el tejido productivo de la provincia y la riqueza que genera cada puesto de trabajo y compararlo con otros territorios. Así, ha manifestado "que el sector productivo de la provincia de Alicante es muy heterogéneo, pero le falta capacidad para competir en mercados nacionales e internacionales". La generación de riqueza por empleado del sector agroalimentario alicantino tan solo representa en torno al 78,6% del promedio de la Comunitat y en el caso del sector industrial de la provincia, éste representa el 75% de la media nacional.
En su intervención, Llopis ha puntualizado que para un posible escenario de incremento de la demanda de productos made in Alicante en un 5%, ésta generaría unos 45.500 puestos de trabajo nuevos, supondría aumentar la renta per cápita provincial en 1.300 euros. En el análisis particular del sector agroalimentario de la provincia de Alicante, la industria agroalimentaria, las empresas de este sector dan empleo en Alicante a unas 9.400 personas, el 1,5% del total provincial y el 11,6% del empleo industrial de la provincia. Su facturación ronda los 1.800 millones de euros y casi el 16% de la facturación industrial de la provincia. El valor añadido por empleado en particular en la industria de la alimentación se sitúa en torno a los 39.350 euros, por lo que su contribución total se eleva hasta los 352 millones de euros y aporta el 1,6% del PIB provincial. Dentro del sector industrial, su contribución al PIB asciende al 11,1%.
Íntimamente unido a la industria agroalimentaria se encuentra el sector primario, que en la provincia de Alicante igualmente juega un papel importante. De forma resumida, el sector primario alicantino cuenta con 21.000 puestos de trabajo, el 3,3% del total provincial, una facturación de unos 1.400 millones de euros y 436 millones de aportación al PIB, el 2% provincial. Un incremento en la demanda del producto agroalimentario alicantino de, por ejemplo, del 3% y sin alteración de la productividad actual, presentaría un escenario sobre la economía provincial de un incremento del empleo de 1.280 trabajadores y con 37 millones más de valor añadido o riqueza generada. Es decir, este incremento en las actividades del sector agroalimentario, primario más secundario, suponen un aumento directo de estas actividades de 96,4 millones de euros, que generan un efecto arrastre total de unos 137 millones.
En otras palabras, por cada 1.000 euros de aumento de ventas en este sector, se generan 1.417 euros en el conjunto de la provincia. Unos 1.040 nuevos empleos en el sector agroalimentario y otros 240 repartidos en diversas actividades o, en otros términos, 1,23 puestos de trabajo creados por cada uno en el sector. Bajo este escenario concreto, en particular, la renta generada y con ello la mejora en la renta per cápita provincial, se vería notablemente mejorada si hubiera, junto al incremento de demanda del producto made in Alicante un ascenso notable en su productividad. De hecho, este último aspecto es clave, ya que actualmente este sector presenta valores marcadamente inferiores al que obtienen las empresas del resto de provincias valencianas.
En este proceso de cambio, además de las conocidas acciones internas a las empresas de invertir y mejorar su calidad e imagen de marca, pasando por las mejoras en el diseño y en los procesos de elaboración de bienes y servicios, aumentar el tamaño con crecimiento interno o externo con adquisiciones y fusiones, mejorar todavía más su visibilidad tanto en territorio nacional como internacional, entre otras, hace falta el apoyo y acompañamiento incondicional de las administraciones públicas, que todavía tienen un importante margen de mejora aliviando la carga burocrática, ajustando la presión fiscal de 4 las diversas figuras tributarias y ejecutando las inversiones en recursos e infraestructuras básicas sin demoras.