ALICANTE. No podía finalizar de otra manera una de las semanas más esperpénticas que se recuerdan en el Hércules 'de Enrique Ortiz'.
Ni se paró el golpe de Hacienda que sigue reclamando que se pague o avale el total de la deuda que se mantiene con ella, ni el socio del constructor ató con el Instituto Valenciano de Finanzas el traspaso de las acciones de la Fundación como también sostenía, ni mucho menos se atrevieron el uno y el otro a cumplir sus patéticas amenazas de solicitar la liquidación voluntaria.
A todo lo anterior correspondía el equipo de Carlos Luque arrastrándose en Buñol ante el filial del Levante, un club que como el Hércules también recibió un aval millonario del IVF en 2010 para pagar su deuda con Hacienda y Seguridad Social y que además de saldarla y devolver todo el dinero al banco que se lo prestó, ha disfrutado de las mieles de la Primera División seis de los últimos siete cursos, habiendo incluso disputado competiciones europeas, mientras que el Hércules ha pasado de protagonizar portadas por los maletines, sus impagos y fracasos deportivos varios a hacerlo también por vender humo al peso como ocurría esta semana en la que no solo Juan Carlos Ramírez ha tratado de que el personal le compremos un par de 'burras', también los jugadores intentaron convencernos de que no habían dado por finiquitada la temporada cuando así es, a juzgar por lo visto sobre el terreno de juego de la Ciudad Deportiva del Levante.
Foto: Pepe Olivares
