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Hamilton y Vettel reanudarán su pugna como huéspedes en casa de Red Bull

Foto: formula1.com
6/07/2017 - 

SPIELBERG (EFE). El inglés Lewis Hamilton (Mercedes) y el alemán Sebastian Vettel (Ferrari) reanudarán su algo más que deportiva pugna en el Gran Premio de Austria, la novena prueba del Mundial de Fórmula Uno, que se disputará este fin de semana en casa de Red Bull, ganadora del de Azerbaiyán, hace dos domingos, en Baku, gracias al australiano Daniel Ricciardo.

Ricciardo logró su quinta victoria en F1, la primera del año para la escudería austriaca, cuyo propietario, Dietrich Mateschitz, también es el dueño del circuito que albergará un Gran Premio que, tras un parón de diez años, se recuperó para el Mundial de F1 en 2014. Y en el que, desde entonces, siempre ha ganado Mercedes, que festejó triunfo la temporada pasada gracias a Hamilton, segundo en el certamen, a 14 puntos de los 153 con los que lidera Vettel.

Los dos pilotos más laureados de la parrilla protagonizaron el incidente del año en la loca carrera de Baku, en la que el finés Valtteri Bottas (Mercedes) -tercero en el certamen, con 111 puntos- fue segundo y el canadiense Lance Stroll (Williams) festejó, con 18 años, su primer podio en F1.

Con el tercer 'safety car' en pista, y al ralentizar el ritmo Hamilton -triple campeón mundial-, que rodaba primero, por delante de Vettel -tetracampeón del mundo-, este golpeó la parte trasera del monoplaza del inglés, alegando una prueba de frenos en mal momento; antes de ponerse a su altura y golpear el Mercedes con su Ferrari.

'Seb' fue penado con 10 segundos por comportamiento antideportivo que no le impidieron acabar cuarto, un puesto por delante de Lewis, su mayor rival en la lucha por el título. Tras la carrera, ambos se quejaron: el alemán, que reclamaba sanción para ambos, dijo que la F1 era "para hombres"; y el inglés, que apeló al mal ejemplo dado a la infancia, invitó, curiosamente, a resolver cuitas fuera de pista.

A partir de ahí, hubo múltiples opiniones, enfatizadas según procedencia e intereses. Aunque ligeramente en contra del germano, reincidente, que el año pasado, en México, había insultado al director de carrera, el británico Charly Whiting.

La FIA (Federación Internacional del Automóvil) citó a Vettel, que declaró el pasado lunes, el día de su trigésimo cumpleaños, en su sede de París, donde mostró arrepentimiento antes de pedir, en un comunicado, públicas disculpas al inglés.

"Reaccioné de forma exagerada, no creo que Lewis tuviese malas intenciones. Quiero pedir disculpas de forma directa a Lewis y a todas las personas que estaban viendo la carrera. Me doy cuenta que no estaba dando un buen ejemplo. En ningún momento quise poner a Lewis en peligro, pero entiendo que causé una situación peligrosa", indicó el alemán. Que salió de la capital francesa con un pequeño (y para algunos absurdo) tirón de orejas: deberá colaborar durante los próximos 12 meses con eventos educativos de la FIA -a la que también pidió perdón- y se le prohíben actividades de seguridad vial hasta finales de año.

A Vettel se le añadieron el pasado fin de semana, eso sí, tres puntos de castigo a su Superlicencia. En la que acumula nueve, por lo que en Austria deberá evitar problemas, al estar a solo tres de una sanción que supondría ser excluido de la siguiente carrera.

Los españoles Carlos Sainz (Toro Rosso) y Fernando Alonso (McLaren-Honda) llegan a Austria después de haber acabado octavo y noveno, respectivamente, en la capital de Azerbaiyán.

El talentoso piloto madrileño, noveno en el Mundial, con 29 puntos, corre en su otra casa, al ser el suyo el 'segundo equipo' de Red Bull. En un circuito, el cuarto más corto del año -después de Mónaco, Interlagos y Ciudad de México-, de 4.318 metros, donde este viernes se comenzará a rodar con neumáticos de compuesto blando (amarillo), superblando (rojo) y ultrablando (morado).

Una pista -con solo diez curvas, a la que el domingo está previsto dar un total de 71 vueltas, para completar 306 kilómetros- que Sainz, noveno en el Mundial, con 29 puntos, describió como "genial". Y en la que el doble campeón mundial asturiano (2005 y 2006, con Renault), tras un arranque de curso de McLaren-Honda para el olvido, podría pescar de nuevo en río revuelto. Si, a diferencia de este jueves, que amaneció soleado, lloviese en Spielberg.

Después de invitar al optimismo en declaraciones difundidas a principios de semana por su escudería, el genial piloto asturiano llamó a la calma este miércoles, en un acto que tuvo lugar en Viena.

"Tenemos un par de mejoras útiles para el coche, incluyendo, esperamos, la 'Especificación 3' mejorada de la unidad de potencia de Honda, que probé en los libres del viernes en Azerbaiyán", decía, en un comunicado de su equipo, Alonso, que, a pesar de los tres años flojos que lleva en la escudería de Woking, sigue siendo el tercer piloto con mejor palmarés de la parrilla.

Con 32 triunfos -sexta mejor marca de toda la historia de la F1- Alonso precisó el miércoles en la capital austriaca que no espera "nada" del motor, que, según él, es prácticamente el mismo con el que ocuparon los últimos puestos de los ensayos de Baku.

Así que habrá que esperar a ver cómo se desenvuelve este fin de semana su monoplaza en el Red Bull Ring, el segundo circuito más elevado del calendario -alrededor de 700 metros de altitud-, muy lejos del de Ciudad de México, sede del antepenúltimo Gran Premio de los veinte que habrá este año.

Al que querrá llegar, como mínimo, en el séptimo puesto del Mundial que ocupa ahora el mexicano Sergio Pérez (Force India). 'Checo', que suma 44 puntos y que este año acabó cuarto en España y quinto en Canadá, intentará recuperar la buena senda -después de su abandono en la alocada prueba de Baku, en la que el bravo piloto tapatío fue otro de los damnificados- en casa de Red Bull.

Escudería que apuntará de nuevo alto este fin de semana con Ricciardo -cuarto en el Mundial, con 92 puntos- y el joven holandés Max Verstappen -sexto, con 45, a 28 del finés Kimi Raikkonen (Ferrari)- en los bosques de Estiria. 

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